miércoles, septiembre 21, 2011

Flawless victory


Vale, puede que si miramos lo que he tardado en terminar la carrera no sea tan "flawless", pero si tenemos en cuenta que en los últimos tres años no he suspendido ninguna asignatura al menos puedo decir que no ha sido un esfuerzo en vano. Centrémonos en la parte resaltada en rojo, ¿vale?

NO PRESENTADO

Para contar esta historia tengo que volver al principio. El 29 de agosto de 1981 nací... bueno, quizás me he ido un poco muy al principio, vayámonos 30 años después de eso, concretamente al mes de octubre del 2010, AHÍ es donde comienza esta historia realmente:

Último año de carrera, tengo sólo cinco asignaturas y parece que estoy llegando a la recta final de lo que parecía lo más a disgusto que he tenido que hacer en mi vida*, sólo tengo que ponerme de acuerdo con los profesores para dejar claro que pretendo terminar ese año y dedicarle todo mi esfuerzo a tan fructífera empresa para acabar con eso. Sólo hay un problema: el momentum.
¿A qué me refiero con eso? Pues bien, en un principio el momentum no tiene por qué ser malo, es simplemente una reacción descontrolada respecto a un estímulo externo provocado por un exceso de emociones, lo cual puede derivar en que algunos profesores me tratan tremendamente bien en clase e incluso tienen mucho más en cuenta mi opinión ya que casi era un licenciado, pero también puede salir el tiro por la culata y repercutir en la obcecación de cierta gente en que iba a tener que sudar tinta para quitarme la última asignatura de la carrera.

Tras un maravilloso catorce en la quiniela de los exámenes de junio, supuse que la última nota que me quedaba por saber sería precisamente la que más me haría esperar**. Es por eso que, a pesar de que era la que más esfuerzo me había requerido, aunque a nivel consciente consideraba que no había de qué preocuparse, incluso aunque no pudiera dormir bien por las noches, me dejó completamente anonadado el ver un "no presentado" en el examen. Cuando me recuperé del trauma momentáneo fui a hablar con el profesor para descubrir que en realidad me había hecho un favor, porque así podría sacar mejor nota en septiembre y así me estudiaría todo otra vez. Al parecer, el hecho de que la última asignatura de la carrera de alguien sea una optativa no le resta importancia, todo lo contrario, la convierte en la asignatura más importante del universo de humanidades.

Pues bien, tras un verano entero haciendo eternos y extensísimos cuestionarios que había que entregar para ganarse el derecho a examen, además de estudiar, decido ir cuatro días antes del examen a la tutoría del profesor para confirmar la fecha y hora del mismo, pero se me ocurrió que podría recordarle, muy humilde y educadamente, que en esa convocatoria me juego el tener que matricularme otra vez y el perder la oportunidad de poder trabajar en octubre si suspendía con el único fin de apelar a su comprensión y buena voluntad. La verdad, tengo que decir que buena voluntad sí que tuvo, sobre todo porque me dijo a lunes a mediodía que había que volver a entregar los nueve trabajos del curso OTRA VEZ si quería poder presentarme al examen del viernes por la mañana, puesto que de esa manera le demostraba que había asistido a clase*** y de no hacerlo suspendería irremediablemente, así que le agradecí el consejo y me fui a tomarme cuatro tilas[4].

La cosa estaba clara: tenía mucho que hacer y poco tiempo para ello, así que era el momento de empezar a dejar de hacer lo que no fuera estrictamente necesario.
-Respirar: por desgracia, todavía no he encontrado la manera de eliminar este vicio que tengo, así que tendré que seguir consumiendo oxígeno. Aparte, respirar sienta bien y es sano.
-Comer: si no como, aparte de que mis amigos probablemente se podrían en alerta infrarroja fluorescente, no creo que tuviera la fuerza necesaria para hacer todo lo que tengo pendiente, así que seguiré dedicándole media hora a metabolizar alimentos mientras me estreso por estar perdiendo el tiempo.
-Dormir: mira, esto no creo que me cueste mucho dejarlo porque no me gusta perder el tiempo en la cama y por la noche es cuando mejor escribo, así que con reducirlo a 3-4 horas de sueño al día creo que será suficiente. Total, sólo será esta semana.
-Amigos: me pasa como con Australia, que sé que existen pero me pillan muy lejos para ir a verlos, al menos hasta que termine de exámenes.
-Tele: para ver por enésima vez los mismos capítulos de "Big Bang Zíory" o "Entre Fantasmicos" prefiero dormir, y como dormir ha sido relegado a la posición de "no imprescindible" pues seguiré estudiando, que hay que escribir mucho.
-Ordenador: bueno, siempre puedo hacer un descanso de escribir los trabajos, escribir los cuestionarios y escribir los resúmenes de los temas para escribir algo en mi blog, así hago algo diferente.

