martes, noviembre 29, 2011

Nueva adquisición


...Que nunca, y la verdad es que si a mí me hubieran dividido en diez seres exactamente igual que yo pero con la décima parte de mi tamaño original sí que me darían los catorce ataques (y probablemente a los de mi alrededor también, pero antes).

DISCUSIÓN CONYUGAL

Era evidente que iban a discutir, él lo supo desde que entró en la habitación, pero no tenía ni idea de que iba a ser algo tan relevante como para provocar la ruptura de los dos. Se había escudado en un manto de inconsciencia durante demasiado tiempo para no tener que distinguir lo correcto de lo incorrecto. Ella no podía soportarlo más, le quemaba por dentro desde hacía mucho tiempo y no se creía capaz de resistirlo por más tiempo, tenía que soltarlo cuanto antes o acabaría explotando. Tomó fuerzas mientras se cepillaba el pelo delante del tocador y se giró rápidamente sujetando el cepillo con la mano derecha pero sin darse cuenta de la fuerza con la que lo apretaba. Se iba a atrever a confesar lo que sentía respecto a su marido, aunque sería más un pensamiento en voz alta que una confesión.

-No lo aguanto más*.
-¿El qué, cariño?
-¿El qué? ¡Pues esa afición tuya que tienes, estás obsesionado!
-...No creo estar tan obsesionado.
-¡Sí qué lo estás! ¡No paras de repetirlo constantemente! "Soy un transformer, soy un transformer...".
-...Pero, cariño, puedo cambiar.
-¿¡Ves!? ¡Ya estás otra vez!

Bien, antes de que me apedreéis por este chistazo os tengo que decir, en mayor detrimento mío y de mi sentido del humor, que estuve sin poder reaccionar durante quince minutos de la risa cuando lo leí (creí que iba a morir asfixiado, vaya). Ya sabéis, mis chistes son como las anécdotas médicas: cuando las cuenta uno mismo son tremendas, pero cuando las cuenta otro te dan ganas de que te trague la tierra. Alfredo lo sabe bien.

*Otra manera de decirlo es "me tienes hasta..." o simplemente "tenemos que hablar".

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