martes, diciembre 28, 2010
Santa Poring Card
Bueno, como es Navidad y eso es ni más ni menos que una fiesta religiosa debería comentaros algo referente al tema, ya sabéis, imágenes de santos y nacimientos por todos lados que conmemoran algo que ocurrió hace más de 2000 años y que condicionó al mundo bastante desde entonces. No obstante, como la religión es uno de mis dos temas prohibidos, aquí tenemos una estampita de la patrona de las cartas del Ragnarok Online, Santa Poring Card. Se sabe que es una patrona por el color rosa de la misma, se sabe que es un poring por el color rosa de la misma y se sabe que es una santa porque... ¿lleva un gorro de Papá Noel?
MISSION: NOT TOO EASY
Era casi la hora. Mi equipo y yo estábamos ya casi listos para infiltrarnos en la empresa objetivo y eliminar los documentos que nos habían indicado. Era un trabajo fácil y el jefe iba a estar muy satisfecho con nosotros, no obstante decidimos no subestimar la seguridad del edificio así que extremamos las medidas: aprovechando la tormenta del día anterior, Lenna agujereó una de las tuberías que drenan el agua de la planta baja del edificio para que la fontanería interna perdiera presión y no tuvieran agua corriente; Tim dejó "olvidado" en recepción un fajo de panfletos de publicidad de una empresa de mantenimiento mientras se ataba los zapatos cuando fue a "entregar un paquete"; Karl hizo su investigación rutinaria sobre las rondas de los guardias mientras hacía de pedigüeño en la puerta (ya sé que es un enano, pero parece que su raza está genéticamente dotada para actuar como si estuviera bajo los efectos del alcohol... aunque no lo esté); y yo hice lo que hago siempre, o sea, entrar y salir con dos maletines llenos de documentos que "se me han caído todos por casualidad y soy muy torpe como para recogerlos yo solo", así nadie se da cuenta de lo que hacen los demás. Hechas todas las averiguaciones, sólo quedaba esperar a que el recepcionista recibiera notificación de la falta de agua y encontrase los panfletos de fontanería, llamase a nuestra "empresa de fontanería" y así tuviéramos permiso para entrar en el edificio sin levantar sospechas... excepto Karl, que tuvo que liarla, como siempre.
Como era bastante probable que lo reconocieran tras su representación de tres canciones de Dolly Parton en plena calle, Delirium Tremens Style (pero no probó una gota de alcohol, es que canta así normalmente), se coló por las rejillas de ventilación de la parte de atrás del edificio cuando le dimos la señal, pero los demás entramos vestidos de fontaneros por la puerta principal. Me quité la barba para evitar que alguien de recepción recordase mi cara del día anterior pero tampoco hizo falta porque Tim siempre exagera su actuación de "currante salidorro", le encanta llamar la atención de esa manera, supongo que porque no se atreve a hacerlo cuando va "vestido de Tim", mientras que Lenna y yo nos quedamos más en segundo plano como si él fuera el jefe. Por mí perfecto mientras consigamos entrar, cosa que ocurrió, así que pudimos ponernos manos a la obra, literalmente.
Una vez sacamos a Karl de la ventilación, él, Lenna y yo nos dispusimos a cortar toda el agua del edificio mientras Tim llamaba a recepción para comunicárselo, luego cortamos la electricidad de los ascensores diciendo que era posible que se provocase un cortocircuito si las tuberías reventaban por un exceso de presión y colgamos un cartel que lo comunicaba también, y una vez que teníamos la planta incomnicada completamente nos pusimos a buscar el despacho. No resultó muy difícil, en las plantas superiores no hay mucha vigilancia por la mañana y el guardia no se daría cuenta de nada hasta dentro de 23 minutos, que era cuando le tocaba su ronda otra vez, así que teníamos tiempo de sobra. Entramos los cuatro en el despacho de la secretaria y Lenna forzó la cerradura del archivo. No quería que la forzase porque el factor sorpresa de que la empresa pensase que no había pasado nada era una baza a nuestro favor pero no hubo más remedio. Me dio los documentos y efectivamente eran esos los que debíamos destruir. Tim sugirió quemarlos pero las cenizas siempre dejan rastro por muy bien que se quemen o se esparzan, así que yo propuse usar mi magia para derretirlos y así podríamos tirar los restos por la tubería del sótano.
-Muy bien, traedme una papelera y poned los documentos dentro.
Me concentré para crear un ácido y lo dejé caer encima de los papeles conforme iba emanando desde mis manos. No obstante, me sorprendí bastante del resultado.
-...¿¡Qué!? ¿¡Por qué no se derriten!?
-Es que el papel no se derrite con ácido, deberías saberlo- dijo Lenna.
-¿Me estás diciendo que la celulosa es tetas?
...Y entonces me despertó la alarma del teléfono. No sé qué había cenado el día anterior pero seguro que el exceso de azúcar de la Navidad tenía algo que ver (cuatro hojaldrinas de postre antes de irse a dormir no son tantas, ¿no?).
domingo, diciembre 26, 2010
Estrella de Oriente
Pues sí, uno se encuentra las señales navideñas en los sitios más inesperados, como en el cristal de la entrada de los aparcamientos subterráneos del paseo. La verdad es que fue bastante inesperado porque uno de los que iba en moto al parecer tenía complejo de Alex Kidd y se quiso saltar el semáforo pero se comió un poste de la acera, lo que hizo que se le cayera el paquete que llevaba entre la piernas (un perchero, malpensados) y éste diera un golpe contra el cristal, ocasionando los resultados que vemos en la foto. Si se hubiera esperado no hubiera sido tan inesperado, ¿no?.
OTRO CUENTO DE NAVIDAD
En una noche nevada, no sin cierto anhelo,
una ventana baja las persianas que ocultan una cortina de terciopelo.
"¡Por Dios, qué horterada!" - dijo un abuelo.
Era Mr. Scrush, una persona amargada por culpa de internet y que odiaba el 20 inglés y demás redes sociales. Es más, le repateaban tanto los higadillos que tenía que tomarse un Alka-seltzer cada vez que oía a alguien comentar las fotos tomadas desde arriba con el brazo estirado y torcidas 45º de gente con gafas de sol en lugares supuestamente de moda y que luego cuelgan en el CaraLibro. "¡Como si no hubiera ya millones de fotos exactamente iguales de gente cortada por el mismo patrón!", decía constantemente, y siempre estaba en contra de ese tipo de páginas porque él pensaba que no eran realmente útiles. "¡Paparruchas! Yo también tengo un blog ¿y de qué me sirve? Lo único que busca la gente es vanagloriarse, no pienso actualizarlo más. No sirve para nada. ¡Paparruchas!".
No obstante, esa noche le iba a ocurrir algo que iba a cambiarlo completamente.
Era una noche nevada, y ya había acabado el noticiario
a pesar de que en la tele todavía estaban dando Sálvame a Diario.
"...Y ahora hablaremos del marido de la Campanario".
Apagó la tele y se dispuso a meterse en la cama. No tenía intención de actualizar su blog porque lo consideraba inútil y porque sabía que hiciera lo que hiciera no le iba a interesar a nadie, estaban todos muy ocupados hablando de Hermano Grande o de lo grande que era el hermano de alguien, y eso le irritaba tanto que antes de acostarse hizo la ferviente promesa de borrar su blog en cuando se levantase por la mañana.
Una sutil melodía comenzó a sonar en su teléfono móvil, lo que le hizo despertarse y ver que tenía una videollamada de un número que no conocía. "A mí nadie me llama desde hace mucho, no es posible que sea para mí. Se habrán equivocado y me tienen que molestar de noche, como siempre". Aceptó la llamada con intención de rechazarla en cuanto la persona le dijera qué quería y cuál fue su sorpresa cuando se encontró a Pacman en la pantalla, que lo saludaba amistosamente.
-¡Hola, buenas noches! - dijo Pacman amablemente.
Scrush se sorprendió pero igualmente tuvo el valor de fruncir el ceño y pensar que era muy posible que fuera un mensaje de publicidad, pero entonces la bolita amarilla interrumpió sus pensamientos.
-Parece que no estás muy hablador esta noche, me presentaré...
-Ya sé quién eres - dijo Scrush mientras apagaba el móvil. Odiaba que lo despertasen a mitad de la noche, lo ponía de mal humor y ya no podía descansar bien. No obstante, el teléfono se encendió y volvió a sonar. Era Pacman otra vez, y esta vez no parecía tan jovial como siempre.
-¡ÓYEME, MALDITO MALNACIDO! A MÍ NADIE ME CIERRA LA BOCA, ¿¡TE ENTERAS!? ...Ejem, bueno, como te decía, soy el fantasma de las tecnologías pasadas, y quiero mostrarte algo que te hará pensar sobre tu pasado.
Scrush no salía de su asombro, el personaje favorito de su infancia le acaba de echar la bronca por apagar el móvil y encima sabía su pasado tan bien como para querer mostrarle una parte de él.
-...¿Qué? ¿Que quieres mostrarme qué? ¿Estoy soñando?
-Será como un sueño, si así lo prefieres, jejeje. ¡Vamos!
En la pantalla del móvil se empezó a materializar una imagen, era una escena de él mismo en un cibercafé de Salamanca escribiendo como un loco en el ordenador y subiendo fotos constantemente.
-¿Te acuerdas, Scrush? Este eras tú hace unos años. Te encantaba escribir en tu blog y no te importaba que lo leyeran o no, símplemente disfrutabas del mero hecho de escribir. Era como tu diario personal y tu propia creación, no tenía ningún objetivo ni pretensión sobre su publicidad. Sin embargo a veces incluso escribías dos veces al día si te había pasado algo que quisieras contar, no porque quisieras contárselo a alguien, sino porque te gustaba el hecho de producir algo y de hacerlo de buena fé. ¡Estamos hablando de más de 7 artículos de media al mes!
-Eso fue hace mucho tiempo, cuando no estaba trabajando y aún tenía tiempo de hacer todas esas cosas que ya no puedo. No tiene sentido recordar esto, allí tenía otra vida y no tenía más obligación que yo mismo, pero ahora las cosas han cambiado.
