jueves, diciembre 29, 2011

Contrastes


¡Qué frío a pesar del sol! Y yo cogiendo aceitunas en el pueblo en vez de estar en casita hibernando, si es que ya no se respetan las antiguas tradiciones: dejar que los demás lo hagan todo por mí. En fin, al menos aprendí que el Harvest Moon no es para nada ficticio (en la realidad también es un coñazo recoger la cosecha en invierno).

MARGEN DE ERROR

No podemos evitarlo: cuando estamos en público siempre mostramos un aspecto de nosotros diferente al que nos sería natural mostrar, sin embargo, siempre tenemos que pelear con esa dualidad cuando estamos con alguien que no nos condiciona socialmente, como la familia. Ese contraste es el que nos lleva al dicho "la confianza da asco", pero también es porque se suele considerar que la gente de fuera no tiene derecho a saber cómo somos en realidad, al menos no sin demostrarnos que se lo merecen, claro. También por eso solemos permitir menos errores a la gente que tenemos más cerca y nos lleva a enfadarnos más a menudo con ellos a pesar de que luego perdonamos fallos más grandes a gente se lo merece menos por no preocuparse por ellos, supongo que porque creemos que la gente que nos conoce más debería ser capaz de sortear nuestras exigencias personales con mayor facilidad que alguien que no pertenece a nuestro jardín personal.

Curiosamente, este último tipo de gente es el que menos se preocupará de hacer las cosas bien con nosotros a pesar de que son los que más margen de abuso tienen, por eso mismo se deberían invertir las tornas: darles más margen a aquellos que van a hacer mejor uso de él y no permitirles ni media a aquellos que no lo merezcan... pero entonces nadie haría amistades, claro. Hay que tener en cuenta que el concepto de amistad se mide por la cantidad e intensidad de abusos que estamos dispuestos a soportar de esa persona sólo por no dejar de hablarnos, razón por la que es importante darle un buen margen de error en caso de que las cosas no vayan como nos convendría a nosotros (pero sí a la otra persona), ahora bien, si eso se va a convertir en una costumbre no está de más plantearse los pros y los contras de esa relación en una balanza a ver si las cuentas salen a devolver.

Por ejemplo: decir que alguien que es tu mejor amigo, además de tu jefe, te obliga a trabajar en festivos nacionales a pesar de que tienes una visita en casa que se ha recorrido media península para ir a verte, pero que no has podido atender en absoluto en todo el fin de semana porque tu jefe se ha empeñado en hacerte trabajar siete días a la semana, no sólo es incongruente sino que también es de psicólogo. No obstante, cada cual elige a sus amistades y si estamos dispuestos a ponernos cilicios voluntariamente eso queda únicamente bajo nuestro criterio, ahora bien, es muy posible que el abusador no valore esa confianza en absoluto y que la visita considere que no merece ese trato, perdiendo la amistad en el proceso*. Un claro ejemplo de un mal reparto del margen de error... que se da constantemente hoy en día.

*Sobre todo cuando la visita recibe un mensaje un mes después como si nada hubiera pasado.

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