miércoles, febrero 16, 2011

Dudas informáticas

Tengo varias dudas:
1- ¿Por qué Meganium no evoluciona a Giganium y a Teranium?
2- ¿Derramar la leche se consigue lobotomizando a la vaca?
3- ¿Para enterarse de algo hay que engigarse 1024 veces?
4- ¿Tu amigo Ramón siempre tiene la memoria encendida?
5- Si la primavera la sangre altera, ¿el invierno la sangre algiga?

...Es que la informática no es lo mío.

DÓNUTS

Hoy al levantarme tuve un antojo: quería un dónut blanco, saborear su suave tacto de azúcar y recrearme en el dulzor que deja tras masticar la esponjosa rosca, y todo eso nada más levantarme por la mañana. Me dirigí a la cocina y abrí la despensa nada más llegar. ¿A que no sabéis lo que encontré? Bueno, evidentemente dónuts no, así que me hice un sandwich de Nocilla y lo engullí ávidamente con resignación.

Después de comer tuve un antojo: quería un dónut blanco y esta vez no pensaba quedarme con las ganas. De repente me acordé de que en mi cuarto siempre tengo dulces, así que lo más probable era que tuviera mis bollos favoritos guardados en el cajón de siempre. Fui raudo a mi cuarto y abrí el cajón con la esperanza de encontrar el ansiado desayuno que tomo cada vez que el médico me manda una analítica y no puedo comer hasta que termine. ¿A que no sabéis lo que encontré? Pues dóntus no. En ese cajón casi vacío había dos tabletas de chocolate, un paquete de galletas de coco y barquillo, una bolsa de quicos gigantes, varias barritas de caramelo cubierto de chocolate, una bolsa de nueces peladas, unos cuantos caramelos masticables con sabor a frutas variadas, una caja de palmeritas de hojaldre, un paquete de galletas Príncipe* y una caja llena de recuerdos de mi etapa infantil, pero ningún dónut, así que me comí media caja de cereales de estrella en venganza para llenar ese vacío que sentía.

En el descanso del trabajotuve un antojo: quería un dónut** y estaba ya con un mono que más que Cheeta parecía King Kong, así que más valía que me diera prisa antes de que "se me saltase la yes"***. Me vino a la cabeza la imagen de un supermercado cerca de la academia así que me di prisa prisa en llegar para evitar colas innecesarias. Nada más llegar me acerqué a la zona de bollería y repostrería, era un espectáculo digno de verse: todas las lejas de las estanterías llenas de productos deseando servir de merienda, desayuno, cena o tentempié a una infinidad de clientes. Hice un rápido vistazo a las posibilidades que me ofrecía tal variedad. ¿A que no sabéis lo que encontré? Pues dónuts no, por supuesto. Había todo tipo de napolitanas, cañas, bollos, palmeritas, pasteles de fruta, bollos salados, hojaldres, empachos y demás, pero no había ni siquiera dónuts marca "La Pava Feroz", que son los que tienen todos los supermercados. Lleno de ira y frustración, salí corriendo a la calle, no sin antes comprarme un refresco de limón y una caja de xuxos de crema como premio de consolación.

De repente me di cuenta de que el universo estaba conspirando para que yo jamás consiguiera mi adorado dulce, pero entonces recordé que existe un hechizo capaz de eliminar esas maldiciones que conspiraban contra mí: bastaba con levantar la mano con el dedo índice estirado, igual que en el anuncio, para que te cayera un dónut y se enganchase por el agujero en tu mano. Ya estaba en la calle y no perdía nada por intentarlo así que reuní toda mi voluntad en ese gesto y lo realicé en una ejecución perfecta. ¿A que no sabéis lo que pasó? Pues bien, no cayó ningún dónut pero un taxi se paró delante de mí pensando que lo había llamado, un señor me dio la palabra pensando que quería hacerle alguna pregunta, un chubasco que pasaba por ahí me lanzó un rayo pensando que era un pararrayos y en último lugar levanté el vuelo como lo haría Superman, y cuando se me pasó la tontería me acerqué al kiosko más cercano y me compré los dónuts, leches ya.

*Y lo peor de todo es que, a pesar del contenido del cajón, no consigo engordar.
**No sé por qué, cada vez que escribo esa palabra me sale "dontu", que es como diría un japonés la partícula auxiliar de negación del presente simple en inglés (siempre que no sea 3ª persona del singular, claro).
***Esta expresión la dice mucho mi padre desde que yo era pequeño, pero aún de adulto no sé bien qué es la "yes" y me consta que mi padre no sabe inglés.

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