-No han cambiado tanto si te das cuenta, todavía tienes el blog abierto, lo que significa que todavía te importa un poco. Si no te importase lo habrías borrado hace mucho tiempo.
-Sí, si han cambiado. Ahora estoy soltero y tengo que trabajar un montón para llegar a final de mes además de estudiar en mi tiempo libre. No voy a poder mantener el mismo ritmo que antes así que lo mejor que puedo hacer el olvidarme de esos temas.
-No han cambiado, todavía puedes escribir un poquito de vez en cuando y así te vas animando para otros artículos.
-Sí que han cambiado porque...
-¡QUE NO HAN CAMBIADO, LECHES! ...Ejem, bueno, tú sigue con ánimo y verás como todo sale bien. ¡Ahora despierta!
Era una noche nevada y Scrush algo frío notaba,
como estaba profundamente dormido se le estaba cayendo la baba.
"¡Maldito sea mi móvil!", eso era lo que sonaba.
Se levantó a apagar la alarma pensando que ya era de día pero se sorprendió de ver que el teléfono estaba apagado y todavía era de noche. "Esto es muy extraño, y se empieza a parecer al sueño ese que vuelvo a tener cada año". Se detuvo de repente, pensando que a lo mejor debería echarse un poco de agua antes de acostarse porque eso de pensar rimado lo sobrepasaba. Al volver al cuarto se encontró el ordenador encendido y con una imagen de Kirby que ocupaba toda la pantalla. "Bueno, después del sueño que he tenido no me extrañaría ya ver a la abeja Maya". La imagen se giró hacia la pantalla y saludó a Scrush jovialmente.
-¡Hola, buenas noches! Bueno, ya no, ¡que ya no es Nochebuena! ¡Jajaja!
-... A ver, un momento. ¿El fondo de escritorio de mi ordenador, que se supone que estaba apagado, me está dando las buenas noches? ¿Estarían pasadas las conservas de la cena?
-¡Jajaja, no estás alucinando, hombre! ¡O sí, no se sabe! ¡Jajaja! ¡Soy el fantasma de las tecnologías presentes y voy a enseñarte algo que te hará pensar sobre tu presente!
La pantalla del ordenador parpadeó y le mostró una imagen de un aula llena de niños a los que Scrush estaba leyendo un texto de una hoja escrita de su puño y letra: "Érase una vez un sábado anodino..."
-"...de ésos que hacen que la gente apague las neuronas y se dé al vino". Sí, lo conozco, lo escribí no hace mucho.
-¡Exacto! ¡Tus alumnos se quedaron bastante impresionados cuando se lo leíste en clase!
-Lo utilicé como ejemplo de una serie de tercetos, no era nada del otro mundo.
-¡Eso no es cierto! ¡Lo escribiste inspirado por tu vida diaria y contiene tus pensamientos más recientes! ¡Es una parte de ti y merece ese reconocimiento!
La imagen parpadeó otra vez y mostró a un profesor de universidad hablando con Scrush, aunque no parecía que la conversación fuera muy del agrado de este último.
-¿Qué le ha parecido mi trabajo?
-Muy bueno, pero no me creo que sea tuyo.
-¿Cómo? ¿Por qué?
-Porque el trabajo es excelente y está muy bien escrito, no creo que tú seas capaz de escribir eso tan fácilmente habiendo profesores que ni siquiera puedan aspirar a ello.
La imagen volvió a ser el fondo de pantalla y Kirby apareció de uno de los lados.
-¿Y bien? ¿A que es genial?
-¿El qué? ¿Que un profesor me acuse de plagio con un trabajo que es mío? Sí, es la leche.
-¡No, hombre! ¿No te das cuenta? ¡Él tenía envidia de tu talento, se delató con sus palabras!
-¿Envidia? ¡Si él es profesor de universidad!
-¡Pero aún así nunca tendrá la capacidad de escribir como tú lo haces! ¡Tú escribes por afición y él escribe por obligación, tus textos son frescos y llenos de vida mientras que los suyos están enlatados y se atragantan incluso en ensayos pequeños! ¡Por eso no puedes dejar de escribir!
-Ah, así que era eso.
-¡Exacto! ¡No puedes cerrar tu blog, es una parte de ti y eliminarlo sería como cortarte un brazo!
-Mira, lo que yo decida es sólo cosa mía. Estoy harto de ver cómo escribo para que la gente me eche en cara que no soy tan bueno como otros o que cuando hago algo bien no puede ser mío. Además, hoy en día todo el mundo puede escribir, no hace falta ser bueno para eso, y si no no hay más que ver lo que ha hecho la RAE últimamente.
-¡Puede ser, pero eso no es excusa, así que tienes que despertar!
Era una noche nevada y a Scrush lo despertó un pitido.
Era el ordenata que al parecer se había encendido.
"Juro que mañana me cargo a algún malnacido..."
Scrush abrió un ojo y se dispuso a levantarse a apagar el ordenador, que al parecer se había encendido solo, cuando al incorporarse se dio cuenta de que ya estaba apagado. "Y entonces, ¿de dónde venía ese pitido que antes había sonado?". De repente, flotando en medio del cuarto se materializó una pantalla plana y brillante de televisión. Mientras tomaba forma hasta su tamaño normal, Scrush pudo ver que entre las interferencias se esbozaba la silueta de una mujer. "Oh, estupendo, ¿y ahora qué?", pensó a la vez que la imagen se encuadraba y dejaba ver claramente la cara de Kerrigan, que mostraba una sonrisa con sorna como suele hacer en sus apariciones.
-Ah, ya, déjame adivinar...
-¡¡¡CÁLLATE, GUSANO!!! ¡NO TE HE DICHO QUE PUEDAS HABLAR!
La voz sonó tan fuerte que Scrush cayó de espaldas sobre la cama. De puro impulso, se metió debajo de las sábanas como si le fueran a servir de algo para protegerse mientras la imagen seguía hablando.
-SOY EL FANTASMA DE LAS TECNOLOGÍAS FUTURAS. VOY A MOSTRARTE ALGO QUE TE HARÁ PENSAR SOBRE TU FUTURO Y TÚ VAS A OBEDECER PACÍFICAMENTE, ¿ESTÁ CLARO, GUSANO?
Scrush quería responder pero no le salían las palabras así que asintió con la cabeza varias veces. La pantalla tridimensional empezó a mostrar una escena de una persona sentada delante de un ordenador. No es que tuviera polvo encima pero se notaba que no se movía mucho ni con mucha frecuencia.
-...¿Quién...es? - se atrevió a preguntar Scrush.
-ESE ERES TÚ. AL BORRAR TU BLOG NO TE QUEDARON GANAS DE SALIR A TENER NUEVAS EXPERIENCIAS Y AHORA TE PASAS EL DÍA JUGANDO AL WORLD OF WARCRAFT.
-...Ugh, pero al menos saldré de vez en cuando para contarles mis cosas a mis amigos, ¿no?
La imagen cambió otra vez, esta vez mostraba una escena en la que esa persona se tumbaba delante del sofá a ver la televisión solo un viernes por la noche.
-NO, AL DEJAR DE SALIR PARA COGER INSPIRACIÓN TUS AMIGOS SE CANSARON DE TENER QUE SACARTE DE CASA Y PASARON DE TI. AHORA TE PASAS LAS FIESTAS EN CASA VIENDO TELEBASURA.
-¡No es posible! ¡Pero si yo odio la telebasura! Además, aunque no escriba siempre me gusta releer algún que otro escrito mío de vez en cuando, que para eso son míos.
-PUES YA NO ES ASÍ, ¿Y SABES POR QUÉ? - preguntó Kerrigan con una sonrisa torcida en la cara.- AL BORRAR TU BLOG RENUNCIASTE A ELLOS COMO AUTOR ASÍ QUE CUALQUIERA PUEDE USARLOS COMO QUIERA.
La imagen se centró en la televisión hasta que se pudo oír con claridad el sonido de los que estaban hablando. "Y hoy veremos la vida de Scrush a través de su blog, donde contaba sus cosas más íntimas, y las comentaremos con nuestros analistas tras la publicidad aquí, en Sálvame a Diario".
-¡No, Sálvame a Diario no! ¡¡No es posible!! ¡¡¡No!!!
La cara de Scrush se retorció en una mueca de terror mientras el ordenador mostraba la pantalla del blog con una cuenta atrás antes del completo borrado de los archivos.
-ES TU DESTINO. ¡ASÚMELO, JAJAJA!
Kerrigan reía a carcajadas mientras el ordenador empezaba a formatear su disco duro y borraba en el proceso el blog de internet a pesar de todos los esfuerzos de Scrush por cancelar la operación. La desesperación se apoderó de él, no quería convertirse en alguien ridiculizado por los medios, y por supuesto no quería convertirse en un emo si podía hacer algo para evitarlo.
-¡No, por favor! ¡Cambiaré, escribiré, haré lo que sea! ¡Escribiré nuevos artículos, prepararé bocetos por adelantado, revisaré los textos para que pueda meter más chistes, lo que quieras! ¡Pero no me condenes a ese futuro!
-YA ES DEMASIADO TARDE, AHORA TIENES QUE DESPERTAR.
Era una mañana nevada y el sol se había levantado.
Scrush muy nervioso se despertaba y creía que se había meado.
"Oh, por favor, por favor, dime que sólo lo he soñado".
¡Era la mañana de Navidad! Estaba completamente normal y al parecer sólo estaba sobresaltado por el timbre del despertador. "Entonces sólo era un sueño, ¡pues vaya paparrucha!", pero en ese momento las pantallas de su móvil, su ordenador y su televisión parpadearon a la vez y un sudor frío recorrió su frente instantáneamente. "¡Tengo que escribir! ¡Tengo que contar lo que me ha pasado inmediatamente! ¡Seguro que le sirve a alguien, aunque sólo sea como entretenimiento! No pienso cerrar el blog, ¡ni pensarlo! Es algo mío y quiero mantenerlo como lo que es: una parte de mí. ¡Os váis a enterar! Voy a hacer el artículo más largo que se haya visto en mi página y lo voy a hacer por Navidad. ¡Ya veréis!".
