viernes, octubre 31, 2008

Time Hollow


¿Qué ocurriría si pudiérais cambiar pequeños detalles del pasado? Es como un ángulo que tiene un error de +/- 1º, que no se percibe en el eje pero que destaca enormemente conforme crecen los lados del mismo... Pues ahora imaginad qué habría ocurrido si nunca hubiérais conocido a alguien de vuestra vida diaria y echaos a temblar.

EL TIEMPO VUELA (SIN MOTOR)

Es la única cosa que es ligera si viene de frente e incómodamente pesada cuando la tenemos detrás... y no me digáis lo contrario que los ecosistemas del planeta me dan la razón constantemente (pero es porque son coleguitas míos). Lo digo por los que estuvieran pensando en el tema del agua, que si escasea es malo pero que si hay mucha limita todo, a pesar de que siempre ha habido la misma cantidad de agua en el planeta. En ese sentido, el tiempo es como un río: Siempre tiene la misma agua que a veces varía su caudal pero que siempre es la misma que ha vuelto a caer con la lluvia... Y así pasan mis días desde que volví de Sevilla.

Antes de darme cuenta he entrado de lleno en Noviembre (casi casi). Mañana es Halloween y tocará disfrazarse de abogado, político o inspector de hacienda, lo que dé más miedo (aunque ir de hipoteca tiene también su punto). De todas formas, aquí no se estila la fiesta americana con calabazas y cosas de esas sino algo más bien religioso (según mi abuela), pero es que mi habitación es completamente laica (como la perra que fue al espacio) y no organizo ese tipo de fiestas en las que se reúnen los mismos de siempre para cantar canciones a coro y beber vino... al menos no en mi cuarto.

Por eso quiero aprovechar el tiempo que me queda (libre) para hacer algo productivo que tenga un beneficio a corto plazo (y el onanismo no es una opción), así que me he propuesto convertirme en un peligro público (oficialmente) poniéndome al volante de un vehículo con motor... y conducirlo. Así que ya sabéis: Si un día os recomiendan no coger el coche y evitar la capital por alguna razón lo mismo es que me tenéis que felicitar... o no. Señor guardia, ¿quitan puntos por jugar a la DS mientras conduces? ...Pero cuando dice que no se puede, ¿se refiere a que no se puede de capacidad o de posibilidad? ...¿14 puntos menos? Buah, si con una fresa me dan 100 de una vez, tengo de sobra.

lunes, octubre 27, 2008

¡Alerta bioquímica!


Sólo media hora de espera para que en la seguridad social te den cita dentro del mismo día: Impresionante.
Llegar a la consulta a tu hora y entrar justo cuando te toca: Increíble.
Salir de la consulta hacia la farmacia con la sensación de un trato personalizado: Impagable.
Que te receten tres medicamentos y uno de los tres (al azar) te produzca una reacción alérgica de urticaria y vayas disfrazado de seta del Mario Bros todo el fin de semana: No tiene precio.

EL CAÑÓN DE PACHELBEL

Esto es un hombre que entra en una casa de putas y nada más entrar le dice la madame "A ver, ¿qué coño quieres?".
Me apetecía empezar con un chiste (por malo que fuera) porque este post está dedicado a la música, como su propio título indica, concretamente a un día de música que tuvimos Alejandro y yo en la universidad, en el empezamos dedicándoselo al componente de la tuna que menos canta pero más cante da: el atún... Y esto que parece un chiste más malo que poner cicuta en un cubata (toma otro) en realidad fue el comienzo de ese día, porque nada más entrar vimos a un tuno comiéndose una tostada de atún. Tal choque de información absurda nos hizo pensar que estábamos a punto de ver algo realmente impresionante... o que deberíamos haber ido a un especialista.

