martes, septiembre 27, 2011

Dido

Esta mujer tiene el nombre de una antigua leyenda que estudié cuando traducía latín en el instituto, pero recientemente recordé una de las canciones que más me gustaron de su repertorio, como siempre, traducida libremente cual mariposilla de campo.

DEPREDADOR

Con ver la luz de la habitación ya sé que estás despierto cuando llego a casa. Con sólo poner un pie en la escalera ya sé cómo me mirarás cuando esté ahí contigo.

Si fueras un rey sentado en su trono, ¿serías lo suficientemente sabio como para dejarme a mi aire, para dejar a esta reina que crees únicamente tuya?
Yo sólo quería ser un cazador otra vez. Quería enfrentarme al mundo por mi cuenta otra vez, darle una oportunidad a la vida otra vez... así que déjame libre.

Un libro sin leer, una mirada acusadora, la televisión está encendida pero sin sonido. Una larga pausa y luego comentas "vaya, mira quién ha venido".

Si eres el rey que dices que eres, ¿por qué no eres lo suficientemente listo para dejarme a mi aire?
Porque esta reina que tú crees enteramente tuya quiere ser un cazador otra vez. Quiero enfrentarme al mundo por mi cuenta otra vez... así que déjame libre.

La corona que pusiste sobre mi cabeza en su momento ahora me parece un yugo, y no sé cómo te voy a decir esto pero sé que acabaré sonriendo cueste lo que cueste, y siempre estoy dándole vueltas, constantemente...

Quiero ser un cazador otra vez. Quiero enfrentarme al mundo por mi cuenta otra vez, darle una oportunidad a la vida otra vez... así que me voy, libre.

Dido - Hunter

(Esta canción me gusta mucho desde que salió allá por el renacimiento victoriano, pero últimamente me siento bastante identificado con la letra... quitando lo de reina y demás, claro, que de reinas está el mundo lleno pero yo no soy una).
(Os preguntaréis lo del título traducido a "depredador" y lo del cambio de género de la letra, pues bien, es que me sonaba mejor que "cazadora", que siempre acabo haciendo el mismo chiste de ropa y me repito, sólo por eso... y por ponerlo como yo quería, claro).

miércoles, septiembre 21, 2011

Flawless victory


Vale, puede que si miramos lo que he tardado en terminar la carrera no sea tan "flawless", pero si tenemos en cuenta que en los últimos tres años no he suspendido ninguna asignatura al menos puedo decir que no ha sido un esfuerzo en vano. Centrémonos en la parte resaltada en rojo, ¿vale?

NO PRESENTADO

Para contar esta historia tengo que volver al principio. El 29 de agosto de 1981 nací... bueno, quizás me he ido un poco muy al principio, vayámonos 30 años después de eso, concretamente al mes de octubre del 2010, AHÍ es donde comienza esta historia realmente:

Último año de carrera, tengo sólo cinco asignaturas y parece que estoy llegando a la recta final de lo que parecía lo más a disgusto que he tenido que hacer en mi vida*, sólo tengo que ponerme de acuerdo con los profesores para dejar claro que pretendo terminar ese año y dedicarle todo mi esfuerzo a tan fructífera empresa para acabar con eso. Sólo hay un problema: el momentum.
¿A qué me refiero con eso? Pues bien, en un principio el momentum no tiene por qué ser malo, es simplemente una reacción descontrolada respecto a un estímulo externo provocado por un exceso de emociones, lo cual puede derivar en que algunos profesores me tratan tremendamente bien en clase e incluso tienen mucho más en cuenta mi opinión ya que casi era un licenciado, pero también puede salir el tiro por la culata y repercutir en la obcecación de cierta gente en que iba a tener que sudar tinta para quitarme la última asignatura de la carrera.

Tras un maravilloso catorce en la quiniela de los exámenes de junio, supuse que la última nota que me quedaba por saber sería precisamente la que más me haría esperar**. Es por eso que, a pesar de que era la que más esfuerzo me había requerido, aunque a nivel consciente consideraba que no había de qué preocuparse, incluso aunque no pudiera dormir bien por las noches, me dejó completamente anonadado el ver un "no presentado" en el examen. Cuando me recuperé del trauma momentáneo fui a hablar con el profesor para descubrir que en realidad me había hecho un favor, porque así podría sacar mejor nota en septiembre y así me estudiaría todo otra vez. Al parecer, el hecho de que la última asignatura de la carrera de alguien sea una optativa no le resta importancia, todo lo contrario, la convierte en la asignatura más importante del universo de humanidades.