...Y desde su cuarto y comiendo empanada de huevo,
Scrush os desea feliz Navidad y un próspero año nuevo.
viernes, diciembre 24, 2010
Rudolf
...Y aquí tenemos a Rudolf, nuestro siguiente participante de Operación TriUFO, el concurso en el que vienen tres extraterrestres cansados de abducir vacas y compiten para saber quién de los tres va a abducir un reno en su lugar. El participante nos ha traído un villancico que es su particular versión en Espanglish de una canción pop española de los 80, que el señor nos pille confesados.
NO CONTROLES
Not with trolls my shape of dress,
because is result and all the world taste.
Not with trolls my shape of press,
because is result and all in sings them.
Not with trolls, Miss Best Tea 2,
Not with trolls, Miss Felt.
No!
Not with trolls my shape must spin,
because is result and all ex date them.
Not with trolls, my shape of my .rar,
because is result and all in love O.
Not with trolls, not with trolls, not with trolls.
Don't do it with trolls!
...Bueno, bueno, bueno. ¡Ya estamos de vuelta tras la... em... actuación... sí, llamémosla así... de nuestro participante Rudolf. Anda, sí, lleváoslo por ahí a ver si se puede hacer paté aunque sea, que por lo menos no seamos nosotros los únicos que sufran. No obstante, no se puede negar que es un cantante que invita a la vida y te anima cantando, de hecho, tras oírlo cantar yo estoy tremendamente feliz de seguir vivo. El caso es que es una canción con mensaje, no sé muy bien qué mensaje exactamente porque al principio parecía una canción que hablaba de misses pero luego se convirtió en una especie de canción sobre informática y acabó siendo el consejo sobre sexo seguro que le dio David el gnomo a su hija en la segunda parte de la serie. La verdad es que viendo lo que se encuentra uno en los locales por la noche me parece un buen consejo.
sábado, diciembre 18, 2010
Avances tecnológicos
Este bicho tan mono es un Mr. Hertz, del mundo de Megaman, y son los encargados de hacer que los electrodomésticos funcionen correctamente siguiendo su programación, de hecho, son la forma que toman los programas informáticos en la interfaz del aparato.
Sí, hijos, sí: en el año 220X de ese mundo todo funciona automáticamente, con programas informáticos inteligentes y que aprenden de su funcionamiento para mejorar su rendimiento, y se puede hablar con ellos de cualquier cosa, que es ya la risa, por cierto. El día en que lleguemos a eso podré oír los chistes de la cafetera mientras le explico al televisor cómo recibir llamadas.
¿Y os acordáis cuando veíamos "Regreso al Futuro II" y pensábamos "¡Jo, qué adelantados en comparación con nuestro tiempo! No vamos a llegar a ver eso en la vida". Pues bien, eso mismo pensaba yo de ver a mi madre estudiando en la universidad y fíjate la tía: en segundo de Humanidades y pa'lante que va. De hecho, le mandaron un trabajo sobre adelantos tecnológicos y le quedó gracioso, así que ahí va.
PLANTA
Señoras y señores, permítanme presentarles el regalo de estas Navidades: el actualísimo Purificador y Limpiador de Aire No Tóxico para el Ambiente, también conocido como PLANTA.
PLANTA ha significado un tremendo avance para la ciencia: no necesita cables puesto que funciona con una litobatería granulada alimentada por pequeñas dosis de monóxido de dihidrógeno y que se recarga utilizando únicamente energía solar. ¡No necesita para nada la red eléctrica! Solo necesita recargar el líquido de la batería cuando se haya agotado y habrá acabado con las labores de mantenimiento puesto que tampoco deja ningún residuo cuando agota su carga.
Es un equipo móvil y portátil y puede elegirse en distintos colores y tamaños dependiendo del modelo que prefiera cada usuario del mismo. Si bien es cierto que el color estándar es el verde hierba, también disponemos de otros modelos amarillo paja y rojo pascuero que harán las delicias de los consumidores más exigentes con el estilo de su hogar.
PLANTA no necesita activarse para funcionar puesto que se activa automáticamente absorbiendo el aire cargado y dejando en su lugar aire puro mientras reciba luz solar. También avisa a su propietario de su correcto uso mediante cambios en su color, tornándose ocre cuando se necesite recargar la batería e incluso, dependiendo del modelo, creando esporádicamente pequeñas corolas pecioladas de colores diversos cuando su propietario le haya dado un mantenimiento adecuado durante un tiempo.
Su revolucionario sistema de autorreparación le permite restaurar las partes dañadas mientras los Receptores Automáticos Internos Canalizadores de Energía Simple, también conocidos como RAICES, sigan intactos y la batería tenga carga suficiente, e incluso puede aumentar su eficiencia y capacidad creando uno o más Humidificadores Orgánicos Jaspeados Ambientales, también conocidos como HOJA, si recibe los cuidados adecuados.
Aunque nunca se estropeará por el uso continuado, PLANTA puede dejar de funcionar e incluso estropearse permanentemente bajo temperaturas extremas y nunca debe ser expuesto al fuego. No debe permanecer al alcance de niños pequeños y no se debe ingerir ninguna de sus partes o componentes dado que pueden resultar tóxicos para el ser humano. En caso de duda consulte a su especialista habitual en este tipo de tecnología para evitar posibles problemas.
Sí, hijos, sí: en el año 220X de ese mundo todo funciona automáticamente, con programas informáticos inteligentes y que aprenden de su funcionamiento para mejorar su rendimiento, y se puede hablar con ellos de cualquier cosa, que es ya la risa, por cierto. El día en que lleguemos a eso podré oír los chistes de la cafetera mientras le explico al televisor cómo recibir llamadas.
¿Y os acordáis cuando veíamos "Regreso al Futuro II" y pensábamos "¡Jo, qué adelantados en comparación con nuestro tiempo! No vamos a llegar a ver eso en la vida". Pues bien, eso mismo pensaba yo de ver a mi madre estudiando en la universidad y fíjate la tía: en segundo de Humanidades y pa'lante que va. De hecho, le mandaron un trabajo sobre adelantos tecnológicos y le quedó gracioso, así que ahí va.
PLANTA
Señoras y señores, permítanme presentarles el regalo de estas Navidades: el actualísimo Purificador y Limpiador de Aire No Tóxico para el Ambiente, también conocido como PLANTA.
PLANTA ha significado un tremendo avance para la ciencia: no necesita cables puesto que funciona con una litobatería granulada alimentada por pequeñas dosis de monóxido de dihidrógeno y que se recarga utilizando únicamente energía solar. ¡No necesita para nada la red eléctrica! Solo necesita recargar el líquido de la batería cuando se haya agotado y habrá acabado con las labores de mantenimiento puesto que tampoco deja ningún residuo cuando agota su carga.
Es un equipo móvil y portátil y puede elegirse en distintos colores y tamaños dependiendo del modelo que prefiera cada usuario del mismo. Si bien es cierto que el color estándar es el verde hierba, también disponemos de otros modelos amarillo paja y rojo pascuero que harán las delicias de los consumidores más exigentes con el estilo de su hogar.
PLANTA no necesita activarse para funcionar puesto que se activa automáticamente absorbiendo el aire cargado y dejando en su lugar aire puro mientras reciba luz solar. También avisa a su propietario de su correcto uso mediante cambios en su color, tornándose ocre cuando se necesite recargar la batería e incluso, dependiendo del modelo, creando esporádicamente pequeñas corolas pecioladas de colores diversos cuando su propietario le haya dado un mantenimiento adecuado durante un tiempo.
Su revolucionario sistema de autorreparación le permite restaurar las partes dañadas mientras los Receptores Automáticos Internos Canalizadores de Energía Simple, también conocidos como RAICES, sigan intactos y la batería tenga carga suficiente, e incluso puede aumentar su eficiencia y capacidad creando uno o más Humidificadores Orgánicos Jaspeados Ambientales, también conocidos como HOJA, si recibe los cuidados adecuados.
Aunque nunca se estropeará por el uso continuado, PLANTA puede dejar de funcionar e incluso estropearse permanentemente bajo temperaturas extremas y nunca debe ser expuesto al fuego. No debe permanecer al alcance de niños pequeños y no se debe ingerir ninguna de sus partes o componentes dado que pueden resultar tóxicos para el ser humano. En caso de duda consulte a su especialista habitual en este tipo de tecnología para evitar posibles problemas.
viernes, diciembre 10, 2010
Che lo juro, chía
Oigh, es la manera de callar a alguien más pija que he leído en mucho tiempo. Nada más que por eso me he permitido poner un chiste en la valla que quedaba libre, así que pido disculpas por adelantado.
Y justo cuando pensaba que fue injusto suspender el examen de conducir por estar demasiado nervioso y que la tía que se examinaba conmigo, que se saltó un paso de peatones, tardó dos años en aparcar y se metió en dirección prohibida, aprobase a la primera, llega la televisión y me descubre un nuevo nivel de...
INDIGNANCIA*
Razón:
En un capítulo de Los Simpson en el que Bart la lía parda por fingir su secuestro, un montón de gente acaba saliendo beneficiada cuando lo "rescatan" pero Lisa descubre que todo era mentira y decide demostrar la verdad. Pues bien, a pesar de que todo el mundo vive más feliz ahora con las consecuencias (ascensos, mujeres y fama), ella está empeñada en volver a hacer sus vidas miserables con tal de que la verdad salga a la luz y ella tenga la razón. ¿CÓMO un personaje que se caracteriza por ser compasivo e inteligente se obceca de tal manera que decide de repente que el fin justifica los medios? Eso pega tanto con su personalidad como poner a Paz Padilla en Telecinco comentando tragedias... Ah, que eso también ha pasado. Pues vaya...
Más razones:
En uno de esos momentos de inactividad cerebral que tenemos los hombres llegué de canal en canal a uno en el que estaban echando la serie que protagoniza la hermana de Britania Lanzas (Escocia Lanzas). Esa serie presenta una faceta sexista y superficial de la juventud americana y está llena de estereotipos sociales falsos, como que los negros sólo pueden salir con negros o que las chicas listas no pueden ser guapas o normales, pero la guinda del pastel la puso su visión de los extranjeros: uno del grupo se ofrece como guía por el campus para un alumo de intercambio europeo pensando que era una chica y luego se pasa el resto del capítulo enseñándolo a comer mazorcas de maíz horizontálmente, diciéndole dónde se puede duchar dentro del campus (y no en plena naturaleza) y explicándole que no pueden verlos juntos porque entonces las chicas no querrán acercarse a ellos ("no molas, tío"). Pues bien, al final el extranjero acaba por juntar a su "buen amigo" con su guapísima pero iletrada hermana (porque no habla inglés y eso sólo es imperdonable si eres feo) excusándose diciendo que tiene que ir a rezar a la luna.
