jueves, febrero 14, 2008

Mariokart Flípatemucho Version


Mario pierde mucho en esta versión, casi se le ven lo pelillos de la nariz (aparte de los del bigote, claro) y nunca pensé que Toad (la única seta del Reino Champiñón con nombre de batracio, qué cabrona la Peach) estuviera tan cuadrado. ¿Dónde venden el pintalabios verde turquesa?
UN SAN VALETÍN, DE MUERTE, TÍA
Otro año más (como la canción de Mecano) que paso un San Valentín solito como el café, aunque este año tengo con quién compartirlo: con mi profesor de Prácticas de Gramática Inglesa I en el examen de mañana (en vez de estar donde tendría que estar). De todas formas, lo tengo planeado y tengo las maletas, vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey de rayas. Por suerte, como ya sabéis, tengo a mi chiqui esperándome allá por esos lares asturianos a que llegue la semana que viene y recuperemos el tiempo, no perdido, pero sí empleado en otras cosas.
En otro orden de cosas, creo que ya he perdido la capacidad de tranquilizar a la gente a mi alrededor. Mi madre está de los nervios por sus exámenes, mis colegas se trufan (frustrar dicho en Sebi) cuando les suspenden injustamente, en la academia de repente no sé explicar las cosas a la primera y mi jefe no me hace caso (qué raro, por cierto). Las vacaciones me van haciendo falta ya mismo y no pienso dejar que nada me prive de ellas. Resistiré, erguido frente a todo (lo que me permita el cansancio), resistiré, resistirééé...
¡Qué cantarín estoy estos días! Me están sentando bien... ¿los bollos tras el trabajo? La verdad es que no he variado mucho mi rutina diaria, pero estos días "me gusta sentirme fresca y limpia" (oh, diox mío, me ha poseído un anuncio de compresas). Siempre que la gente dice que no ha pasado nada es porque no han investigado lo suficiente, pero en mi caso la rutina es así por intervalos, es decir, siempre hago lo mismo pero siempre de diferente manera. Quizás por eso no me aburro en el trabajo tampoco... y quizás por eso siempre hago lo mismo. Anda que...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo mio ya no es frustración, es que sinceramente no tiene nombre. Solo me queda decir ¡Viva la universidad! ¬¬