miércoles, febrero 01, 2012

Por partes

-A ver, niños, ¿en cuántas partes se divide un árbol?
-Pues depende de los golpes que le des, profe.

...Y luego no queremos reformas en la enseñanza. Por lo menos podrían enseñarles chistes mejores que los que yo cuento para que cuando lleguen a ser políticos tengan algo de gracia aunque sea.

OSCAR WILDE ON THE ROCKS

Hoy tuve que preparar un ejercicio para los alumnos acerca de este autor y me sorprendieron algunas de sus citas. La verdad es que el ejercicio trataba de conocer un poco su biografía y su estilo, pero ya que estaba lo enfoqué a que pensasen qué clase de actitud tenía este hombre basándose en las perlas de sabiduría que soltaba el chaval. De muestra un botón:

‘To love oneself is the beginning of a lifelong romance’.
(“Quererse uno mismo es el comienzo de una relación de por vida”).

‘There is no such thing as an immoral book. Books are well written, or badly written’.
(“No existen los libros inmorales. Los libros o son buenos o no lo son”).

‘There is only one thing in the world that is worse than being talked about, and that is not being talked about’.
(“Sólo existe en este mundo algo peor que que la gente hable de ti, y es que la gente no hable de ti”).

‘I never travel without my diary. One should always have something sensational to read in the train’.
(“Nunca viajo sin mi diario. Uno siempre debe llevarse algo sensacional para leer en el tren”).

‘I can resist anything but temptation’.
(“Puedo resistir cualquier cosa excepto la tentación”).

Bueno, visto lo visto cualquiera diría que tenía un ego exacerbado pero todos sabemos que no era así: tenía un ego del tamaño de Everest. Vale que era un excelente escritor de novelas y obras de teatro, pero a mí personalmente “La Importancia de Llamarse Ernesto”, al margen de la imposible traducción del título, me pareció algo digno de una de las siete maravillas del mundo*. Es más, ya que la obra trata, independientemente de lo que diga mi colega Jesús**, acerca de lo importante que es tener dinero o renombre o las dos cosas en la sociedad de su época, creo que el título habría quedado mejor si lo hubieran traducido como “La Importancia de Llamarse Modesto”, que al fin y al cabo transmite algo del sentido de ser ahorrador. De este modo, el concepto de no derrochar se conserva, aunque me sigue faltando algo para conservar el concepto original del autor, así que podríamos cambiarle también la palabra “importancia” por “relevancia” por el hecho de que no es que sea importante llamarse de una determinada manera, es la reacción de la gente al respecto lo que resulta condicionante, por lo que creo que este cambio aportaría también al mejor significado de lo que el autor quería transmitir. A pesar de estos dos cambios, todavía creo que podríamos hacer alguna que otra modificación al título porque sigo pensando que el resto del título sigue sin transmitir del todo el mensaje que Wilde quería dejar al público de su obra, así que mejor cambiamos el verbo “llamarse” por “llamar” o “avisar” y le ponemos una coma al final, que al fin y al cabo es lo que él quería transmitir en un principio por una situación que vivió cuando era joven:

Estaba él en el baño haciendo sus abluciones y decidió salir del baño a secarse. Cuando fue a coger una toalla se le cayó al suelo y tuvo que levantarse de la bañera para recogerla del suelo, pero al estar el suelo resbaladizo por el vapor de agua se resbaló y tuvo que agarrarse de la cortina que daba cierta cobertura a quien estuviera bañándose para no hacerse daño. Del fuerte tirón la arrancó, pero sólo acabó cayendo lentamente en el suelo con la cortina enrollada por todo el cuerpo. Al haber tirado el palo que sujetaba dicha cortina pensó que lo mejor era colgarlo cuanto antes para poder poner la cortina otra vez, pero de repente le dio frío y le vinieron las ganas de orinar. Como no era posible salir desnudo hasta el baño por la casa cogió una esponja y se la apretó contra sus zonas para que no se escapase nada mientras con la otra mano intentaba colocar otra vez el palo en su sitio. Cuando estaba levantándolo, sin quitar la esponja por miedo a tener un escape, escuchó ruidos en la puerta y se puso nervioso pensando que podrían verlo, así que el palo de la ducha se le cayó y se le coló entre las piernas aunque pudo cogerlo a tiempo. En ese momento uno de sus invitados entró repentinamente por necesidad en la habitación y se encontró con el escritor completamente desnudo con la cortina de la ducha enrollada, con una esponja en sus partes y un palo enorme a modo de caballo, y de ahí lo que él en un principio quería transmitir: “La Importancia de Llamar, Modesto”.

*Un ladrillo del tamaño de una pirámide.
**Y que conste que jamás vamos a estar de acuerdo en eso, de ahí nuestras conversaciones de literatura de más de una hora.

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