Pues bien, tras un verano entero haciendo eternos y extensísimos cuestionarios que había que entregar para ganarse el derecho a examen, además de estudiar, decido ir cuatro días antes del examen a la tutoría del profesor para confirmar la fecha y hora del mismo, pero se me ocurrió que podría recordarle, muy humilde y educadamente, que en esa convocatoria me juego el tener que matricularme otra vez y el perder la oportunidad de poder trabajar en octubre si suspendía con el único fin de apelar a su comprensión y buena voluntad. La verdad, tengo que decir que buena voluntad sí que tuvo, sobre todo porque me dijo a lunes a mediodía que había que volver a entregar los nueve trabajos del curso OTRA VEZ si quería poder presentarme al examen del viernes por la mañana, puesto que de esa manera le demostraba que había asistido a clase*** y de no hacerlo suspendería irremediablemente, así que le agradecí el consejo y me fui a tomarme cuatro tilas[4].

La cosa estaba clara: tenía mucho que hacer y poco tiempo para ello, así que era el momento de empezar a dejar de hacer lo que no fuera estrictamente necesario.
-Respirar: por desgracia, todavía no he encontrado la manera de eliminar este vicio que tengo, así que tendré que seguir consumiendo oxígeno. Aparte, respirar sienta bien y es sano.
-Comer: si no como, aparte de que mis amigos probablemente se podrían en alerta infrarroja fluorescente, no creo que tuviera la fuerza necesaria para hacer todo lo que tengo pendiente, así que seguiré dedicándole media hora a metabolizar alimentos mientras me estreso por estar perdiendo el tiempo.
-Dormir: mira, esto no creo que me cueste mucho dejarlo porque no me gusta perder el tiempo en la cama y por la noche es cuando mejor escribo, así que con reducirlo a 3-4 horas de sueño al día creo que será suficiente. Total, sólo será esta semana.
-Amigos: me pasa como con Australia, que sé que existen pero me pillan muy lejos para ir a verlos, al menos hasta que termine de exámenes.
-Tele: para ver por enésima vez los mismos capítulos de "Big Bang Zíory" o "Entre Fantasmicos" prefiero dormir, y como dormir ha sido relegado a la posición de "no imprescindible" pues seguiré estudiando, que hay que escribir mucho.
-Ordenador: bueno, siempre puedo hacer un descanso de escribir los trabajos, escribir los cuestionarios y escribir los resúmenes de los temas para escribir algo en mi blog, así hago algo diferente.

Así que decidí dejar de dormir y demás chupipandas para dedicarme en exclusiva a mi nueva amante modelo[5] durante los tres días y medio que tenía antes del examen. Como resultado, debido a una bendición divina de no sé qué deidad de las que hay, el jueves por la mañana a las 9:50 acabé de escribir el último apartado del último trabajo y el cuerpo me pidió que dejara de levantarme a las 7:00 habiéndome acostado a las 3:30, pero yo le respondí que "falta el sprint final, no me falles". El resto del día lo pasé releyendo los trabajos por si hubiera que cambiar algo pero parece que "a mi estilo no le sienta nada mal el estar al borde de un ataque de nervios"[6], así que no tuve que modificar nada y los imprimí tranquilamente... todo lo tranquilamente que el estar en la víspera del examen que decidía mi futuro me permitía estar, claro.

A la mañana siguiente, y tras haber dormido más bien poco, nos presentamos en el aula a esperar al profesor, y digo "nos" porque estábamos dos personas inicialmente y luego subimos a nueve, que no vayáis a pensar que estábamos más, pero yo hice mi examen como si se tratase de las oposiciones de notario... al menos hice lo que pude en el tiempo que nos dejó, porque cuando decidió que en vez de tres horas que teníamos concertadas para el examen nos iba a dejar sólo hora y media uno se empieza a plantear si te dará tiempo a todo, y con razón. El caso es que empecé el examen y pude hacer sin prisas tres de cuatro preguntas pero no me dio tiempo a la cuarta porque prácticamente se estaba yendo por la puerta y yo quería entregarle lo que había hecho, pero con eso acabó la primera parte de mi calvario, y digo primera parte porque esto no es para nada el final de la historia.

