miércoles, agosto 14, 2013

Un arduo recorrido

Ya ves lo que son las cosas de la vida: después de pasarme tres años entrenando kárate y luego cinco aprendiendo a ser un bardo decente resulta que al final tengo que recorrer el Camino de la Espada por temas de trabajo. Bueno, que no se diga que me niego a ser multiclase.

PRE-VACAS POR FIN

Parecía que no iba a ocurrir nunca pero por fin van a darme un descanso en el trabajo*. Pensaba que aguantaría mejor el tipo hasta septiembre pero me he dado cuenta de que mis nervios se empezaban a resentir por la rutina y el estrés del calor del verano... y de ver que todo el mundo está practicando el contacto de gónadas** utilizando ambas manos simultáneamente mientras yo sigo permitiendo esta esclavitud legalizada. También es cierto que mejor esto que no tener ingresos de ningún tipo, todo sea dicho.
El caso es que he notado mi cansancio general esta semana porque llevo tres días teniendo sueños que no me permitían descansar bien por la noche, lo cual no contribuye a mi bienestar tampoco, no. Os los cuento:

-Hace dos noches soñé que me estaba preparando para una especie de competición de entrenadores Pokémon (o algo así) y que para participar necesitaba un dispositivo electrónico parecido a un busca. Se supone que en ese dispositivo estaban almacenados los datos con los que yo participaría en las eliminatorias y, por lo tanto, era algo imprescindible para eso mismo, pero cuando faltaban cinco minutos para que empezasen los combates me doy cuenta de que me he dejado el mío olvidado en mi casa y que ya no me va a dar tiempo a ir a por él. Casi a punto de resignarme, le pregunto al vigilante si me permitiría salir rápidamente y, aunque él me señala que no habría ningún problema, me responde que no llegaría a tiempo para mi turno y que lo mejor sería que lo dejase para el año que viene. A pesar de que mi yo consciente pensaba que no era tan importante, mi yo del sueño se repetía que había sido un desperdicio de esfuerzo para tener que esperar todo un año otra vez. Me desperté dándole vueltas a esa idea y sigo preguntándome si no estaría relacionada con la primera negación a la petición de vacaciones.

-Una noche después soñé que estaba en una tienda, la cual no identifico bien, porque quería comprar una especie de pastel de coco parecido a un erizo de mar de color rojo, aunque un poco más basto dada la obra artesanal de la que se trataba. Recuerdo que compré uno para mí pensando que estaba bien pero que tampoco era para tanto, y a pesar de eso compré otros cuatro o cinco más, de uno en uno, sólo para intentar caerle mejor a la tendera. No obstante, dicho gasto fue completamente en vano puesto que en cuanto acabé de pagar el último erizo ella se fue a atender a otros clientes sin ni siquiera despedirse de mí ni darme las gracias. Me desperté pensando en los favores que he hecho tanto fuera como dentro del trabajo y no tengo la sensación de que la gente los considere así en absoluto, la verdad.

-Anoche soñe que iba por el sendero de una especie de selva o jungla. El sendero se había anegado debido a las recientes lluvias y no se podía recorrer por el centro, aunque se podía bordear fácilmente para seguir avanzando. Recuerdo que tenía en mi mano derecha un destornillador y que no lo solté en ningún momento, como si fuera una herramienta importante allí o para mí, también recuerdo que llevaba una mochila a la espalda, aunque no le presté atención en ningún momento. El suelo estaba recubierto de hojas en diversos tonos de verde y marrón y daba la sensación de ser un espacio sin presencia humana por la calma y los típicos ruidos naturales que se podrían escuchar allí. Conforme voy avanzando por el camino, el agua del sendero va siendo disimulada por las hojas marrones que se han ido depositando encima de él hasta que cuando me quiero dar cuenta el agua ha sido absorbida completamente por el terreno y se puede andar libremente sin problemas. El sueño acaba cuando llego a un claro un poco más amplio que el sendero pero igualmente iluminado y que parece que libera un poco la supuesta opresión de la vegetación, aunque yo no me sentí oprimido en ningún momento, me preocupaba más el agua de antes. Me desperté pensando que no me habría gustado haber pisado sin querer el agua por la sensación de tener el calzado mojado y luego recordé lo molesto que es tener que ir a trabajar poniendo buena cara siempre cuando el cuerpo te pide descansar un poco para poder desconectar.

No sé si tienen un significado claro o son simplemente pasatiempos de una mente cansada pero el caso es que con tanto sueño hoy me he levantado como Martin Luther King: Tengo un sueño...

*La definición de descanso según mis jefes es trabajar previamente las horas que voy a "perder" en mi semana de vacaciones y luego no pagarlos días que no vaya a trabajar, pero es que de otro modo las consecuencias serían INEMbrables.
**No necesariamente propias.