El hecho de que digan esas cosas es ya insultante y es preocupante que enseñen esos "valores" a los adolescentes americanos, pero lo que más quiero saber es ¿CÓMO una nación que abolió la esclavitud hace menos de un siglo puede enseñar a sus adolescentes que los extranjeros son unos salvajes?
Y todavía más razones:
Bien es sabido que los alumnos de todos los tiempos y épocas están avocados a engordar la lista de fatalities ortográficos al diccionario... al menos hasta ahora, porque la R.E.A. (rea de los hablantes, claro) está, al más puro estilo "Primavera en el Corte Inglés", haciendo rebajas en lo que concierne a los fallos más comunes a fin de mejorar la media académica de los estudiantes. ¿Que tienes problemas para saber cuándo "solo" lleva acento para indicar que es un adverbio y cuándo no? ¡No pasa nada, ya no lo lleva nunca y punto! ¿Que hay palabras difíciles de aprender como "truhán" porque son excepciones a su norma? ¡Sin problema, se le quita el acento también y tan panchos! Ya puestos, carguémonos también las letras compuestas como la Ch y la Ll, que ahora no existen como tales, pero dejemos la Qu ahí para causar conmoción y cambiémosle el nombre a la Y griega de toda la vida para llamarla "ye", para que Concha Velasco sea conocida como "Chica Y Y" el resto de su vida. ¿CÓMO es posible que, en vez de mejorar el lenguaje y enseñar a los que no saben, hayan hecho una adaptación que asume los errores más comunes como reglas ortográficas? Si al final va a ser como decía uno: "Con estas nuevas normas mejoramos la media de nuestros alumnos pero si eliminamos la H ya erradicamos el analfabetismo". A este paso acabaremos diciendo "seso" en vez de sexo, "panio" en vez de paño, "keso" en vez de queso y el mensaje de Navidad del Rey acabará sonando "Ey, wey, stamos aki tos juntos n stas fetxas tan senialads..."
...Pero lo peor de todo es que será académicamente correcto.
*Indignancia= Indignación + Ignorancia.
Y justo cuando pensaba que fue injusto suspender el examen de conducir por estar demasiado nervioso y que la tía que se examinaba conmigo, que se saltó un paso de peatones, tardó dos años en aparcar y se metió en dirección prohibida, aprobase a la primera, llega la televisión y me descubre un nuevo nivel de...
INDIGNANCIA*
Razón:
En un capítulo de Los Simpson en el que Bart la lía parda por fingir su secuestro, un montón de gente acaba saliendo beneficiada cuando lo "rescatan" pero Lisa descubre que todo era mentira y decide demostrar la verdad. Pues bien, a pesar de que todo el mundo vive más feliz ahora con las consecuencias (ascensos, mujeres y fama), ella está empeñada en volver a hacer sus vidas miserables con tal de que la verdad salga a la luz y ella tenga la razón. ¿CÓMO un personaje que se caracteriza por ser compasivo e inteligente se obceca de tal manera que decide de repente que el fin justifica los medios? Eso pega tanto con su personalidad como poner a Paz Padilla en Telecinco comentando tragedias... Ah, que eso también ha pasado. Pues vaya...
Más razones:
En uno de esos momentos de inactividad cerebral que tenemos los hombres llegué de canal en canal a uno en el que estaban echando la serie que protagoniza la hermana de Britania Lanzas (Escocia Lanzas). Esa serie presenta una faceta sexista y superficial de la juventud americana y está llena de estereotipos sociales falsos, como que los negros sólo pueden salir con negros o que las chicas listas no pueden ser guapas o normales, pero la guinda del pastel la puso su visión de los extranjeros: uno del grupo se ofrece como guía por el campus para un alumo de intercambio europeo pensando que era una chica y luego se pasa el resto del capítulo enseñándolo a comer mazorcas de maíz horizontálmente, diciéndole dónde se puede duchar dentro del campus (y no en plena naturaleza) y explicándole que no pueden verlos juntos porque entonces las chicas no querrán acercarse a ellos ("no molas, tío"). Pues bien, al final el extranjero acaba por juntar a su "buen amigo" con su guapísima pero iletrada hermana (porque no habla inglés y eso sólo es imperdonable si eres feo) excusándose diciendo que tiene que ir a rezar a la luna.
El hecho de que digan esas cosas es ya insultante y es preocupante que enseñen esos "valores" a los adolescentes americanos, pero lo que más quiero saber es ¿CÓMO una nación que abolió la esclavitud hace menos de un siglo puede enseñar a sus adolescentes que los extranjeros son unos salvajes?
Y todavía más razones:
Bien es sabido que los alumnos de todos los tiempos y épocas están avocados a engordar la lista de fatalities ortográficos al diccionario... al menos hasta ahora, porque la R.E.A. (rea de los hablantes, claro) está, al más puro estilo "Primavera en el Corte Inglés", haciendo rebajas en lo que concierne a los fallos más comunes a fin de mejorar la media académica de los estudiantes. ¿Que tienes problemas para saber cuándo "solo" lleva acento para indicar que es un adverbio y cuándo no? ¡No pasa nada, ya no lo lleva nunca y punto! ¿Que hay palabras difíciles de aprender como "truhán" porque son excepciones a su norma? ¡Sin problema, se le quita el acento también y tan panchos! Ya puestos, carguémonos también las letras compuestas como la Ch y la Ll, que ahora no existen como tales, pero dejemos la Qu ahí para causar conmoción y cambiémosle el nombre a la Y griega de toda la vida para llamarla "ye", para que Concha Velasco sea conocida como "Chica Y Y" el resto de su vida. ¿CÓMO es posible que, en vez de mejorar el lenguaje y enseñar a los que no saben, hayan hecho una adaptación que asume los errores más comunes como reglas ortográficas? Si al final va a ser como decía uno: "Con estas nuevas normas mejoramos la media de nuestros alumnos pero si eliminamos la H ya erradicamos el analfabetismo". A este paso acabaremos diciendo "seso" en vez de sexo, "panio" en vez de paño, "keso" en vez de queso y el mensaje de Navidad del Rey acabará sonando "Ey, wey, stamos aki tos juntos n stas fetxas tan senialads..."
...Pero lo peor de todo es que será académicamente correcto.
*Indignancia= Indignación + Ignorancia.
martes, noviembre 30, 2010
The DM Crowd
Y enmedio de la conmoción general producida por la reciente abolición de la televisión absurda y mediocre, una conversación completamente trascendental tiene lugar:
"...Pues sí, el caso es que no consigo acordarme de la palabra exacta, pero este fin de semana pasado estuve en Sevilla por una razón. Tenía algo que ver con Fernando Alonso y el orden en que llegan los coches, pero es que no me acuerdo; también sé que tenía algo que ver con girar las piezas del Tetris y que encajaran pero no caigo; incluso podría decir que tenía un huevo que ver con el Kamasutra pero es que tengo la palabra en la punta de la lengua. ¿Cuál era?..."
¡OH, POSICIONES! (OH, MY GOD)
Pues así de llena de gente estaba la facultad donde me examiné (ciento de personas arriba o abajo), todos nerviosos, medio empapados y congelados de frío por culpa del tiempo que hacía... que se me había olvidado que la lluvia de Sevilla no siempre es una maravilla, pero estoy contando la historia por el final, como siempre. Empiezo:
Todo empezó el jueves 25 por la noche (sin rima). Tenía que levantarme a las 6:30 de la madrugada para coger el bus una hora más tarde con dirección a Sevilla, pero para no romper mi costumbre de los viajes me acosté a las 1:30-2:00 por culpa de revisar la maleta por enésima vez. Cuatro horas y media después sonó el despertador aunque yo ya estaba despierto y me levanté de la cama para vestirme y prepararme para el viaje. Me gusta dejarme una hora de tiempo para que me dé tiempo a llegar sin prisas... pero, como ya había hecho todo antes de la siesta, en diez minutos ya estaba listo y me tocaba esperar sin poder dormirme, como siempre. Todo eso provocó que en cuanto me subiera al autobús cayera en un coma profundo que terminó cuando aparecí en Granada y el conductor puso los altavoces a toda leche para "informarnos" de que se iba a hacer una parada de veinte minutos en la que no era obligatorio bajarse... pero molestarnos sí, por lo visto.
El resto del viaje se me pasó bastante rápido, sobre todo por el hecho de que al llegar a Sevilla hacía un tiempo espléndido que parecía que iba a durar todo el finde... y un huevo de pato. Justo cuando llegué a mi alojamiento el tiempo empezó a cambiar y el leve viento fresco que corría se convirtió en el advenimiento del infierno (vikingo) acompañado de una lluvia pesadísima (unos 8 kgs cada gota) que, daba igual cómo pusieras el paraguas, te acababa mojando entero. Menos mal que ese día no tenía que salir para nada y me pude quedar en casa tranquilamente mirando las musarañas... literalmente.
La mañana del día D (D la muerte, claro) la lluvia no había parado todavía, el viento seguía en su incesable soplar y el frío era ya como de la familia, así que se avecinaba un día lleno de tensión (ya fuera por los nervios o por los tirones musculares). Tras un atasco de veinte minutos en el que yo conté cada décima de segundo que pasaba de la hora prevista de llegada, nadar entre una maraña de gente apelotonada en las puertas de la universidad, buscar la única de las ocho entradas que sí estaba abierta y comprobar que efectivamente todavía tenía orejas, conseguí llegar a la facultad de Turismo de Sevilla... lo malo es que la mía era la de Derecho y Ciencias del Trabajo. Como no sabía dónde estaba y el tiempo apremiaba (o sea, te daba un suspenso de premio), decidí preguntar a alguien cómo llegar a mi facultad pero de repente vi a una mujer mayor con corte de pelo tipo casco llamando a una de las puertas cerradas. La pobre se estaba empapando fuera y no podía entrar porque era una puerta de emergencia que sólo se abría desde dentro, así que salté por encima de un enorme charco que se había formado, bajé la barra que abría la puerta, puse un tope abajo para que no se volviera a cerrar, busqué y puse una alfombra enorme que había para cubrir el charco y le dije a la mujer que ya podía pasar. Resultó que era una de las funcionarias de allí así que le pregunté a ella a ver si me resolvía la duda y cuál fue mi sorpresa cuando me respondió en un plazo inferior a un mes: "Thank you, but the exam is in another building".