Antes de irse, el profesor nos dijo que el lunes recibiríamos un mensaje automático de la universidad diciéndonos la nota provisional del examen y que podríamos ir a la revisión al día siguiente en caso de que hubiera alguna duda, así que yo me propuse olvidarme completamente del tema durante el fin de semana y dormir mucho muchísimo esa misma tarde[7] para así estar preparado para la noticia el lunes fuera la que fuera, pero con lo que no contaba yo era con que al llegar a casa tras hacer el examen ya tendría el mensaje automático con la nota puesta en el correo: "no presentado". Al ver y comprobar que el mensaje era efectivamente el que mandaba el servidor de la universidad cuando recibía las actas dejé de respirar y creo que hasta se me paró el corazón durante un segundo, más que nada porque no podía ser que no me hubiera presentado teniendo en cuenta que justo acababa de volver de la convocatoria, así que ya empecé a darle vueltas a la cabeza sin conseguir nada que no fuera estresarme aún más.

Primero pensé que eso podría ser un acta automática del servidor y que el profesor se había olvidado de desconectarla, pero no tenía sentido ya que él mismo nos había dicho que colgaría las notas el lunes; luego pensé que era de otra asignatura, pero no podía ser eso porque no me quedaban más en la carrera, así que lo descarté; en tercer lugar pensé que era posible que no hubiera recibido los trabajos y me hubiera cancelado la convocatoria por ello, pero eso seguro que no era porque le dije que los tenía en el casillero y él me dijo que iría a recogerlos al terminar, así que eso tampoco era posible; y por último pensé lo peor que se puede pensar cuando uno no quiere agobiarse: se ha propuesto que repita a cualquier precio, y como los trabajos son a mano no hay manera de repetirlos si no es haciéndolos otra vez. El caso es que, poniéndome en lo peor, creo que perdí tres kilos ese fin de semana, y tengo que decir que mis padres no son lo más aconsejable en temática de dar ánimos, así que no les dije nada al respecto, sólo que estaba nervioso por la nota[8].

Cuando llegó el lunes esperé ansioso algún mensaje del servidor de la universidad que contradijera lo que leí el viernes, pero no llegó ninguno, lo que confirmaba mis temores terriblemente, así que la opción más próxima era decirle a todo el mundo que la nota salía el martes y esperar a la revisión de exámenes para dar un veredicto final. Tenía verdadera curiosidad por ver qué justificación daría al mensaje después de haberme visto en el examen por simple que fuera, aunque sólo fuera para calmar las ascuas que tenía dentro desde hacía tres días, así que yo me puse en lo peor otra vez y empecé a hacer planes sobre cómo quitarme la asignatura en diciembre y buscar trabajo mientras para poder pagar la matrícula. No obstante, lo peor no iba a ser tener que volver a sentirme humillado injustamente, sino el tener que escuchar constantemente que no me había esforzado lo suficiente, que la culpa de todo la tenían mis aficiones, que mis amigos no son buenas compañías y demás repertorio que se utiliza cuando se pretende hacer leña del árbol caído en lugar de animar al que lo ha perdido todo[9].

Cuando llegó a su despacho me preguntó si estaba esperando para ver mi examen, a lo que yo respondí que sí pero que la nota me resultaba un poco extraña para lo que yo creía que había hecho. Al parecer, el hecho que tuviera "no presentado" lo desconcertó y me dijo que no era posible, que recordaba mi examen y que tenía mis trabajos ahí, así que no podía haber recibido esa notificación. Personalmente, el hecho de que alguien ponga en duda hechos que no se pueden negar porque son realidades me crispa los nervios extremadamente, pero no sé qué me pasó que me mantuve calmado y formal todo el tiempo de la revisión. Cuando el profesor se planteó la posibilidad de comprobar el listado de notas para ver qué había pasado yo ya me temía que me diera alguna justificación para tener que pasar por todo eso otra vez el año siguiente, pero resultó que sólo se había equivocado al pasar las notas, que le había puesto mi 7'5 a otro alumno pero que eso se podía corregir inmediatamente. ¡AH, VALE! ¡SI ES SÓLO ESO...!