Habiendo pedido nuestro desayuno, el atuntuno se largó corriendo como si hubiera visto un puesto de funcionario en la entrada de la cafetería y lo siguieron un par de compañeros más cuando salió a la calle. De repente, el vaso de zumo de naranja recién exprimida hace dos días comenzó a emitir ondas concentraícas (como la lejía) igual que en Geriatric Park, esa peli en la que reúnen a todos los viejos en una isla y luego se descontrolan por un fallo de seguridad (social) y se dedican pellizcar a todo el mundo de las mejillas a la voz de "bonico". Algo hacía vibrar el suelo, las mesas y mis caderas, que comenzaron a moverse solas, siguiendo aquel ritmo caribeño que traían por el pasillo unos chicos que tocaban los tambores como si les fuera la nómina en ello (y probablemente era así), pasaron por toda la cafetería y se fueron siguiendo el mismo camino que tomaron en su momento los tunos (el rastro aún estaba fresco). Si no fuera porque estaba en plena Dancing Fever (interiormente) se me habría puesto el cutis de ave.

El tercer suceso musical ocurrió cuando Alejandro me llevó a la copistería (ese sitio donde además de poner cubatas te hacen fotocopias) y descubrimos dos verdades universales que nunca debieron sernos reveladas: TODA la gente que no estaba en clase esa mañana estaba metida en ESA copistería, es más, había gente que hasta estaba dos veces (para eso están las aulas de desdoble). ¿Que qué tiene que ver esto con la música? Pues básicamente, entre que todos estaban ahí a modo de "Resistiré" pero en plan Barón Rojo, eso parecía la entrada de un concierto de David Bisbal (por lo del montón de crías gritando, más que nada). La otra verdad universal fue que los Beattles en realidad eran cinco y no cuatro, y encima de que el quinto era español la culpa de que se dedicara al cine la tiene Tim Burton cuando le hizo la peli Beettle Chús, que pese a la falta de ortografía se sabía que era él (sería por el copyright). Mira que ocultarnos a Jesús todo este tiempo... digno del código DaVinci.

jueves, octubre 16, 2008

Medicinas


Aprovechando que estoy resfriado, quería escribir bajo el efecto de algo que me hiciera desvariar (y no fuera dañino ni ilegal) y así poder imitar a los poetas antiguos. Quién nos iba a decir que el autor de Romeo y Julieta serían los alucinógenos y no Shakespeare...

MEDIA JORNADA COMPLETA

Cuando uno pide cita para el médico se cree que los enfermeros están ahí preparados para recibirle, deseosos de ofrecerle todas y cada una de las horas de su jornada laboral por si no nos fuera posible llegar a tiempo a la consulta, que siempre se da puntual... y luego suena "Narcotic" del grupo "Liquido" y te despiertas de golpe en la cruda realidad, donde los vecinos mueven los muebles temprano por la mañana y las ancianas comentan cosas a voces bajo tu ventana nada más amanecer. Ha llegado un nuevo día.

Como de costumbre, la cola de la Seguridad Social (y no me refiero a los bajos del cantante) brilla por su ausencia, en vez de eso hay una maraña de gente que se miran mal los unos a los otros y que esperan su turno como si les quemase el asiento en el que se encuentran... eso si estás sentado, que las ancianas te dan dos bastonazos y te ponen firme (para sentarse ellas, claro). Tras una leve espera de dos millones de años, uno se quita las telarañas, se desfosiliza y cuando vuelve a la vida como los Spectrobes descubre que le toca su turno y comprueba las maravillas de madre naturaleza y la madre que parió a la saturación de la sala de espera, porque una espera de una hora para algo que se soluciona en dos minutos me parece digno del mejor de los laxantes (porque te cagas en todo).

Al día siguiente, con renovada fé en el sistema sanitario (y su administración), me dispuse a acudir a mi cita con la médico no sin antes hacer mi parada acostumbrada en la sala de espera, llena a reventar de ancianitas que conversaban acaloradamente... hasta que yo llegué. Probablemente eran todas agentes del CESID y al aparecer alguien ajeno a la organización decidieron mantener silencio para no revelar al mundo las verdades universales que nadie debería oír (pero leer sí). Pasados varios minutos que me parecieron horas con mi DS como única compañía, los agentes... digo, las ancianitas decidieron dejar claro que ellas mandan ahí repartiendo los turnos en orden decreciente, es decir, conforme peor me caes, más tarde entras. Como yo no estaba muy por la labor, hice de hombre machista y, llevándoles la contraria a todas a la vez (sin que me sodomizaran con los bolsos), resalté que yo debía entrar a consulta cuando llegase mi turno y no después, cosa que parecía que no iba a resultar muy provechosa hasta que el marido de una de ellas llegó y, poniendo sus huevos sobre la mesa (venía de hacer la compra), preguntó el orden de los turnos en un tono que más que pedir información la imponía directamente. Está claro que la educación y las buenas maneras siempre te abren todas las puertas.

