miércoles, julio 23, 2008

YYL


Hay que ser muy muy macho para llevar la YYL. Si la X es de extra, la Y será de macho (según Mendel). Creo que venía con un frasco de esteroides de regalo y todo.
NADA
Estos días no estoy escribiendo nada, no porque no me apetezca, sino porque no me está ocurriendo NADA. No he salido a ningún sitio, no he tenido vacaciones, no ha venido nadie a verme, no tengo a nadie con quien pasar el rato (diariamente), mis amigos suelen estar ocupados o fuera y, lo peor de todo, no hay nada que yo pueda hacer para cambiar eso (excepto despedirme del trabajo). Es casi como si estuviera castigado por haber sacado malas notas pero en plan justicia kármica, ¿ya se me ha pasado la suerte? ...Y encima tengo el bloqueo del esfritor (persona falta de inspiración por quedarse frito al sol).
Es que imaginaros por un momento mi mundo interior: Medianoche, ponen las noticias. Me siento en mi sillón y me dispongo a escuchar lo que dice el profesor Peter Cios sobre el resumen del día.
-Las noticias de hoy son que no ha ocurrido absolutamente nada de nada, ni mucho ni poco, te quedas mirando la vida pasar (al ritmo de unas maracas, claro).
¿¡No ha ocurrido nada!? ¿Cómo que nada? Si he ido a trabajar, he comprado el pan, me he conectado un rato al ordenador, he visto la tele mientras comía, he hecho un par de recados, he vuelto a casa para hacer la cena, ordenador otra vez y a la cama...
Apago la televisión y me voy a hablar con mi musa... y cual es mi sorpresa cuando me encuentro una nota suya que dice "1/2 kg de zanahorias, pasta de dientes, spagettis..." y por el otro lado algo del estilo a "lo siento, no TE aguantaba más" colgada en el marco de la ventana abierta de par en par. "¡Qué hija de píscola!" - pienso yo - "Se va sin hacerme la compra, con todo lo que he hecho por ella". Y entonces me acuerdo de la vez que la dejé hacer un trabajo de literatura por mí, de cuando hablaba en clase de comentario de textos americanos, de cuando no se me ocurría qué decir en clase de semántica inglesa y me susurraba los temas, de cuando tuve que analizar los sonetos de Shakespeare y la dejé ofrecerse voluntaria para hacerlo y, tras descartar la bipolaridad y la esquizorenia, me di cuenta de que, como escritor, soy un esclavista. Si es que la musa es una amante incodicional, más que nada porque cuando te deja lo hace de verdad, da igual en qué condiciones.

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