Pues sí, eso era todo: otra persona había recibido mi nota y yo la suya, así que tras el cambio del profesor yo recibí mi merecido notable y mi tan ansiada licenciatura, cuyo título recibiré más adelante cuando el estado me permita pagar las tasas de una buena vez. Y ahora vamos a la parte interesante: ¿Qué hubiera pasado si...?
-¿...yo no hubiera ido a la revisión de exámenes por estar tremendamente deprimido y convencido de mi suspenso inmerecido? Pues que una persona que ni siquiera se había presentado al examen hubiera tenido una notaza y yo una necesidad ingente de un psicoanalista.
-¿...en el examen hubiera tenido una hora más? Pues que a los quince minutos hubiera terminado mi examen y hubiera tenido una nota mejor, porque podéis hacer cuentas si queréis.
-¿...dicho error no se hubiera producido? Pues yo habría sido un hombre feliz durante dos días más en lugar de tener que mentirles a mis familiares y amigos pensando que no había servido nada de lo que había hecho, aunque también es cierto que no hubo mala intención por parte del profesor... espero.
-¿...se lo hubiera contado a mis padres? Pues que se habrían hartado de decirme "te lo dije" durante tres días y luego, al recibir la nota real, se habría callado como mujos sin intención ninguna de disculparse, que sería lo ideal para no tener que admitir que uno no tenía razón.

En fin, que por fin ha terminado esta etapa y que espero que la siguiente sea mejor, aunque todavía me queda recoger el título y todos los trámites, así que no cerraré la segunda temporada todavía, que siempre se puede contar algo desde el otro lado que resulte interesante, aunque sólo sea por pasar el rato. Gracias por las felicitaciones a todos los que ya me habéis llamado, aunque ahora podéis conocer la verdadera historia de mi plan de adelgazamiento en tres días. ¡No pierda la oportunidad!

*Incluso más que cuando tuve que presentarle los temas orales a Doña Manolita en Ciencias Sociales en el colegio, aunque creo que podría considerarse más de lo mismo.
**Porque el concepto del tiempo siempre es relativo. Recordemos el ballet moderno de Madonna y sus enseñanzas al respecto.
***Sí, no tiene sentido por lo de que ya los tenía antes, ¿pero qué le iba a decir yo? ¿Que no?
[4] Cómo estaría interiormente que hasta Alex me dijo que "se me veía apocalíptico".
[5] Miss Tareas Pendientes.
[6] Jesús dixit.
[7] Suponiendo que no cayera inconsciente en el autobús antes de llegar a mi casa, claro.
[8] Aunque también es cierto que no le dije nada a nadie por si acaso me decían que era mi culpa por no haber hecho algo irrisorio o por haberle dicho que me pusiera las cosas más fáciles sin decirlo.
[9] Es que este año era la última vez que podía asistir a clase de esa asignatura porque se extinguía el plan y desaparecían todas, así que imaginad cómo sería tener que estudiar eso en casa solo, sin ayuda y... bueno, sí me lo imagino, sí.

lunes, septiembre 19, 2011

The Gate of Doom

Siempre tengo el temor a repetir foto o título cada vez que escribo algo en el blog, será porque no llevo un índice de temas, que debería hacer en algún momento, o simplemente porque llevo ya tantos temas escritos con fotos que normalmente no están relacionadas que no me da la memoria para tanto. Me pregunto si la memoria es finita porque tiene un límite o porque al ser estrecha le cabe poco.

FINAL QUEST

Pues sí: mañana sabré si se me puede considerar licenciado por fin o sigo siendo alguien a las puertas de obtener un título universitario, en cuyo caso seguiré como estoy hasta ahora sólo que más cansado de todo y buscando sin éxito un trabajo decente. ¿Será todo como en mis pesadillas, en las que yo sufría la ira y frustración de un alma amargada en su propia cárcel, o será como me han pronosticado tantas veces mis amigos este fin de semana, que he aprobado de calle y me podré olvidar para siempre de esa horrible etapa de mi vida? Próximamente en sus pantallas.

