martes, octubre 13, 2009

Vaya castaña...

Se supone que entre dos castañas perfectamente normales no debería haber muchas diferencias, pero entonces ¿por qué no es lo mismo una castaña que un castañazo? ¿Y por qué no es lo mismo darle una castaña a alguien que darle un castañazo? ¡Qué castaña de idioma, por favor!

EL BIEN Y EL MAL


Cuando uno se acuesta tarde sabiendo que se tiene que levantar a las 6:30 sabe que lo está haciendo mal, pero no es realmente consciente de ello hasta la mañana siguiente.

"Y aunque todos sabíamos ya quién iba a ser el ganador, vamos ahora a pronunciar el fallo del jurado. Es sorprendente que haya sido elegido mejor actor revelación, mejor escritor best-seller, premio Nobel de la paz y Chamán de nivel 85 en el mismo año, pero no es de extrañar cuando se reúnen tantas virtudes en un mismo individuo. Por lo tanto, sin más demora porque preferimos de menta, demos la enhorabuena a ¡DIN DON DINDIN DON DIN!"

...Suena el horrendo despertador del móvil que, aunque se supone que debería imitar a una especie de campanitas celestiales, a mí ya me parecen las trompetas del apocalipsis y a pesar de eso todavía no lo he estrellado contra la pared, lo cual está bien, pero la auténtica razón de ello no es que sepa controlar mis instintos movicidas sino que siempre me levanto como si el Pulpo Feroz me hubiera dado una paliza utilizando a Chun-Li como striker*.

Hoy, sin embargo, casi cumplo mi venganza, lo cual está mal, involuntariamente, lo cual está bien, llevándome por delante a una víctima inocente, lo cual está mal, solamente, lo cual está... ¿bien?: tras interrumpir la Entrega de Premios a la Excelencia (patrocinados por Minisoft Word), me levanté lo más rápida y silenciosamente que pude no fuera que mis pisadas descalzo se oyeran por encima de aquel ruido infernal. Tras un par de pasos laterales en direcciones alternas decidí que si seguía bailando la Yenka acabaría por pisar y reventar mi Play2, así que decidí recuperar el equilibrio de la manera más rápida que se me ocurrió.

Efectivamente, mis queridos lectores, lo habéis adivinado: intenté sujetarme al respaldo de la silla pero no pude sujertarme bien porque tenía el teléfono en la mano y las ruedas de ésta cedieron y se precipitaron hacia la mesa, lo cual hizo que me resbalara con una zapatilla que me crucé en un "delante-detrás-undostrés" y por no darme de boca contra el suelo ni convertir la consola en gravilla muy cara acabé por levantar una pierna y ponerla encima del colchón de la cama, quedándome en perfecto equilibrio precario en la misma pose en la que el superhéroe ese de los calzoncillos por fuera vuela por el mundo. Tras un rápido presupuesto mental buscando el quilibrio entre daños físicos y daños materiales decidí dejarme caer sobre todo el calzado que tenía cerca (los dos pares) con el teléfono y la Play intactos. Victoria... por decirlo de alguna manera.

*Striker: En los juegos de lucha, es un personaje que funciona de manera "Ah, ¿que me estás dando hasta en el carnet de identidad? Pues llamo a mi primo el de Lechesol para que te curta el lomo instantáneamente pero con el mismo sabor del Colacao original".

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