Una vez llegó mi turno, entré a la consulta de la doctora a ver si me recetaba algo que me matase los virus, me matase las infecciones o, simplemente, me matase, a ver si dejaba ya de estar malo. Tras examinarme y poner mi nota en las actas, hizo su diagnóstico: estoy enfermo.
-Ajá, vale, eso está muy bien... o no... y, ¿no podría ser un poco más precisa?
-A ver, dime tus síntomas.
-Pues tengo síntomas de resfriado: congestión, mareos, etc...
-Pues entonces está claro: tienes un resfriado.
-Y, ¿qué me tomo para el resfriado?
-Cualquier medicina para el resfriado te valdrá.
-...¿Por ejemplo?
...Y de ahí a la farmacia con la lista de la compra tras casi ser pateado fuera por una mujer que por lo visto tenía muchísima prisa en ser atendida. A ver, señora, que urgencias es en la puerta del fondo, ahí donde el George Clooney. A la salida de la consulta descubrí que, aunque yo había llegado diez minutos antes de la hora de consulta que me dieron, llevaba dos horas metido en el centro de salud desde que entré hasta que volví a la calle. Pues esto era un resfriado pero si llega a ser embarazo psicológico me atienden con el niño imaginario terminando la ESO y todo.

martes, octubre 14, 2008

Guadalkibear 2008


De los mejores findes que he pasado en mucho tiempo, incluso teniendo en cuenta que estaba lloviendo más que nunca pero al final no nos mojamos porque Rafi nos dejó quedarnos bajo su paraguas aguas aguas eh eh eh... ¡Llueve Joder!

SEVILLA, WORK IT OUT

Mi viaje comenzó en un día con flores de viento girando en un día sin sol, un día en el cielo lloraba para dar vida a la tierra. Así que eso, que si llueve tráete tu paraguas ya que siempre te llevaste el gato al agua, y si bailas bajo un sol ardiente ten cuidado pues con la luna las quemaduras más se sienten. Bueno, ya he superado el arranque de inspiración poética que me da cada vez que no me tomo la medicación o simplemente porque sí, la ciencia aún no ha encontrado la respuesta a estos ataques (es que es pacifista).

No sé cómo me las ingenio que siempre que intento dormir en un transporte público me toca alguien que emite ruídos molestos en un radio de tres metros. En este caso en concreto vamos a centrar nuestro documental en el Viagris, Viajerus Gritonis de los Webs, muy conocido sobre todo en la parte de la estación de autobuses que hacen escala en pueblos y extrarradios. Para atraer al Viagris es necesario haber pasado la noche anterior sin dormir apenas, de esta manera se sentirá atraído por nuestras ojeras del tamaño de bolsas del Carrefour y se sentará a nuestro lado a darnos conversación. Cuando haya comprobado que tenemos tanto interés en los motivos de su viaje como en que nos claven un pincho de chumbo en el ojo, se sentirá en posición de terminar la conversación cuando cualquier circunstancia interrumpa su monólogo durante más de, digamos, dos segundos, como por ejemplo preguntarle al conductor que si falta mucho para llegar. El final de nuestra interacción llegará cuando hayamos caído presas del sueño acumulado y nuestro objeto de estudio (y posteriormente de ira y exterminación, en ese orden) decida que para hablar bien por el móvil con alguien que no te entiende bien lo mejor es gritar mucho. Esta técnica es fielmente utilizada por nuestros antepasados vivos, que piensan que para hacerse entender con alguien extranjero lo mejor es hablar lento y gritar mucho. La gente de pueblo vive feliz, es un hecho.