Así que decidí dejar de dormir y demás chupipandas para dedicarme en exclusiva a mi nueva amante modelo[5] durante los tres días y medio que tenía antes del examen. Como resultado, debido a una bendición divina de no sé qué deidad de las que hay, el jueves por la mañana a las 9:50 acabé de escribir el último apartado del último trabajo y el cuerpo me pidió que dejara de levantarme a las 7:00 habiéndome acostado a las 3:30, pero yo le respondí que "falta el sprint final, no me falles". El resto del día lo pasé releyendo los trabajos por si hubiera que cambiar algo pero parece que "a mi estilo no le sienta nada mal el estar al borde de un ataque de nervios"[6], así que no tuve que modificar nada y los imprimí tranquilamente... todo lo tranquilamente que el estar en la víspera del examen que decidía mi futuro me permitía estar, claro.

A la mañana siguiente, y tras haber dormido más bien poco, nos presentamos en el aula a esperar al profesor, y digo "nos" porque estábamos dos personas inicialmente y luego subimos a nueve, que no vayáis a pensar que estábamos más, pero yo hice mi examen como si se tratase de las oposiciones de notario... al menos hice lo que pude en el tiempo que nos dejó, porque cuando decidió que en vez de tres horas que teníamos concertadas para el examen nos iba a dejar sólo hora y media uno se empieza a plantear si te dará tiempo a todo, y con razón. El caso es que empecé el examen y pude hacer sin prisas tres de cuatro preguntas pero no me dio tiempo a la cuarta porque prácticamente se estaba yendo por la puerta y yo quería entregarle lo que había hecho, pero con eso acabó la primera parte de mi calvario, y digo primera parte porque esto no es para nada el final de la historia.

Antes de irse, el profesor nos dijo que el lunes recibiríamos un mensaje automático de la universidad diciéndonos la nota provisional del examen y que podríamos ir a la revisión al día siguiente en caso de que hubiera alguna duda, así que yo me propuse olvidarme completamente del tema durante el fin de semana y dormir mucho muchísimo esa misma tarde[7] para así estar preparado para la noticia el lunes fuera la que fuera, pero con lo que no contaba yo era con que al llegar a casa tras hacer el examen ya tendría el mensaje automático con la nota puesta en el correo: "no presentado". Al ver y comprobar que el mensaje era efectivamente el que mandaba el servidor de la universidad cuando recibía las actas dejé de respirar y creo que hasta se me paró el corazón durante un segundo, más que nada porque no podía ser que no me hubiera presentado teniendo en cuenta que justo acababa de volver de la convocatoria, así que ya empecé a darle vueltas a la cabeza sin conseguir nada que no fuera estresarme aún más.

Primero pensé que eso podría ser un acta automática del servidor y que el profesor se había olvidado de desconectarla, pero no tenía sentido ya que él mismo nos había dicho que colgaría las notas el lunes; luego pensé que era de otra asignatura, pero no podía ser eso porque no me quedaban más en la carrera, así que lo descarté; en tercer lugar pensé que era posible que no hubiera recibido los trabajos y me hubiera cancelado la convocatoria por ello, pero eso seguro que no era porque le dije que los tenía en el casillero y él me dijo que iría a recogerlos al terminar, así que eso tampoco era posible; y por último pensé lo peor que se puede pensar cuando uno no quiere agobiarse: se ha propuesto que repita a cualquier precio, y como los trabajos son a mano no hay manera de repetirlos si no es haciéndolos otra vez. El caso es que, poniéndome en lo peor, creo que perdí tres kilos ese fin de semana, y tengo que decir que mis padres no son lo más aconsejable en temática de dar ánimos, así que no les dije nada al respecto, sólo que estaba nervioso por la nota[8].

Cuando llegó el lunes esperé ansioso algún mensaje del servidor de la universidad que contradijera lo que leí el viernes, pero no llegó ninguno, lo que confirmaba mis temores terriblemente, así que la opción más próxima era decirle a todo el mundo que la nota salía el martes y esperar a la revisión de exámenes para dar un veredicto final. Tenía verdadera curiosidad por ver qué justificación daría al mensaje después de haberme visto en el examen por simple que fuera, aunque sólo fuera para calmar las ascuas que tenía dentro desde hacía tres días, así que yo me puse en lo peor otra vez y empecé a hacer planes sobre cómo quitarme la asignatura en diciembre y buscar trabajo mientras para poder pagar la matrícula. No obstante, lo peor no iba a ser tener que volver a sentirme humillado injustamente, sino el tener que escuchar constantemente que no me había esforzado lo suficiente, que la culpa de todo la tenían mis aficiones, que mis amigos no son buenas compañías y demás repertorio que se utiliza cuando se pretende hacer leña del árbol caído en lugar de animar al que lo ha perdido todo[9].

