jueves, abril 08, 2010

Abriendo puertas...

...Y encontrándoselas cerradas de la manera más insospechada. Así me encontré yo la puerta de la academia justo el día antes de irme de Semana Santa, menos mal que no era el Humor Amarillo, que si no me habrían pillado los dos gorilas esos que ponen cuando la gente se choca en las pruebas.

Debe ser el efecto de las vacaciones, pero todavía me queda inspiración como para escribir esto entre clase y clase de la academia (y con menos de seis horas de sueño en el cuerpo):

YO QUERÍA...

Escribir sobre cosas y no decir nada.
Escribir sobre rosas y no oler nada.
Escribir sobre mozas y no sentir nada.
Escribir sobre losas y no romper nada.
Escribir sobre fosas y no mentir nada.
Escribir sobre casas y no vender nada.
Escribir sobre gente y no omitir nada.
Escribir más frecuente porque no pierdo nada.

No es que sea una maravilla de poema, pero es mío. Es una cosa curiosa lo de escribir en papel antes de ponerlo en el ordenador, me cunde más que cuando estoy delante del teclado. Será que con el ordenador tengo muchas más posibilidades de ocio y hay otras muchas que parecen más atractivas, con el papel y el lápiz no queda lugar para la imaginación (a no ser que utilicemos la imaginación). Lo bueno es que con la coña estoy llenando la libreta de textos míos, así que si alguna vez me hago famoso por la razón que sea esa libreta valdrá millones... de horas echadas mientras espero a que lleguen los alumnos puntuales a clase.

Ay, si es que la primera ha venido y nadie sabe cómo ha sido.

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