viernes, marzo 29, 2013

Fray Basilius

Me he embarcado, y nunca mejor dicho, en una partida de 7º Mar otra vez, y de momento tengo que decir que la primera sesión ha sido muy divertida. Evidentemente, para la partida había que rellenar un cuestionario acerca del personaje y escribir un poco del trasfondo de su vida, así que ahí os pongo la última parte.

ORDENADO POR VOCACIÓN

“Padre, voy a ser fraile”. Con estas palabras tenía pensado comenzar y terminar mi discurso, pero los efectos de dicho comentario no se hicieron esperar. Tras unos segundos que parecieron dos semanas, mi madre rompió el silencio con un sollozo lastimero que hizo que mi padre reaccionara de la peor manera posible:
- Qué… ¿¡Qué significa eso de que quieres ser fraile!?
- Padre, con todo el respeto que usted se merece, no he dicho que quiera ser fraile, he demostrado mi clara convicción acerca del tema y le estoy informando de que ya he sido aceptado como aprediz de escriba en el Colegio de la vega. Partiré mañana mismo para reunirme con mis nuevos hermanos.

- ¡No permitiré que un hijo mío se haga fraile! ¡Imagina qué vergüenza cuando se enteren los vecinos!
Mi madre me dirigió una mirada de piedad y, con una voz que se percibía como ahogada por la congoja hacia su marido, se atrevió a participar activamente en el duelo.

- Cariño, a lo mejor no lo has pensado bien. Puede que sólo estés confundido.
- Querida madre, tanto tú como yo sabíamos que esto era cuestión de tiempo que ocurriera, simplemente habíamos acordado tácitamente no sacar el tema. Es lo que quiero ser.
- ¿¡Tú sabías de esto!? – Le inquirió mi padre – ¿¡Por qué no lo dijiste inmediatamente?
- ¿Cómo iba a decírtelo sabiendo cómo reaccionarías? Es la decisión de nuestro hijo y no la tuya, acéptalo y sé feliz por él también.
- Padre, sé que teníais planes para mí como primogénito y único varon de la familia y sé que todo lo que decís y hacéis es por mi bien, pero confío en que mis hermanas serán unas buenas esposas y que os proporcionarán nietos de sobra para vuestro contento.
- ¡Tú qué vas a saber! ¡No tienes ni idea de nada y nunca serás nada! ¡Vete, persigue esos sueños de irresponsable y no vuelvas nunca!

Salí de la habitación en dirección a mis aposentos acompañado por mis hermanas, Estela y Aurora, que también demostraron su opinión acerca del conflicto recién sucedido.

- ¡¡¡Ha sido genial, tato!!! ¡Nunca pensé que se lo acabarías diciendo!
- ¡Y qué tranquilidad durante toda la conversación! Yo no sería capaz de oír tales sandeces y no responder a padre.
- Queridas hermanitas, a veces es más relevante lo que no se dice que lo que sí.
- ¡Ya estás otra vez con tus frases filosóficas!
- Estela, me encanta esa sinceridad tuya, pero mejor que no se la muestres a padre. Recuerda que en unos años tendrás que convertirte en una buena y servicial esposa de André Du Montange.

Ese era un tema que no solíamos tratar tampoco, qué pasaría con el nombre de la familia cuando mis hermanas se hicieran mayores, así que estuvimos un rato en silencio mientras yo hacía el equipaje. Si yo, como noble, no accedía a ser el heredero, mis hermanas tendrían que casarse a la fuerza con los hijos de la familia Du Montange pero no heredarían nada, es más, sus maridos serían los que heredarían toda la fortuna de padre. No obstante, todo esto se solucionaría si yo permaciese aquí y desposara a la hermana de André y François.

- …Entonces, ¿no piensas volver nunca?
- Por supuesto que sí, Aurora, pero antes tengo que convertirme en un hombre de provecho si quiero llegar a ser un digno heredero de padre.
- ¿Es que no te gusta esa tal Camelie Du Montange con la que quiere casarte padre? ¿Por eso te largas? Para evitar la boda y eso, ¿no? ¡Seguro que tiene que ser un cardo!
- No no no, todo lo contrario, Estela, no me marcho porque no quiera conocerla sino porque quiero satisfacer mis ansias de conocimiento antes de convertirme en su esposo. Si os digo la verdad, ni siquiera la he visto en persona todavía, ¿cómo podría rechazar a alguien cuyo semblante aún desconozco? No sería justo.
- ¡Entonces volverás! ¿¡Nos lo prometes!?
-Por supuesto que sí, hermanitas, cuando me sienta un digno heredero y un marido capaz volveré y celebraremos mi boda y mi regreso.
- ¡Recuérdalo, nos lo has prometido!

Desde entonces han pasado cinco años y no pasa un día en el que no me acuerde de mi querida familia. Padre no responde nunca a mis cartas, pero mi afectuosa madre me pone al día de su actitud y mis adorables hermanitas siempre me mandan su apoyo. Siempre me dicen que hay que luchar por sentirse bien con uno mismo y el Padre del monasterio me ha instruido maravillosamente, tanto, que incluso me hizo el honor de alabar mi trabajo en más de una ocasión. Siento que mi labor aquí está dando sus frutos y creo que es mi deber promulgar el saber y el conocimiento allá donde sea necesario. No se puede conocer el mundo cuando el horizonte está al alcance de la mano, ¡hay tantas cosas por aprender! Por eso el Padre me ha preparado un viaje por mar para que satisfaga mi sed de conocimientos, aunque es una pena que tenga que partir antes de la visita de los miembros de la iglesia puesto que me habría encantado conocerlos e intercambiar impresiones, pero el Padre insistió tanto que no podía decirle que no. Es un hombre muy bueno y espero que pueda volver pronto para contarle todas mis experiencias, ¡y oficiar mi boda!, pero antes tengo que aprovechar bien todos los conocimientos que adquirí durante su aprendizaje para poder ayudar a la gente que me encuentre en mi periplo; tengo también que hacerme un hombre de provecho para convertirme en un digno esposo cuando vuelva, liberando así a mis hermanitas de un matrimonio forzado; y, lo más importante, tengo que recuperar la confianza de padre demostrándole que lo que más me importa es mi familia, pero que no puede decidir cómo serán sus hijos, decidan lo que decidan hacer en su vida… Oh, ¿ya estamos en marcha? El tiempo vuela cuando uno escribe, aunque lo cierto es que tampoco hay mucho que yo pueda hacer en este navío, si no contamos las labores de enfermería e interpretación para las que me contrataron, claro. De hecho, parece que acaban de sacar a un náufrago extranjero del agua, así que supongo que debería ir a atenderlo lo antes posible. Siempre es interesante conocer gente nueva y quién sabe lo que uno puede aprender de los sitios más insospechados.

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