Cuando llegó a su despacho me preguntó si estaba esperando para ver mi examen, a lo que yo respondí que sí pero que la nota me resultaba un poco extraña para lo que yo creía que había hecho. Al parecer, el hecho que tuviera "no presentado" lo desconcertó y me dijo que no era posible, que recordaba mi examen y que tenía mis trabajos ahí, así que no podía haber recibido esa notificación. Personalmente, el hecho de que alguien ponga en duda hechos que no se pueden negar porque son realidades me crispa los nervios extremadamente, pero no sé qué me pasó que me mantuve calmado y formal todo el tiempo de la revisión. Cuando el profesor se planteó la posibilidad de comprobar el listado de notas para ver qué había pasado yo ya me temía que me diera alguna justificación para tener que pasar por todo eso otra vez el año siguiente, pero resultó que sólo se había equivocado al pasar las notas, que le había puesto mi 7'5 a otro alumno pero que eso se podía corregir inmediatamente. ¡AH, VALE! ¡SI ES SÓLO ESO...!

Pues sí, eso era todo: otra persona había recibido mi nota y yo la suya, así que tras el cambio del profesor yo recibí mi merecido notable y mi tan ansiada licenciatura, cuyo título recibiré más adelante cuando el estado me permita pagar las tasas de una buena vez. Y ahora vamos a la parte interesante: ¿Qué hubiera pasado si...?
-¿...yo no hubiera ido a la revisión de exámenes por estar tremendamente deprimido y convencido de mi suspenso inmerecido? Pues que una persona que ni siquiera se había presentado al examen hubiera tenido una notaza y yo una necesidad ingente de un psicoanalista.
-¿...en el examen hubiera tenido una hora más? Pues que a los quince minutos hubiera terminado mi examen y hubiera tenido una nota mejor, porque podéis hacer cuentas si queréis.
-¿...dicho error no se hubiera producido? Pues yo habría sido un hombre feliz durante dos días más en lugar de tener que mentirles a mis familiares y amigos pensando que no había servido nada de lo que había hecho, aunque también es cierto que no hubo mala intención por parte del profesor... espero.
-¿...se lo hubiera contado a mis padres? Pues que se habrían hartado de decirme "te lo dije" durante tres días y luego, al recibir la nota real, se habría callado como mujos sin intención ninguna de disculparse, que sería lo ideal para no tener que admitir que uno no tenía razón.

En fin, que por fin ha terminado esta etapa y que espero que la siguiente sea mejor, aunque todavía me queda recoger el título y todos los trámites, así que no cerraré la segunda temporada todavía, que siempre se puede contar algo desde el otro lado que resulte interesante, aunque sólo sea por pasar el rato. Gracias por las felicitaciones a todos los que ya me habéis llamado, aunque ahora podéis conocer la verdadera historia de mi plan de adelgazamiento en tres días. ¡No pierda la oportunidad!

*Incluso más que cuando tuve que presentarle los temas orales a Doña Manolita en Ciencias Sociales en el colegio, aunque creo que podría considerarse más de lo mismo.
**Porque el concepto del tiempo siempre es relativo. Recordemos el ballet moderno de Madonna y sus enseñanzas al respecto.
***Sí, no tiene sentido por lo de que ya los tenía antes, ¿pero qué le iba a decir yo? ¿Que no?
[4] Cómo estaría interiormente que hasta Alex me dijo que "se me veía apocalíptico".
[5] Miss Tareas Pendientes.
[6] Jesús dixit.
[7] Suponiendo que no cayera inconsciente en el autobús antes de llegar a mi casa, claro.
[8] Aunque también es cierto que no le dije nada a nadie por si acaso me decían que era mi culpa por no haber hecho algo irrisorio o por haberle dicho que me pusiera las cosas más fáciles sin decirlo.
[9] Es que este año era la última vez que podía asistir a clase de esa asignatura porque se extinguía el plan y desaparecían todas, así que imaginad cómo sería tener que estudiar eso en casa solo, sin ayuda y... bueno, sí me lo imagino, sí.

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