El caso es que todo el mundo al que pregunto siempre me da buenas impresiones de su etapa universitaria, como si hubiera sido algo que les gustaría revivir porque más que estudiar se dedicaban a salir de fiesta sin preocupaciones, pero en mi caso no ha sido así en absoluto: los tres últimos años he tenido que compaginar trabajo con estudios, con oposiciones, con ayudar a mi madre en sus estudios, con ayudar a mi padre con sus libros y con afrontar las chorradas familiares y extrafamiliares de todo ese tiempo, pero no he recibido ni un solo halago, al contrario, todo lo que oía en casa era que siempre podría haber hecho más. Me pregunto si realmente tenían razón, siempre podría haber dejado de dormir.

Mi auténtico problema es que en ese período me ha cambiado el carácter, cosa que no me gusta en absoluto. Por si el hecho de que inconscientemente empiezo todas las frases por "yo", declarando una falta de atención exacerbada, no me resultase ya lo suficientemente repugnante, encima me he vuelto irascible a cualquier comentario remotamente ofensivo por parte de mis padres y tengo la siempre presente impresión de soledad en el mundo, lo cual no sé si está relacionado con este tema pero seguro que Freud lo enlaza de alguna manera al haber nombrado a mis padres. Si a esto le añadimos el estrés permanente en el que vivo a pesar de que no puedo hacer nada excepto esperar, tenemos que me he vuelto monotemático y recurrente respecto a las conversaciones, lo que no es específicamente entretenido cuando consigo que alguien me saque a tomar café, pero supongo que será pasajero*.

Como añadido a mis taras psicológicas adquiridas causadas porque llevo ya tres años sin vacaciones más largas de cinco días, está la presión constante por buscar/encontrar la pareja deseada, cosa que parece que lo voy a relegar a la lista de "bueno, si tiene que ocurrir, ocurrirá, total, los milagros existen", justo debajo de que me toque la lotería y, como no, acabar la carrera. Porque, seamos sinceros, yo sabía interiormente que tarde o temprano llegaría el día, pero a nivel consciente no creía que fuera a acabar nunca esta ordalía a la que me sometieron mis padres cuando me eligieron los estudios**.

Mañana veré... o no.

*Por la cuenta que me trae, porque mi padre es igual.
**Supongo que por mi bien, pero mejor no me pongo a comparar el antes y el después no sea que las cuentas salgan a devolver.

jueves, septiembre 08, 2011

Angkor-Wat

Descanso después de estudiar y he decidido ponerme música. Qué suerte he tenido que ha salido una de mis canciones favoritas, más que nada por el mensaje que contiene. "¿Y qué mensaje contiene, profe?" Ah, pues me alegra que me lo preguntéis, porque hace nada recordé que creí que había encontrado un tesoro pero resultó ser un reflejo en las olas.

CIRCUSSED

Ven ven ven, acércate a la luz. El amor, esa noche tan especial. Fíjate bien y haz que llegue a pasar. ¿No sabes que todo eso está en tu mirada?
Ven ven ven, acéptalo esta noche. El placer, tan secretamente seductor. No, nunca lo dejes pasar, tan grotesco y tan burlesco.
Si prestas atención te darás cuenta de que la vida no espera, es ahora o nunca.

¡Que empiecen los juegos! ¿No ves que cuando sale tu lado más bizarro tienes que dejarte llevar? Vamos a jugar, entra en la arena y no lo dejes pasar.

El tiempo se detendrá sin bajar el telón. Más más más, algo zumba en tu cabeza. Déjate dominar por completo, vamos, ámalo. Haz que te guste.
Porque como celebración, cada creación perdida tiene la oportunidad de vivir para siempre.

¡Que empiecen los juegos! ¿No comprendes que cuando salga tu lado más oculto tienes que ser tú mismo? Vamos a jugar, entraremos en la arena y verás que yo nunca lo mando callar. Pero ¿qué sabrás tú? ¿Quién te crees que eres para decirme hoy que jamás jugarás conmigo?

¡Que empiecen los juegos! ¿Todavía no entiendes que cuando surja tu lado más interno tendrías que sentirte bien? Podríamos jugar, entrarías en la arena y te darías cuenta de que yo nunca lo dejaría pasar. Pero ¿tú qué podrías saber? ¿Quién te crees que eres para decirme hoy "de este agua no beberé"? En el camino te veré.

Infernal - Circussed
(Traducción libre, aunque en este caso no he tenido que cambiar mucho para que signifique lo que yo quería que significase. Es lo que tiene que sea uno de mis grupos favoritos, que en muchos aspectos nos reconforta que alguien cante lo que pensamos*).

