miércoles, abril 06, 2011

Entre panes


Pueees... Yo leí "ortográficas". Debe de ser por eso de que la cabra tira para el monte y todas esas cosas, aunque ya me parecía raro que las borrascas europeas fueran las causantes de los recientes cambios en la lengua española.

ÉXODO URBANO

Ya llevaba un tiempo queriendo volver pero nunca encontraba el momento. Me subí al taxi rememorando la vida que solía tener antes de irme de allí, una vida tranquila llena de actividades cotidianas pero entretenidas, sin pretensiones ni horarios excepto los de hacer la compra y alguna que otra festividad ocasional. Añoraba volver a esa vida, sería como cuando era más joven y todavía no conocía nada más, uno de esos momentos de ignorancia inconsciente pero satisfecha en los que el horizonte del mundo estaba al alcance de la mano. Allí me estarían esperando mis antiguos amigos, que habían sido avisados de mi llegada, y mi antigua casa, tal cual la dejé.

El taxi se detuvo en la plaza del pueblo. Yo intenté mirar por la ventana antes de que el conductor me abriera la puerta, pero había llovido mucho y el vaho de las ventanas no me dejaba ver nada. Al abrirse la puerta, el aire del relente nocturno me produjo un repentino escalofrío, como si algo no fuera bien. Algo me desconcertaba, una sensación de calidez flotaba en el ambiente y no concordaba con el tiempo de esa época. Dejé las maletas en el taxi y corrí hacia mi casa... no, no hizo falta, sólo tuve que mirar a mi alrededor al salir para darme cuenta de que ya nada era como antes.

Las casas estaban en ruinas y medio calcinadas; no había ni árboles ni flores en todo el pueblo, lo que convertía el suelo en un erial inerte; y la pulsante vida que existía en el pueblo en forma de animales, peces e insectos había desaparecido completamente dejando a sus habitantes en la más terrible de las hambrunas. No obstante, esta hambruna se debía a la falta de maneras de conseguir ganarse la vida, lo que me llevaba directamente al origen de todos los males de mi pueblo: un maldito cacique que esclavizaba a todo aquél que se le acercase haciendo que trabajase para él por una miseria de sueldo mientras él se enriquecía a costa de sus lacayos. Tenía que enfrentarme a él, tenía que liberar a mis amigos de sus cadenas, tenía que ofrecer un mañana mejor al lugar que tantos buenos momentos me dio... pero antes tenía que pagar la hipoteca o el Sr. Nook la tomaría conmigo.

(Sabía que dejar de jugar tanto tiempo al Animal Crossing traería consecuencias para el pueblo).

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