lunes, agosto 30, 2010

Red button

Siempre que el médico me manda una medicina monodosis me parece que tengo que pulsar el botón rojo de la destrucción. ¿Acaso sé yo lo que me estoy tragando? Y lo más importante, ¿tengo elección? Porque a mí me han dado la pastilla azul, ¿pero dónde está la roja, señor Anderson?

EL QUE FALTABA

El padre de Clara se encontraba en un aprieto bastante gordo: la multitud que lo estaba buscando lo había encontrado y pretendían ajusticiarlo con la policía de su lado. Se daba por hecho que él era un secuestrador y que posiblemente había matado a su víctima a pesar de que no había pruebas de que hubiera hecho ninguna de las dos cosas, no importaba de todas formas, la gente sólo quería un culpable y no importaba que fuera el auténtico o no. Delante del porche de madera gris estaba su tractor triplaza aparcado con la puerta abierta. Nadie se había fijado en que faltaba uno de los cinturones de seguridad, estaban muy obcecados en vengarse de algo que no les habían hecho.

- ¡Ha sido él! ¡Seguro! - Gritó uno de la multitud.
La policía mantenía su posición de neutralidad viendo ocurrir la escena completamente conscientes de que el mero hecho de no hacer nada ya era hacer algo a favor de la multitud.
En ese momento, llegó Karl a toda prisa y se interpuso entre el apresado y sus captores y comenzó a hablarles:
-¡Alto! ¿¡Es que somos animales!? ¿Qué ha hecho este hombre para merecer este trato?
Entre murmullos de desaprobación se alzó una voz cobarde que no se dio a conocer.
-¡Es un secuestrador y un asesino!
Karl sabía que eso no era cierto, pero no podía demostrarlo. No obstante, se mantuvo en sus trece.
-¿Por qué decís eso? ¿Alguien lo ha visto?
-No, pero es evidente que llevaba a alguien más en su tractor esta noche - dijo un policía.
-¡Eso no es cierto! ¡No he salido de mi casa en todo el día! - replicó el acusado.
-Vamos, que te han visto conduciendo por la carretera. No mientas.
-¡Es cierto! ¡No me he movido de aquí! ¿¡No véis que estoy pintando la verja y la casa!?

"Si él no ha salido de casa en todo el día, alguien más ha tenido que coger el tractor para que pensasen que era él", pensó Karl, pero no daba con la clave para que la ansiosa multitud dejara de lado sus instintos homicidas. En sus cavilaciones, se acercó al tractor. La puerta estaba abierta y efectivamente había algo que no encajaba. No estaba aparcado con prisas sino en su sitio, pero faltaba uno de los cinturones de los asientos traseros. En el suelo encontró una hebilla de cinturón de seguridad con la marca del tractor grabada en ella, era evidente que pertenecía al cinturón que ya no estaba allí. En ese momento Karl lo vio claro.

-¡Alto! ¡Este hombre es inocente!
La turba estaba ya desesperada y no tenía intención de escuchar, pero uno de los policías disparó al aire y los silenció momentáneamente.
-Gracias, oficial. Como decía, este hombre es inocente. He encontrado una hebilla en su tractor que perteció al cinturón de seguridad que falta en los asientos de atrás.
-¡Eso no demuestra nada! - gritó la voz cobarde.
-¿No? Pensadlo bien, si fue él quien secuestró a la persona, ¿por qué iba a ponerle el cinturón de seguridad? Y es más, ¿por qué se lo iba a arrancar para quitárselo? Él sabría cómo abrirlo sin necesidad de utilizar la fuerza, así que esta hebilla rota demuestra que el que conducía el tractor no era él.
-Entonces, ¿quién ha sido? ¿Qué pistas tenemos?
-Pues no lo sé, oficial, no tengo más indicios de nada, pero sí tenemos un rastro que seguir. ¡Oídme! Id a vuestras casas y preguntad a vuestros familiares quién se ha echado en falta en el pueblo hoy. Está claro que las dos personas que falten serán tanto el secuestrador como la víctima. ¡Rápido, no tenemos tiempo que perder!

Mientras los policías dispersaban a la multitud, Karl se dio cuenta de que el secuestrador podía encontrarse entre ellos, sin embargo, el hecho de que todos buscasen a la víctima ya reducía el número de sospechosos. Además, de esta forma Clara le debería un favor, aunque ahora recordaba que no la había visto desde que llegó.

...Y ya no tengo más. Esto fue lo que soñé hace unos días en ese momento de duermevela que estás consciente pero no despierto. Ojalá me hubiera podido enterar de más, la verdad es que me parecía completamente una película de Telecinco de las cuatro de la tarde.

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