*Hay que ver la cuerda filosófica que me da el tema de la música, por favor. Algún día tendría que escribir sobre ello... más.

To-Do List

Ojalá pudiera yo decir eso, pero estos días están siendo infernales (como ya dije antes). El problema de todo eso es que a mí me da la ansiedad, me altera el sueño, me anula el descanso, me cambia los horarios de las comidas, me trastorna el humor, me aletarga el sentido temporal y me produce esa sensación horrenda de nervios incontrolados incluso cuando se supone que estoy tranquilo.
¿Cuándo acabará esto?

ESTUDIAR... O NO

Ayer me propuse tomarme el día tranquilo para quitarme el malestar general que me está produciendo la última asignatura de la carrera, no sólo por lo horrendo de tener que estudiarla todo el día, sino porque he visto en uno de mis mejores amigos los posibles resultados negativos y me he dado cuenta* de que no me gustaría nada tener que pasar por lo mismo otra vez, incluso aunque fuera hasta diciembre. Pues bien, gracias a mi pereza extrema hereditaria, tenía una infinidad de opciones de ocio con el fin de que mi mente se relajase y se olvidase de las presiones aunque sólo fuera por un día, la pena es que yo no contaba con que mi subconsciente iba a hacer de las suyas.

Lo primero que se me ocurrió es ir a ver la tele, que todavía echaban las series que me gustan en plan maratón y podría desconectar un par de horas o tres. Me alegró ver que había programados dos capítulos de "Bones", otros dos de "Entre Fantasmas" y cuatro o cinco de "Big Bang Theory", porque sólo con eso ya estaría entretenido toda la tarde, pero cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que ¡me estaba aburriendo! ¡No hacía nada más que pensar que tendría que estar haciendo algo más útil! Aún así me obligué a ver al menos dos capítulos con tal de no pensar en nada, pero fue en vano. No sirve de nada obligarte a relajarte, por definición propia.

Tras mi primer fracaso, se me ocurrió que podría llamar a alguno de mis amigos para hablar un rato y así contarnos qué tal nos va, que un poco de conversación trivial siempre viene bien para soltar tensión. La conversación comenzó como siempre y de manera natural, al menos así fue hasta que yo sentí la carcoma interior debatiéndose por tomar el control de mi boca y cambiar el tema a "¡qué ganas tengo de quitarme el examen de encima!", cosa que así ocurrió a pesar de todo lo que me resistí. Esa sensación de que en realidad no estás oyendo lo que está diciendo la otra persona sino que estás pensando en lo que quieres decir nada más termine de hablar no me gusta en absoluto, más que nada porque convierte las conversaciones en monólogos, pero no pude hacer nada por evitarlo: acabamos hablando de mi examen y de lo estresado que estaba, así que no sirvió de nada la llamada.

Como último recurso intenté leer cómics en el ordenador**, que hacía ya tiempo que no me compraba ninguno y estaba perdiendo el hábito de hacer como que leo por gusto, así que hice caso a Alfre y busqué una serie que él estaba siguiendo desde hacía un tiempo. Bueno, tengo que admitir que me sirvió para no estar pensando en nada más que en el argumento de la serie, que me pareció muy buena, incluso me reí en algunos momentos por las bestialidades que le ocurrían al protagonista y realmente me sentía invitado a seguir leyendo más mientras cenaba, lo cual parecía indicar que había conseguido descansar la mente por fin... o al menos eso pensaba hasta que, cuando terminé de leer, me dí cuenta de que estaba con los pies apoyados de puntillas sobre el suelo, la espalda completamente curvada hacia adelante con los hombros encogidos, las manos como si fueran garras en tensión sobre el teclado y las piernas moviéndose nerviosamente sin que yo lo controlase. Total: no sirvió de nada tampoco, así que intenté descansar algo por la noche.

A la mañana siguiente estaba igual de cansado que siempre a pesar de no haber hecho nada el día anterior, con la diferencia de un sentimiento horrible de culpa que me corroía por dentro por haber perdido un día para nada. Vamos, que si al menos me hubiera cambiado algo la moral ya hubiera sido algo pero es que ni eso. Menos mal que sólo quedan 9 días.

*Una cosa es saber algo y otra muy distinta es SABERLO.
**Sí, el mismo que utilizo para estudiar, lo cual ya era preludio del desastre.