En otro orden de cosas, este año he vuelto a repetir mi barrunto de subirme a la tarima a bailar, que siempre sienta bien para sudar como un pollo con los focos y luego sales en las fotos brillando más que un Gusiluz. La falta de sueño sólo importó cuando le prestamos atención, lo cual confirma mi teoría de que cuanto más se tiene más se quiere, y la verdad es que la risa es la mejor terapia que se puede tener para un caso de estrés galopante... bueno, eso y estar de cervezas todo el día, que también tiene su gracia. Dejando de un lado el hecho de que casi me arrancan el cuello, tengo claro que no me dejé nada de lo que me llevé a Sevilla ya que me he traído hasta las ojeras, que deben ser ya cosecha Gran Reserva porque no me han desaparecido en cuatro días. En mi caso, en vez de al tercer día resucitó, sería al cuarto día tenía ojos.

martes, octubre 07, 2008

Aglomeración


Pues sí, esto es toda una camada de tortugas, que pueden ser más lentas que el desarrollo de una berza pero expanden su prole más rápido que una mancha de salsa sobre una camisa de convite de boda.

EAU D'ACOLYTE

Esta mañana he visto cómo una manada de lemmings se dirigía a mi tren de vuelta. Tras un par de vueltas en el laberinto ferroviario, un cartel de indicaciones viviente me señaló el camino correcto para alcanzar mi destino. Previamente ya había perdido los nervios por no poder evitar al demonio de la desesperación y verme completamente en sus garras sin posibilidad de escapatoria, sin embargo, aquello ya quedó en el recuerdo de una noche de maldormir en la que comprobé que cuando el protagonista de la historia está en una crisis sin posibilidad de ayuda es cuando más necesitamos que nadie vea su reacción, porque en esos casos es cuando la merluza se vende a precio de pescada y los héroes se vuelven villanos. Por eso tenemos que saber que no se puede controlar todo ni se debe dejar nada al azar y es por eso que el héroe tiene compañeros que saben hacer ciertas cosas mejor que él aún cuando no tengan el protagonismo absoluto, porque alguien que sabe hacerlo todo no necesita a nadie a su lado.

Mi viaje a mi antigua tierra de entrenamiento arcano comenzó con el maravilloso recuerdo de los tiempos que fueron y cuyo recuerdo prevalece y mejora con el tiempo como una semilla que ha sido cuidada con esmero por si alguna vez florecía. Mis compañeros de andanzas me recibieron contentos de volver a ser un equipo aunque sólo fuera algo temporal. Se puede vivir pensando en los buenos tiempos pasados pero eso sólo te impediría disfrutar de la obra que se está estrenando cada día frente a ti, por eso aproveché mi estancia todo lo que pude para recuperar todo lo que había dejado: Viajeros que vienen y van pero que siempre están ahí para mí, y eso es bastante más de lo que puedo pedir. Dos alegres ninfas que me contaron cómo había cambiado el bosque desde que marché de vuelta a casa, un compañero que decidió cambiar su profesión por el entrenamiento bárdico para sentirse más pleno, el manitas del grupo que decidió que mucho trabajo y poca diversión hacen que se estrese un montón, montones de viejos desconocidos que pasan a ser nuevos conocidos y la ausencia de los que no han respondido a la llamada del recién llegado completan mi breve pero intenso periplo por el norte. Todo un viaje.

La segunda etapa me enseñó que las injusticias sólo son un problema si dejas que sean más fuertes que tú. No es lo mismo ser fuerte que resistente, porque fuerte es aquel al que todo le duele menos y resistente es aquel que aguanta mucho dolor continuado, por eso me alegro de ver mi debilidad, porque así puedo saber mis limitaciones y ampliar su margen. Muchas historias ajenas han recorrido este fin de semana, historias que me cuentan posibles finales de historias que ya han sido expuestas al público, pero la realidad siempre supera a la ficción. Un corazón de oro puede estar en un trono de hierro pero siempre será un tesoro que debe ser preservado, por eso he decidido hacer alquimia con el mío para aumentar su valor en lugar de dejar que el plomo pierda su lustre por el mal tiempo. Hay que ayudarse a uno mismo para poder ayudar a los demás.

Epílogo:
Hoy a mi vuelta me han dicho que estoy algo diferente, quizás es porque me he dado cuenta de que lo que yo consideraba mi peor defecto es mi mayor virtud.