Tras una carrera-teletransporte dejando estelas de fuego bajo la lluvia, saltando charcos a reacción (y sin mojarme, sorprendentemente) y esquivar coches que se saltaban los semáforos apagados, llegué a mi facultad y me encontré con que a lo mejor teníamos que respirar por turnos para no crear el vacío de la cantidad de gente que había ahí. Como estábamos asignados a un aula según los apellidos, todos estabamos mirando en las listas a ver en qué aula nos tocaba y, como yo no puedo ir a un sitio y que todo salga bien a la primera y sin complicaciones, el destino decidió que yo tenía que aparecer en dos listas a la vez, para darle más intríngulis a la cosa. En una de las listas sólo ponían los apellidos que marcaban el rango de gente que entraba en esa aula y en la otra ponía exactamente lo mismo pero con un título encima que decía "Incidencias". Bueno, si hablamos de incidencias la verdad es que a esas alturas del día ya había superado un diluvio, veinte minutos de atasco por falta de semáforos, había sobrevivido a ser atropellado por los coches mientras saltaba charcos, había rescatado a Toad... digo, a una funcionaria de que se estropease la permanente por la lluvia y había conseguido entrar entre toda esa gente para poder tener la lista en rango visión, así que decidí que me la iba a jugar y que la primera lista que viera con mi nombre iba a ser la elegida... y menos mal que acerté, por cierto.
Ya dentro del aula, y tras una tediosa comprobación del DNI, nos hicieron sentarnos siguendo un patrón específico... que luego se pasaron por el forro y no sirvió para nada, nos dieron los cuestionarios de uno en uno y alternando los colores para que quedase más mono visto desde arriba pero sobre todo para que la gente no se copiase y nos hicieron esperar hasta la hora del examen en silencio como niños buenos mientras la gente hablaba de lo que le dio la gana. Cuando comenzó el examen me puse de lleno a ello, sabía que eran dos partes y que iba a ser duro hacerlo todo bien pero no tenía otra opción así que me concentré todo lo que pude durante los dos ejercicios, de hecho, me concentré tanto que cuando terminé me dolía la cabeza, tenía el brazo izquierdo agarrotado y las dos piernas dormidas pero no me di cuenta hasta que intenté levantarme. Como no quería llamar la atención, para no caerme junté las dos rodillas formando una X, el brazo agarrotado se me durmió también y se me quedó por la parte del paquete, y cuando sentí que me dolía la cabeza la agaché y me eché la otra mano para aliviarme el dolor a la voz de ¡Au! ...Si hubiera estado sonando "Smooth Criminal" de Michael Jackson hubiera quedado perfecto, pero digamos que fallé mi objetivo de no llamar la antención.
Epílogo:
Cuando recogieron todos los exámenes y comprobaron las listas nos hicieron esperar hasta la hora indicada para poder salir, intervalo de tiempo en el que la gente ya empezó a desvariar cosa mala, a saber: comentarios del partido del fútbol del día anterior o siguiente, quejas del examen de todos los colores y sabores, chicas que me daban conversación quisiera yo o no mientras me hacían el escáner (cosa que es un poco inquietante), y gente ansiosa por salir y olvidarse de todo eso (entre los que estaba yo).
Todavía no sé nada de los resultados y es cierto que fue un día muy movidito lleno de inconvenientes (como si el destino no quisiera dejarme hacer el examen), pero peor hubiera sido si mi facultad llega a ser de las que se quedaron sin electricidad por culpa de la lluvia, que no pudieron hacer el examen y los tienen que convocar más adelante. Al menos yo ya he terminado, para bien o para mal.
"...Pues sí, el caso es que no consigo acordarme de la palabra exacta, pero este fin de semana pasado estuve en Sevilla por una razón. Tenía algo que ver con Fernando Alonso y el orden en que llegan los coches, pero es que no me acuerdo; también sé que tenía algo que ver con girar las piezas del Tetris y que encajaran pero no caigo; incluso podría decir que tenía un huevo que ver con el Kamasutra pero es que tengo la palabra en la punta de la lengua. ¿Cuál era?..."
¡OH, POSICIONES! (OH, MY GOD)
Pues así de llena de gente estaba la facultad donde me examiné (ciento de personas arriba o abajo), todos nerviosos, medio empapados y congelados de frío por culpa del tiempo que hacía... que se me había olvidado que la lluvia de Sevilla no siempre es una maravilla, pero estoy contando la historia por el final, como siempre. Empiezo:
Todo empezó el jueves 25 por la noche (sin rima). Tenía que levantarme a las 6:30 de la madrugada para coger el bus una hora más tarde con dirección a Sevilla, pero para no romper mi costumbre de los viajes me acosté a las 1:30-2:00 por culpa de revisar la maleta por enésima vez. Cuatro horas y media después sonó el despertador aunque yo ya estaba despierto y me levanté de la cama para vestirme y prepararme para el viaje. Me gusta dejarme una hora de tiempo para que me dé tiempo a llegar sin prisas... pero, como ya había hecho todo antes de la siesta, en diez minutos ya estaba listo y me tocaba esperar sin poder dormirme, como siempre. Todo eso provocó que en cuanto me subiera al autobús cayera en un coma profundo que terminó cuando aparecí en Granada y el conductor puso los altavoces a toda leche para "informarnos" de que se iba a hacer una parada de veinte minutos en la que no era obligatorio bajarse... pero molestarnos sí, por lo visto.
El resto del viaje se me pasó bastante rápido, sobre todo por el hecho de que al llegar a Sevilla hacía un tiempo espléndido que parecía que iba a durar todo el finde... y un huevo de pato. Justo cuando llegué a mi alojamiento el tiempo empezó a cambiar y el leve viento fresco que corría se convirtió en el advenimiento del infierno (vikingo) acompañado de una lluvia pesadísima (unos 8 kgs cada gota) que, daba igual cómo pusieras el paraguas, te acababa mojando entero. Menos mal que ese día no tenía que salir para nada y me pude quedar en casa tranquilamente mirando las musarañas... literalmente.
La mañana del día D (D la muerte, claro) la lluvia no había parado todavía, el viento seguía en su incesable soplar y el frío era ya como de la familia, así que se avecinaba un día lleno de tensión (ya fuera por los nervios o por los tirones musculares). Tras un atasco de veinte minutos en el que yo conté cada décima de segundo que pasaba de la hora prevista de llegada, nadar entre una maraña de gente apelotonada en las puertas de la universidad, buscar la única de las ocho entradas que sí estaba abierta y comprobar que efectivamente todavía tenía orejas, conseguí llegar a la facultad de Turismo de Sevilla... lo malo es que la mía era la de Derecho y Ciencias del Trabajo. Como no sabía dónde estaba y el tiempo apremiaba (o sea, te daba un suspenso de premio), decidí preguntar a alguien cómo llegar a mi facultad pero de repente vi a una mujer mayor con corte de pelo tipo casco llamando a una de las puertas cerradas. La pobre se estaba empapando fuera y no podía entrar porque era una puerta de emergencia que sólo se abría desde dentro, así que salté por encima de un enorme charco que se había formado, bajé la barra que abría la puerta, puse un tope abajo para que no se volviera a cerrar, busqué y puse una alfombra enorme que había para cubrir el charco y le dije a la mujer que ya podía pasar. Resultó que era una de las funcionarias de allí así que le pregunté a ella a ver si me resolvía la duda y cuál fue mi sorpresa cuando me respondió en un plazo inferior a un mes: "Thank you, but the exam is in another building".
Tras una carrera-teletransporte dejando estelas de fuego bajo la lluvia, saltando charcos a reacción (y sin mojarme, sorprendentemente) y esquivar coches que se saltaban los semáforos apagados, llegué a mi facultad y me encontré con que a lo mejor teníamos que respirar por turnos para no crear el vacío de la cantidad de gente que había ahí. Como estábamos asignados a un aula según los apellidos, todos estabamos mirando en las listas a ver en qué aula nos tocaba y, como yo no puedo ir a un sitio y que todo salga bien a la primera y sin complicaciones, el destino decidió que yo tenía que aparecer en dos listas a la vez, para darle más intríngulis a la cosa. En una de las listas sólo ponían los apellidos que marcaban el rango de gente que entraba en esa aula y en la otra ponía exactamente lo mismo pero con un título encima que decía "Incidencias". Bueno, si hablamos de incidencias la verdad es que a esas alturas del día ya había superado un diluvio, veinte minutos de atasco por falta de semáforos, había sobrevivido a ser atropellado por los coches mientras saltaba charcos, había rescatado a Toad... digo, a una funcionaria de que se estropease la permanente por la lluvia y había conseguido entrar entre toda esa gente para poder tener la lista en rango visión, así que decidí que me la iba a jugar y que la primera lista que viera con mi nombre iba a ser la elegida... y menos mal que acerté, por cierto.
Ya dentro del aula, y tras una tediosa comprobación del DNI, nos hicieron sentarnos siguendo un patrón específico... que luego se pasaron por el forro y no sirvió para nada, nos dieron los cuestionarios de uno en uno y alternando los colores para que quedase más mono visto desde arriba pero sobre todo para que la gente no se copiase y nos hicieron esperar hasta la hora del examen en silencio como niños buenos mientras la gente hablaba de lo que le dio la gana. Cuando comenzó el examen me puse de lleno a ello, sabía que eran dos partes y que iba a ser duro hacerlo todo bien pero no tenía otra opción así que me concentré todo lo que pude durante los dos ejercicios, de hecho, me concentré tanto que cuando terminé me dolía la cabeza, tenía el brazo izquierdo agarrotado y las dos piernas dormidas pero no me di cuenta hasta que intenté levantarme. Como no quería llamar la atención, para no caerme junté las dos rodillas formando una X, el brazo agarrotado se me durmió también y se me quedó por la parte del paquete, y cuando sentí que me dolía la cabeza la agaché y me eché la otra mano para aliviarme el dolor a la voz de ¡Au! ...Si hubiera estado sonando "Smooth Criminal" de Michael Jackson hubiera quedado perfecto, pero digamos que fallé mi objetivo de no llamar la antención.
