lunes, junio 15, 2009

Happy Band


Este juego se llama "Happy Band" y creo que tiene el título muy bien puesto. Es que sólo hay que verlas: es la nueva generación de "Imagina ser miembro de una banda de música que mata de hiperglucemia a sus fans". Yo evidentemente no he jugado aún, pero esta "Pato al Curri Version" promete... no entenderse nada.

Por cierto, la semana pasada me dijeron que lo último que había escrito eran todo rayadas mentales, y yo respondo a eso: ¿has leído cómo se llama este blog?

CHAPUZAS MADE IN SPAIN

Cuando todo va bien, todo va bien, pero cuando todo va mal, no cabe duda de que va a ir cada vez peor. ¿Por qué cuando se estropea la bombilla del baño el televisor, el microondas y la lámpara de la salita se ponen de acuerdo para no funcionar a la vez? Eso que parece solidaridad (electro)doméstica no es ni más ni menos que un aviso de la revolución a la francesa que se nos viene encima. Es más, incluso el mero hecho de intentar arreglar cualquiera de dichos aparatos ya es de por sí un deporte de riesgo (asumido, claro) porque aquí en España todos sabemos hacer de todo (y todo mal).

"¿Por qué no llamas a un técnico?" es la frase que más veces oiremos antes de recibir dos calambrazos, tres pinchazos en los dedos y arañazos varios en la mano... hasta que nos hartamos y pensamos "¡que se automutile otro, que pa eso le pagan!". Y entonces llamamos al técnico, que nos dice que no puede venir hasta que los juegos olímpicos se celebren en Coria del Río, pero que decide que tiene un hueco libre tras prometerle una prima interesante al terminar su trabajo (que esté buena y tal). Este se trae a su equipo de sobrinos/hijos y se pone manos a la obra.

¿Cómo funcionan las reparaciones aquí? Pues pongámoslo de esta manera: para arreglar la tele necesito ponerla encima de un elefante africano que esté sobre un andamio a quince metros de altura mientras la enfrío con un ventilador eléctrico. Sin embargo, el técnico no se ha traído ningún elefante y no quedan en el almacén tampoco así que va a utilizar una cabra, que es lo más parecido que se le ocurre; acto seguido, manda a uno de su equipo hacer el andamio de quince metros, pero trágicamente el especialista en alturas está de baja por maternidad así que se lo encarga a otro que lo más alto que ha estado en su vida ha sido encima de un taburete; y para terminar, prepara el ventilador para enfriar la tele, ventilador cuyo modelo no encuentra en el catálogo y decide que un abanico servirá perfectamente. Como resumen, tenemos la tele encima de una cabra que está subida en un taburete y que la abanica sin mucho afán, y como evidentemente la tele sigue sin funcionar, oímos las famosas palabras "esto va a ser del fabricante, ¿tiene la garantía?".

1 comentario:

Kappa dijo...

Tienes razón, te propongo un subtitulo a tu blog:

SEBIDENTEMENTE

xD