miércoles, marzo 14, 2007

En Primera Persona


Cómo veis, la perspectiva hace todo. Esto que se ve, es mi visión desde el sofá de la residencia una noche que estábamos hablando en el salón. Pocas veces en la vida podemos transmitir una imagen tal cual la vemos nosotros a los demás, así que esto sería una buena aproximación. Claro que, según mis eruditos compañeros de la residencia, la objetividad no existe, así que os tendréis que conformar con mi objetividad, je.
YO SOY YO, MI CIRCUNSTANCIA
O eso mismo decía Descartócrates y Gassetón. Como dije antes, solo se echa algo en falta cuando no lo tenemos presente y claro, si no lo tenemos presente y nos hace falta es más duro cubrir esa carencia. En mi caso, me refiero a mis amigos de Almería, esa gente que conozco desde hace años ya y que sabe quien y cómo soy en (casi) todas las circunstancias de la vida. Es como tener más familia, solo que no los tan a menudo como te gustaría, pero que aún así nos ayudan a hacer nuestro microverso personal.
El factor tiempo contribuye a que las amistades sean mejores, como el vino, pero no las condiciona. Se pueden tener a la espalda más de diez años de amistad y seguir manteniendo el contacto o hacer una amistad casi de hermanos con gente que conociste hace menos de la mitad, y ambos casos son igual de buenos. Es como el horno y el microondas: Uno es para cuando tienes tiempo de sobra y el otro es para cuando el tiempo te tiene a tí. Sea cual sea la elección, el resultado es el mismo, o sea, los macarrones gratinados salpican todo y luego tienes que limpiarlo con la balleta.
Lo más curioso de las amistades es la manera de conseguirlas. Hoy en día se le llama "amigo" a cualquiera que te siga hablando tras una semana de conversación por internet. En mis tiempo del instituto se hacían amigos cantando la canción de la vaca lechera a diferentes velocidades de vértigo o escribiendo chistes-venganza (por lo malos que eran) en las carpetas ajenas. Son el tipo de cosas que luego salen a la luz cuando ganas Operación Pitufo (ese programa en el que tienes que hiur de un gato gigante y de un viejo que quiere hacer sopa contigo) y te haces famoso por ser un notas a nivel nacional. Pues mira, no me importaría siempre que me sirva para que mis amigos no se olviden de mí (que los rabillos de pasa no siempre funcionan).

2 comentarios:

Fan dijo...

sniff! sniff! Pero qué bien escribe mi niño! Si es que estás bien enseñado.Oleee! Olee! y Oleee! Muchas gracias por esas palabrillas "babosilla mia". En mis mejores recuerdos del instituto siempre apareces tú. Sobre todo esas antológicas clases de inglés cuando poníamos a la profesora el reto de tener que separarnos siempre.¡Qué tiempos! A ver si te pones en plan abuelillo y cuentas batallitas. Aunque también estaría leer alguna historia de tus últimos cumpleaños, con tus amigos cegadores (deja ya la camarita, guapo) y regalos graciosísimos.Un besazo, chiqui.

Cid Lavigne dijo...

Vaya, me alegro de que te haya gustado. Hace tiempo que quería escribir algo así pero nunca econtraba la motivación. En fin, que dentro de poquito comentaremos estas cosas en persona, que la Semana Santa está a la vuelta de la esquina. Un besico!