Epílogo:
Cuando recogieron todos los exámenes y comprobaron las listas nos hicieron esperar hasta la hora indicada para poder salir, intervalo de tiempo en el que la gente ya empezó a desvariar cosa mala, a saber: comentarios del partido del fútbol del día anterior o siguiente, quejas del examen de todos los colores y sabores, chicas que me daban conversación quisiera yo o no mientras me hacían el escáner (cosa que es un poco inquietante), y gente ansiosa por salir y olvidarse de todo eso (entre los que estaba yo).
Todavía no sé nada de los resultados y es cierto que fue un día muy movidito lleno de inconvenientes (como si el destino no quisiera dejarme hacer el examen), pero peor hubiera sido si mi facultad llega a ser de las que se quedaron sin electricidad por culpa de la lluvia, que no pudieron hacer el examen y los tienen que convocar más adelante. Al menos yo ya he terminado, para bien o para mal.
domingo, noviembre 21, 2010
Halloween '10
Alzáos, hijas mías, de las tumbas que os retienen. Volved a mí desde el olvido que os ha cautivado durante tanto tiempo y obedeced mis órdenes para que juntos podamos dominar el mundo... de las Reflexiones Personales Inc.
IDEAS
Sí, vale, lo sé. Ya sé que he dejado esto mucho tiempo sin añadir nada pero tenéis que entender que los autores sólo producen cuando tienen tiempo libre para que se les ocurran ideas... y yo no he escrito porque soy muy vago, no confundamos. No obstante, no ha sido por desidia que no he atendido mis deberes literarios sino más bien porque las ideas se agolpaban en mi mente para intentar salir con el mismo éxito que los virus que intentan entrar en el cuerpo del Señor Burns... pero fue por culpa del trabajo que no me he sentido muy productivo últimamente, seamos sinceros.
Cuando Encarni me comentó lo de los viajes en el tiempo y yo le comenté la teoría que tenía pensada se me ocurrió que podría escribirla y así dejarla inmortalizada mientras dure este blog... pero fue entonces que empecé el curso en la universidad y volví a tener las jornadas abusivas con mi tiempo libre, así que la idea se quedó reducida a un post-it que tengo pegado en mi pc.
Cuando Alfredo me comentaba el típico chiste de no dejar hablar a la narradora del Titan Quest al principio (Before the light...) se me ocurrió una idea graciosa para hacer un anuncio de colonia con esas palabras y se lo fui contando por chat conforme iba añadiendo cosas nuevas... pero luego empecé con las oposiciones y desde entonces la idea permanece apuntada en mi libreta de inspiraciones malas y peores.
Cuando el estrés me empezó a causar depresión por falta de esparcimiento (o sea, tiempo libre), se me ocurrió una fábula que conté hace mucho tiempo a unos alumnos que tuve en una academia para que aprendieran que no se debe abusar de la gente que tiene buena voluntad... pero entonces empecé a trabajar y a llegar tarde a casa así que la idea simplemente está anotada en mi mente para futuras referencias.
Cuando Mayca me invitó a su fiesta de Halloween y me sugirió la idea de ir disfrazado se me ocurrió que sería genial contar una historia de miedo cómico para conmemorar la fiesta de la noche de brujas... pero entonces pillé un resfriado de morirse y no era capaz de pensar por culpa de las medicinas así que la pesadilla antes de Navidad la viví yo solito en mi casa.
Y ahora cuando miro el blog sin actualizar y tan abandonado se me vienen a la cabeza todas esas ideas que quieren salir y existir fuera de mi cabeza, que lo mismo no son tan apreciadas como las de otra gente ya sea por popularidad o por efectividad, pero son ideas que quizás le sirvan a alguien, aunque sólo sea por entretenimiento. Por eso y por todo lo anterior, hemos vuelto.
miércoles, octubre 27, 2010
Soy chamán
Curiosamente, la idea de coger el palo del suelo para que pareciera el bisnieto de Gándalf no fue mía sino de la cámara (la que cogía el aparato de echar fotos, no del aparato en sí, melondrios). Es como una mezcla entre "El Príncipe de las Mareas" y "El Principito", sólo que ya comenzadito.
...Y NINGÚN FUNERAL (PERO POR POCO)
Bien está lo que bien acaba, pero la boda no se redujo a la ceremonia ni preparaciones de la misma en sí, hubo muchas más cosas que no todos los públicos están preparados para oír... pero como esto es para todos los públicos voy a contar mi propia experiencia de la boda.
Si os dáis cuenta, durante ese viaje pude coger todos los medios de transporte posibles: viajamos en coche, nos subimos en autobús, volamos en avión, navegamos en ferry... usamos un ascensor, subimos y bajamos escaleras, vimos un tren en la estación al pasar, anduvimos en cinta transportadora en el aeropuerto, casi nos atropellan un par de bicis, fuimos empujando (y a veces subidos) un carrito de maletas y, por supuesto, nos pateamos todo lo posible pasando los controles y pasillos hasta el siguiente destino, todo con el tiempo pegado al culo, por supuesto.
No obstante, en la última etapa del viaje de ida, el ferry, pude sentirme completamente tranquilo y en paz con la naturaleza mientras el viento me acariciaba la cara en la cubierta del barco mientras el sol me bañaba con su cálida luz. Es uno de esos momentos en los que el cielo se abre, los ángeles tocan trompetas y llega una bellísima musa que te susurra al oído alguna verdad universal completamente trascendente e importante para el destino de la humanidad... pero en este caso en vez de trompetas era el murmullo de la gente del ferry bebiendo cerveza, en vez de musa era una mujer cuyo semblante no recuerdo porque mis ojos la esquivaban por orden directa de mi salud mental, en vez de abrirse el cielo ella abrió la boca y en vez de verdad universal completamente trascendente ella dijo esto: "Me encanta Física y Química porque esa serie sólo refleja la realidad" ...Pues si eso es la realidad creo que me he pasado toda la vida esquivando la estadística, qué quieres que te diga (amén de cómo hay que pensar para creer que eso es lo que viven los chavales en el instituto todos los días, claro).
Al llegar a la casa de los futuros casados me di cuenta de que no entendía a los habitantes de la isla, no sólo por su curiosa manera de enterder la realidad física (y química), sino porque no entendía su acento tan característico. Intenté acercar la oreja a conversaciones de otras personas que había por ahí durante el trayecto por si acaso conseguía adaptarme a esa manera de hablar pero seguía sin entender nada, luego probé a quitarme los cascos y la verdad es que funcionó.
Menos mal, porque si no no hubiera entendido a la gente y no me habría dado cuenta de que las chicas huían de una cucaracha que pretendía alojarse en mi cuarto conmigo, cosa que no estaba dispuesto a permitir (me hubiera ido a dormir al salón, faltaba más); no me hubiera enterado de que en esa isla existen como un kilo de microclimas subiendo o bajando un par de kilómetros de altura y probablemente hubiera pillado siete tipos de gripe distintos, dos de ellos aún desconocidos, por culpa del frío-calor-frío-calor-etc; y no me hubiera enterado de que estés donde estés los gallos siempre cantan al amanecer independientemente de la hora a la que te acostases ayer y luego cada media hora más tarde hasta que se hacen las diez (haciendo en que tu primera mañana en la isla tengas, por lo menos, instintos gallicidas).
Y por supuesto no podía faltar la experiencia automovilística, o sea, repartirnos toda la familia y los amigos entre los coches disponibles e irnos a comer por ahí. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que aún con el carnet de conducir todavía me quedaba mucho por aprender en lo que respecta a coches... o a sus conductores.
De entrada, no sólo cogimos un coche que se calaba más que los barcos por culpa de un manguito mal puesto, que digo yo que si el coche no va a nadar no hay por qué ponerle manguitos, pero en fin, sino que encima aprendí a las malas malísimas que a las islas no había llegado el concepto de la línea recta, cosa que quedó claramente demostrada en lo que respecta a las carreteras porque para rodear una montaña es lógico que haya curvas, pero que para seguir una ladera haya que ir haciendo eses me parece ya excesivo. Luego ya todo depende del conductor y por supuesto de la manera que tenga de conducir: por ejemplo, hay gente que se fija en todos los detalles y calcula cada paso que hay quedar a la hora de aparcar, hay otra gente que aparca al ritmo de freno-embrague-freno embrague-embrague-freno freno-embrague-freno y espera a que el coche solito se sitúe entre los otros dos que marcan las pautas mientras los pasajeros bailan el son con las cabezas, pero hay otra gente que intenta razonar todo lo que pretenden hacer y, cito textualmente, "da igual lo que le digas al coche que éste no hace lo que tú quieres"... y digo yo, ¿y si es que el coche no te oye porque tienes la música puesta? Evidentemente, al final la experiencia se impone y consigues hacer lo que pretendías desde un principio porque, al fin y al cabo, como dijo uno de los nuestros, "el coche son leches y habas", y a mí el concepto de mezclar habas en un vaso de leche me revuelve un poco estómago así que mejor que lo hagan los expertos.
No obstante, el viaje estuvo lleno de cosas interesantes que se hicieron un huequito en mi memoria: viajé en barco por el Atlántico, hicimos senderismo por un bosque digno de Parque Jurásico, bebí agua de un árbol, pude mirar al horizonte y ver que estoy más arriba de las nubes y pude compartir un momento muy especial con mis amigos que espero que dure toda la vida. De hecho el propio cielo lloraba nuestra partida el día que nos íbamos (sin paraguas) y pareció que realmente cerrábamos una etapa en el viaje porque fuimos los últimos pasajeros en subir al ferry justo antes de que cerrasen las puertas. ¡Que vivan los novios!
domingo, octubre 17, 2010
Alejandro & Emilia
Este pasado sábado 9 de Octubre mis amigos Alejandro y Emilia decidieron reafirmar su ya declarada relación en pareja tras once años siendo lo que ahora son oficialmente: marido y mujer.
CUATRO BODAS...
La jornada comenzó con un viaje en coche desde Almería a Málaga, un vuelo desde Málaga a Tenerife, un bus desde el norte de Tenerife hasta el sur de la isla, un ferry desde ahí hasta La Gomera y un miniviaje en coche desde el puerto hasta casa de los futuros desposados... pero mereció la pena. Ha sido la primera boda a la que me han invitado oficialmente y no como añadido familiar o conyugal (imposible esta última, por cierto).
A pesar de las prisas del día siguiente arreglando al novio, buscando a Mari para que nos hiciera el nudo de la corbata, averiguando de qué lado iban los gemelos del traje, entregando unos zapatos y maquillaje a la novia mientras evitábamos que los novios se vieran antes de la ceremonia (estaban en casas aparte, pero los olvidos existen), grabando el cd de la música por triplicado no fuera que no funcionase alguno (aunque luego no los usamos), intentando buscar aparcamiento antes de que la novia llegase en su coche para poder echarle una foto nada más bajar, reuniendo a los invitados para que entrásemos todos juntos al ayuntamiento y, por fin, reuniendo a los novios para que asistieran a su boda. Era como uno de esos equilibrios precarios que dan una completa y absoluta impresión de seguridad y consolidación pero que cualquier cambio por mínimo que sea lo echa todo a perder, y no lo digo por los novios, que bastante llevaban ya los pobres sin haber empezado todavía.
La ceremonia fue la mejor que había visto hasta la época: se hizo un pequeño discurso de presentación, los novios leyeron sus votos, intercambiaron sus alianzas y, por supuesto, se dieron el beso que todo el mundo esperaba con los aplausos de sus familiares y amigos. Hubo muchos momentos en los que me sentí realmente feliz por ellos y creo que esa fue una de las razones por las que me encantó la ceremonia, pero la otra razón indiscutible que todo el mundo compartió conmigo fue que duró lo justo y necesario, nada que ver con esas otras bodas en las que a pleno calor de verano te obligan a estar dos horas y media dentro de un edificio con una idea de aire acondicionado definida por la oración "pidamos al Señor que este sacrificio sea agradable". En agradecimiento, el propio ayuntamiento les regaló un detalle conmemorativo de ese día y luego se procedió a la avalancha de fotos, cosa que parecía que iba a ser corta pero que resultó durar más tiempo que la ceremonia en sí. No obstante, como se puede ver en la foto, los novios lo valían.
En el intervalo de tiempo entre la ceremonia y el convite se dirigieron a un parque cercano para hacerse el reportaje de boda, supervisado por Mari y por mí, por supuesto, que así no tendríamos que hacerles posar otra vez para tener fotos de los novios durante la boda. Tras varios cientos de carretes digitales después, algunos extrañamente favorecidos por el sol y otros no tan favorecidos por el viento y el flequillo de la novia, acompañamos a los recién casados a su banquete de bodas, donde los invitados disfrutaron de una comida de diseño que algunos aseguran, y no me quiero señalar, que podrían haber estado comiendo una o dos horas más dada la tremenda calidad de la misma. Después se abrió la barra libre, que abrió la veda de los "¡Que se besen!", "¡Que vivan los novios!" y de anécdotas vividas con cualquiera de los dos anfitriones, recordando los buenos momentos como debe ser.
En conjunto, estoy muy contento de haber tomado parte en la ceremonia de su matrimonio pero más contento estoy de que ellos mismos quisieran que tomara parte.
Alex y Emilia, os deseo lo mejor, ya lo sabéis.
viernes, octubre 01, 2010
Haz de láser
Oiga, señor, que por muy cabeza gigante cibernética que sea a mí nadie me da órdenes. Además, ¿cómo se hace eso? ¿Pintándote de fluorescente y diciendo "piu piu"?
SENTIRSE TONTO (O NO)
Esta mañana me levanté diez minutos antes de mi hora. Tenía tiempo de sobra para vestirme, arreglarme, coger mis cosas y salir hacia la parada del bus, de hecho, me dio tiempo incluso a espabilarme con calma durante el proceso así que no iba muy estresado. Normalmente me toca salir a toda prisa e ir corriendo hasta la parada (en ayunas) porque los veo al fondo parados y a punto de irse, pero esta vez no estaban allí así que hice mi camino sin prisas y oyendo la música que tenía en el mp3. Al llegar a la parada me reuní con el resto de la gente que esperaba el autobús. No es que fueran pocos pero no había mucha gente, así que esperé mi turno para subirme cuando llegó, pero cuál fue mi sorpresa cuando al estar justo delante de la puerta el conductor la cierra, dejándome fuera, a la voz de "No cabe más gente" a pesar de que los pasillos estaban vacíos y se había parado todo el mundo en la entrada como borregos. Menos mal que vino otro inmediatamente.
Ya en la universidad, me bajé del autobús y fui en dirección a mi clase de los jueves. Todavía faltaban cinco minutos y el profesor siempre es puntual así que me extrañó ver la puerta ya cerrada de la clase. Llamé a la puerta y la profesora de ahí me dijo que entrase, le pregunté si ésa era la clase de Introducción a la Traductología y me dijo que sí, que era Comprensión y Expresión del Inglés. Tras medio segundo de incertidumbre quise confirmar si efectivamente había oído lo que creía así que le volví a formular la pregunta y me dijo que efectivamente ahí se daba Comprensión, por lo que procedí a sentarme en el sitio que consideré adecuado. Como la sombra de la duda me acechaba en plan Nosferatu, se me ocurrió preguntarle si Introducción era lo mismo que Comprensión y me dijo que evidentemente no, que ésa era otra clase. Cogí mis cosas y me fui, pensando que el inglés lo mismo sí que lo comprendía pero el español...
Al volver de las clases le dije a mi madre que si necesitaba algo ya lo hacía yo, que al fin y al cabo no tenía nada más que hacer esta mañana, y ella me dijo que fuera a tender la ropa, así que así lo hice: cogí el cesto de las pinzas y el barreño cargado con la ropa recién sacada de la lavadora y, tras una exhaustiva explicación sobre por qué los pantalones tienen que secarse vueltos y con la parte trasera interior de cara al sol, me dispuse a subir las escaleras hacia el cuarto piso del edificio (el terrado). Como me había llevado música, la tarea se me hizo bastante llevadera y no me molestó en absoluto a pesar de no tener a nadie que me diera conversación... al menos hasta que de repente no conseguía abrir una pinza para poner el último pantalón. Por más fuerza que hiciera no era capaz de engancharla en la cuerda y tampoco podía ponerla a la fuerza por si acaso mi madre no la podía sacar tampoco así que me acerqué la pinza y la exáminé con detenimiento. El resultado de mi estudio fue que por más que apretase la pinza ésta no iba a abrirse porque estaba cogiéndola del revés (pinza wins).
SENTIRSE TONTO (O NO)
Esta mañana me levanté diez minutos antes de mi hora. Tenía tiempo de sobra para vestirme, arreglarme, coger mis cosas y salir hacia la parada del bus, de hecho, me dio tiempo incluso a espabilarme con calma durante el proceso así que no iba muy estresado. Normalmente me toca salir a toda prisa e ir corriendo hasta la parada (en ayunas) porque los veo al fondo parados y a punto de irse, pero esta vez no estaban allí así que hice mi camino sin prisas y oyendo la música que tenía en el mp3. Al llegar a la parada me reuní con el resto de la gente que esperaba el autobús. No es que fueran pocos pero no había mucha gente, así que esperé mi turno para subirme cuando llegó, pero cuál fue mi sorpresa cuando al estar justo delante de la puerta el conductor la cierra, dejándome fuera, a la voz de "No cabe más gente" a pesar de que los pasillos estaban vacíos y se había parado todo el mundo en la entrada como borregos. Menos mal que vino otro inmediatamente.
Ya en la universidad, me bajé del autobús y fui en dirección a mi clase de los jueves. Todavía faltaban cinco minutos y el profesor siempre es puntual así que me extrañó ver la puerta ya cerrada de la clase. Llamé a la puerta y la profesora de ahí me dijo que entrase, le pregunté si ésa era la clase de Introducción a la Traductología y me dijo que sí, que era Comprensión y Expresión del Inglés. Tras medio segundo de incertidumbre quise confirmar si efectivamente había oído lo que creía así que le volví a formular la pregunta y me dijo que efectivamente ahí se daba Comprensión, por lo que procedí a sentarme en el sitio que consideré adecuado. Como la sombra de la duda me acechaba en plan Nosferatu, se me ocurrió preguntarle si Introducción era lo mismo que Comprensión y me dijo que evidentemente no, que ésa era otra clase. Cogí mis cosas y me fui, pensando que el inglés lo mismo sí que lo comprendía pero el español...
Al volver de las clases le dije a mi madre que si necesitaba algo ya lo hacía yo, que al fin y al cabo no tenía nada más que hacer esta mañana, y ella me dijo que fuera a tender la ropa, así que así lo hice: cogí el cesto de las pinzas y el barreño cargado con la ropa recién sacada de la lavadora y, tras una exhaustiva explicación sobre por qué los pantalones tienen que secarse vueltos y con la parte trasera interior de cara al sol, me dispuse a subir las escaleras hacia el cuarto piso del edificio (el terrado). Como me había llevado música, la tarea se me hizo bastante llevadera y no me molestó en absoluto a pesar de no tener a nadie que me diera conversación... al menos hasta que de repente no conseguía abrir una pinza para poner el último pantalón. Por más fuerza que hiciera no era capaz de engancharla en la cuerda y tampoco podía ponerla a la fuerza por si acaso mi madre no la podía sacar tampoco así que me acerqué la pinza y la exáminé con detenimiento. El resultado de mi estudio fue que por más que apretase la pinza ésta no iba a abrirse porque estaba cogiéndola del revés (pinza wins).
