martes, marzo 04, 2008

¡Pon Pata Pon!


Pon pon pata pon, ¡increíble el disfraz de Manu! . Shaka shaka shaka pon, y lo hizo en apenas dos horas. Pata pata pata pon, si es que el nace artista se nota. Pata shaka shaka pon, a la siguiente vamos todos con él. Shaka shaka pata pon, a ver qué tal sale.

¡¡¡FEVER!!!

Patapón... digo, el Frío (con mayúscula) se cierne sobre España y yo me congelo si no llevo un chaquetón, cosa bastante cómica porque hace un sol de verano que ya quisieran muchas comunidades autónomas con mayor tasa de lluvias. La flautanisa (otra variedad de pitonisa) ha vaticinado con la Minipímer de Braun un par de claras de huevo a punto de nieve y ha hecho merengue, que con la leche del fútbol se va a montar un bollo que Francisco Historia (Paquete Cuento). Ya no sé si tengo que llevar el DNI a marcar votos o votar goles en las urnas con tanta grifada (porque esto ya se pasa de chorrada) del fútbol y la propaganda electoral. Al menos en uno de los dos no hay partido de ida y vuelta...

En cuanto salga de trabajar me voy a comprar un bollo que va a darle subidón de azúcar a los osos amorosos de Playmóvil (sí, esos que nunca llegaron a salir a la venta porque los niños morían de diabetes y caries por los empalagosos que eran). Llevo lo que va de semana con un ansia de comer que le pegaría un bocao (sin D) a la mesa si tuviera algún condimento para echarle. De muestra un botón (de caramelo): ayer cené un platazo de espaguetis con tomate y carne y luego me tomé un batido de helado de fresa con nata de postre... y al llegar a casa tuve que pillar la bolsa de cacahuetes por banda y orquesta porque ya había digerido todo. Para que luego la gente se sorprenda de por qué engordo cuando hace frío...

El caso es que para no tener frío lo mejor es hacer un poco de ejercicio. Bueno, es cierto: si salgo a correr con pantalones cortos no tendré frío sino hipotermia. Además de tener que competir con esos viejales que llevan toda la vida corriendo y que te dejan con la lengua fuera sin entender cómo ni por qué tienen ese aguante tan legendario (algo de relación deben tener con el sistema respiratorio alternativo de las ancianitas, pero sigue siendo un misterio). Eso por no hablar de los encuentros aleatorios (gracias a diox, no hay baldosas malditas en el paseo marítimo) cuando uno sale a correr, es como jugar al Wario Ware pero en la vida real: ¡Esquiva al niño corriendo! ¡Sáltate al perro! ¡Evita comerte la farola! ¡Agáchate y pasa por debajo de los brazos de esa pareja! ¡Huye del novio furioso! ¡Evita tropezar con los puestos ambulantes! ¡Corre por tu vida! Etc...

No hay comentarios: