miércoles, julio 11, 2007

Cuarto Menguante


Puede ser una luna menguante o un ojo sacado de su cuenca, pero el caso es que me hizo gracia cómo se quedó la leche tras meterla en el microoondas. El buen fotógrafo se lleva dentro, por lo visto.
INSOMNIA STORIES
Efectivamente, lo que no me pase a mí no le pasa a nadie. Basta con que me acueste tarde para que las vecinas del portal de enfrente de mi ventana se pongan a las ocho de la mañana a hablar a voces... o basta que salga UNA VEZ de botellón para que vengan un par de borrachos buscando bronca sin motivo. Al menos nadie salió herido, pero mi espíritu justiciero me ordenaba imperiosamente darles una paliza (bueno, Pedro y yo) para que no lo hicieran más.
La cosa fue tal que así: Nosotros de cumpleaños con un colega, un grupo de más o menos doce personas (los que quedábamos ahí, que el resto se habían ido ya), y de repente se oye a voces "tú tienes cara de hippie". Nos giramos tres personas (que quizá la tuviéramos) y vemos a los típicos chulos de anabolizantes de gimnasio y con menos cerebro que Belén Esteban. "Bueno, pues dos borrachos, fin de la historia", pensé, pero nada más lejos. Se nos acercan y empiezan a insultar a las chicas, lo que hizo ya ponerse al grupo sobreaviso, y luego vinieron a nosotros a buscar pelea. Como ninguno se la daba, el que tenía menos luces que un farol apagado (y dada su machotería, una pxxxx microscópica) me da una torta tal que así, sin venir a cuento.
Realmente yo lo primero que pensé fue "ostras, que se me han caído las pipas", porque lo fue la torta ni me enteré (estar tres años en kárate es lo que tiene), pero luego caí en que lo mismo se montaba una pelea así que observé la situación y vi que todo el mundo estaba pendiente de mi reacción. Como yo no hice nada y los ecce-homo esos se estaban yendo (no fuera que entre los doce los difumináramos en micropartículas), la cosa se tranquilizó y no quedó en más. Hasta ahí la parte suave de la historia.
Epílogo: Miguel, uno del cumpleaños, llamó a la policía, que vinieron raudos y los detuvieron, los registraron y espero que los hayan sodomizado, sinceramente. Nosotros nos pasamos el resto de la noche entre el hospital (para hacer un parte de lesiones) y la comisaría (para poner la denuncia) y YO, sólo yo, tuve que ir desde mi casa hasta Oliveros (al forense) para entregar los papeles del parte el sábado sin dormir... y descubrir al llegar que estaba cerrado y el poli se había equivocado con a fecha. El parte fue entregado el lunes y todo esto ocurrió en viernes, vaya finde que he pasado...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uff que violenta está Almería. ¡ves! por eso no me pongo cachas. Ya sabía yo que las hormonas para culturistas secaban el cerebro (por no hablar de la p***a). Yo prefiero cultivar la barriga cervecera. ¡Oye! que si necesitas una cura relajante pa recuperarte del trauma te invito al balneario de Marina D'or, que lo tengo aquí al lado. Espero que estés bien, un abrazo.

Cid Lavigne dijo...

Bueno, claro que estoy bien pero me quedé con las ganas de hacerlos pulpa de imbécil, je. Necesito una cura de sueño...