miércoles, julio 29, 2009

Mi cuarto

Y desde aquí es donde se gobierna el destino del mundo, supuestamente. Claro que por suponer podemos suponer que mi cuarto es enorme por la perspectiva de cámara que he cogido y por lo tanto tengo un cuarto que parece una nave industrial. Viva la lógica que estudié en 3º de BUP.

¡ATRACADO! (SEGUNDA PARTE)

[La cámara enfoca los libritos dejados con total desgana sobre el escritorio completamente vacío mientras se aleja para encuadrar la habitación entera. Poco a poco, la mesa se empieza a llenar de folios y cartas traídas por el estudiante y la escena comienza a acelerarse por sí sola hasta que el residente de esa habitación se convierte en un borrón, los montones de papel fluctúan en densidad y tamaño como si fueran las bandas de sonido de un equipo de música y el día y la noche se suceden como si fueran una única luz intermitente. Poco después, la escena se vuelve a ralentizar para recuperar su velocidad natural, mostrando la misma escena de despertar del principio, solo que un año después.]

Esa mañana me levanté temprano para tener tiempo de hacer todos los trámites de la autoescuela, había estado muy ocupado con el cursillo intensivo para el examen teórico y no se me ocurrío preguntar cuándo terminaba el plazo para entregar la documentación. Pues bien, ESE DÍA terminaba el plazo, así que no tenía nada más que añadir, su señoría. Tras haber caído inconsciente media hora por culpa de haber estado hasta las tantas viendo pelis, conseguí despertarme lo suficiente como para sentarme delante del ordenador, y cuando me acabé de despertar por completo fui capaz de darme cuenta de que debía empezar a vestirme si quería hacer los trámites, cosa que cada vez me daba más mala espina pero tenía que hacerlo.

Lo primero era conseguir el certificado médico así que fui directamente a la consulta, donde me encontré con un chaval que me saludó diciendo "a ver si terminamos pronto que hoy me voy de vacaciones". Cuando ya le expliqué para qué había ido a su consulta me dijo que necesitaba dos fotos de carnet, cosa que no tenía, así que una vez rellené todo el papeleo fui a que me robaran el alma en porciones del Caserío. Tras una caminata calle arriba bajo un sol de playa, puse mi sonrisa más arrebatadora y, previo pago de 6€, me fueron entregadas ocho fotos de carnet a la voz de "No te preocupes, has salido igual en todas" (realmente el calor hace estragos en verano). Cuando volví a la consulta de la Doctora Quinn, el chaval me dijo que no iba hacerme pasar por la máquina, que no era necesario, cosa que me hizo imaginarme un pasapuré enorme momentáneamente justo antes de que me hicieran la prueba de visión:
-¿Cuál es la última línea que puede leer?
-Copyright 1986. Todos los derechos reservados.
-...Vale, apto.
Tras eso me dijeron que costaba 35 eurazos el papelito firmado pero que me hacían rebaja del 20% por lo que se quedaba en 28. ¡Yuju, tres éuros más caro de lo que me habían dicho en la autoescuela incluso con el descuento!

También necesitaba una fotocopia del DNI, así que me dirigí a la papelería más cercana (o sea, calle arriba bajo el sol de la muerte otra vez) y tuve la suerte de encontrármela vacía... completamente vacía. Tras diez minutos de esperar pacientemente a que saliera algún dependiente, algún encargado o los Gremlins, se me ocurrió carraspear para llamar la atención con tan mala/buena suerte de que lo hice al únisono del timbre del teléfono. Una vez atendió la llamada, la dependienta demostró que las matemáticas son algo muy complicado:
-¿Qué desea?
-Quiero una fotocopia del DNI (y con eso me quedan dos deseos).
-¿Pero una o dos?
-Una, por las dos caras.
-¿Pero una o dos fotocopias?
-Una solamente.
...Tras lo cual me fueron entregadas dos copias de mi DNI por las dos caras. Es que hacía mucho calor, es comprensible.

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