Imperativamente
No falla: siempre que entro en la cocina me dicen que me vaya. Total, todavía no he quemado nada en mis intentos (no podéis demostrarlo) y, aunque tengo el récord mundial de conseguir carbonizar completamente una hamburguesa por fuera mientras se mantenía cogelada por dentro, todo el mundo sabe que cocinar de olla se me da... aceptablemente (por culpa de la sal).
Esto me recuerda una anécdota de cuando estaba yo en Irlanda. Era un día cualquiera en el que uno no se espera protagonizar...
GORILAS EN LA NIEBLA
Era una de esas mañanas de domingo en las que a las once de la mañana ya tienes hechas todas tus tareas tanto de casa como de la universidad y decides echar un rato de ordenador. Tras un rato conectado a la autopista de la información, se me ocurre que puedo ponerme a cocinar a la una y así no tengo que esperar a que terminen los demás para comer yo, así que me dirigí a la cocina y cuál fue mi sorpresa cuando me encuentro a una compañera de piso viendo la tele con un cuenco de habichuelas con tomate y completamente inmersa en un mar de humo blanco. Evidentemente, eso no tenía muy buen aspecto (y lo del humo tampoco, la verdad)
Se me ocurre preguntarle si estaba cocinando y me respondió que sí, que se estaba calentando unas tostadas en el horno. Al acercarme a la puerta del horno vi seis churrascos carbonizados que ya no creía que fueran comestibles así que se lo comenté y ella vino inmediatamente a comprobarlo. En su extrema y supina inteligencia, lo primero que se le ocurrió hacer fue abrir la puerta del horno, lo que provocó una serie de acontecimientos en cadena: primero, los carbones alimentarios que había ahí dentro eran ascuas por dentro pero estaban ahogados por el humo así que al abrir la puerta y darles oxígeno se encendieron inmediatamente; segundo, las ascuas, con su fuerza renovada, deciden agradecernos el gesto dándonos un abrazo que se manifestó en forma de llamarada que llegó hasta el techo de la cocina (pero sin repercusiones directas); y tercero, mi compi de piso, una experta en saber mantener la compostura en cualquier situación, pierde los nervios y comienza a zarandearme mientras me grita "¡¡¡Dios mío!!! ¿¡Qué vamos a hacer!?". Todo un alarde de compostura y serenidad, sí.
En un ademán de delicadeza y hombría digno de las películas de Cary Grant, la aparté (aunque lo más correcto sería decir que me liberé de su presa) y cerré la puerta del horno, lo que extinguió la llamarada inmediatamente. A toda velocidad abrí las ventanas y las puertas de la terraza para que saliera el humo fuera, porque si por uno de esos hazares del destino la alarma antiincendios se llega a activar la hubiéramos liado parda de verdad*. No obstante, tras abrir todo vi que no era suficiente así que cogí un trapo de cocina y empecé a agitarlo con todas mis fuerzas para echar el humo fuera... hasta que me empecé a marear por el esfuerzo y el humo que no me dejaba respirar y decidí salir a tomar un poco el aire antes de seguir... pero al darme la vuelta se pasó todo de golpe.
Con todo este frenesí de adrenalina se me había olvidado, pero resulta que había otra persona más en la sala, aquella que me había enseñado que no hay que perder los nervios ante una crisis sino eliminarlos completamente de la faz de la tierra, que hasta ahora no me había percatado de su presencia. Mi compi de piso, completamente al borde de un ataque de nervios y desviviéndose por ayudarme, estaba tranquilamente sentada en el sofá comiéndose sus habichuelas con tomate y viendo su teleserie. Estaba tan atónito ante esa pasividad que ni siquiera me enfadé, pero le pregunté que si es que no pensaba ayudarme a quitar el humo y me respondió que no pasaba nada, que cuando se quitase ya limpiaría el horno. "Vale, pues si no es problema tuyo tampoco es problema mío", dije yo.
Epílogo:
Completamente ahumado, con la ropa limpia y recién puesta apestando a carbón y yo medio asfixiado me volví a mi cuarto a que se me pasase el cabreo (y la asfixia). Lo bueno y lo malo que tenían los irlandeses (que yo conocí) era que no se molestaban por nada (en ningún sentido concebible).
*Es que era una de esas alarmas que suenan tan fuerte que hacen que te aumenten las dioptrías y que los colores te sepan salados al olerlos.
Esto me recuerda una anécdota de cuando estaba yo en Irlanda. Era un día cualquiera en el que uno no se espera protagonizar...
GORILAS EN LA NIEBLA
Era una de esas mañanas de domingo en las que a las once de la mañana ya tienes hechas todas tus tareas tanto de casa como de la universidad y decides echar un rato de ordenador. Tras un rato conectado a la autopista de la información, se me ocurre que puedo ponerme a cocinar a la una y así no tengo que esperar a que terminen los demás para comer yo, así que me dirigí a la cocina y cuál fue mi sorpresa cuando me encuentro a una compañera de piso viendo la tele con un cuenco de habichuelas con tomate y completamente inmersa en un mar de humo blanco. Evidentemente, eso no tenía muy buen aspecto (y lo del humo tampoco, la verdad)
Se me ocurre preguntarle si estaba cocinando y me respondió que sí, que se estaba calentando unas tostadas en el horno. Al acercarme a la puerta del horno vi seis churrascos carbonizados que ya no creía que fueran comestibles así que se lo comenté y ella vino inmediatamente a comprobarlo. En su extrema y supina inteligencia, lo primero que se le ocurrió hacer fue abrir la puerta del horno, lo que provocó una serie de acontecimientos en cadena: primero, los carbones alimentarios que había ahí dentro eran ascuas por dentro pero estaban ahogados por el humo así que al abrir la puerta y darles oxígeno se encendieron inmediatamente; segundo, las ascuas, con su fuerza renovada, deciden agradecernos el gesto dándonos un abrazo que se manifestó en forma de llamarada que llegó hasta el techo de la cocina (pero sin repercusiones directas); y tercero, mi compi de piso, una experta en saber mantener la compostura en cualquier situación, pierde los nervios y comienza a zarandearme mientras me grita "¡¡¡Dios mío!!! ¿¡Qué vamos a hacer!?". Todo un alarde de compostura y serenidad, sí.
En un ademán de delicadeza y hombría digno de las películas de Cary Grant, la aparté (aunque lo más correcto sería decir que me liberé de su presa) y cerré la puerta del horno, lo que extinguió la llamarada inmediatamente. A toda velocidad abrí las ventanas y las puertas de la terraza para que saliera el humo fuera, porque si por uno de esos hazares del destino la alarma antiincendios se llega a activar la hubiéramos liado parda de verdad*. No obstante, tras abrir todo vi que no era suficiente así que cogí un trapo de cocina y empecé a agitarlo con todas mis fuerzas para echar el humo fuera... hasta que me empecé a marear por el esfuerzo y el humo que no me dejaba respirar y decidí salir a tomar un poco el aire antes de seguir... pero al darme la vuelta se pasó todo de golpe.
Con todo este frenesí de adrenalina se me había olvidado, pero resulta que había otra persona más en la sala, aquella que me había enseñado que no hay que perder los nervios ante una crisis sino eliminarlos completamente de la faz de la tierra, que hasta ahora no me había percatado de su presencia. Mi compi de piso, completamente al borde de un ataque de nervios y desviviéndose por ayudarme, estaba tranquilamente sentada en el sofá comiéndose sus habichuelas con tomate y viendo su teleserie. Estaba tan atónito ante esa pasividad que ni siquiera me enfadé, pero le pregunté que si es que no pensaba ayudarme a quitar el humo y me respondió que no pasaba nada, que cuando se quitase ya limpiaría el horno. "Vale, pues si no es problema tuyo tampoco es problema mío", dije yo.
Epílogo:
Completamente ahumado, con la ropa limpia y recién puesta apestando a carbón y yo medio asfixiado me volví a mi cuarto a que se me pasase el cabreo (y la asfixia). Lo bueno y lo malo que tenían los irlandeses (que yo conocí) era que no se molestaban por nada (en ningún sentido concebible).
*Es que era una de esas alarmas que suenan tan fuerte que hacen que te aumenten las dioptrías y que los colores te sepan salados al olerlos.
domingo, septiembre 26, 2010
Veracity
Pues sí, lo sorprendente de la imagen no es que Minney tenga el cuello tan retorcido que se le vea la sonrisa donde deberían estar las cervicales sino que el "Castle of Illusion" se desarrolla en un pueblo de Almería (haciendo publicidad y todo, sorprendente). Lo siguiente será "Aladdin: Perils of Turre", seguro.
CONFUSIÓN DE IDENTIDAD
Una de las cosas que más nervioso me ponen (sin contar Gramática Inglesa II, claro) es que me confundan con otra persona en algún momento importante en el que no me lo espere. Es que realmente nuestra identidad es lo único que tenemos en sociedad y si nos la cambian por otra imagina lo problemático de tener que enfretarse a situaciones que no sabes de dónde vienen. ¿Que no? Pues ahí van situaciones que me podrían costar un par de Valiums:
Supuesto 1:
Justo cuando llego a mi destino en tren a conocer a alguien, llega mi anfitrión y nos vamos a su casa a dejar las maletas. Por el camino vamos hablando y le cuento las molestias de viajar usando el transporte público pero que hubiera sido peor coger el bus. Me pregunta que qué le parezco al natural y si se le notan los cambios, a lo que yo le digo que no está exactamente como en las fotos pero que sí se parece, que no se preocupe; pero claro, él me ha preguntado eso porque cree que en persona no soy igual que en las fotos, que soy diferente. La conversación sigue por derroteros completamente triviales hasta que llegamos a su casa y dejamos las maletas, me sugiere que mire el correo por si tengo mensajes urgentes y yo sigo su consejo mientras él prepara algo de cena. Completamente absorto en escribir, no me doy cuenta de que lleva unos minutos mirando la pantalla del ordenador con gesto de que hay algo que no me puede decir. Yo le pregunto que si he hecho algo porque no sé qué ha enrarecido el ambiente de repente y él me responde que no, que no es culpa mía, que ha sido él el que me ha invitado pensando que era otra persona y se ha dado cuenta al ver mi nick de internet... ¿Y entonces qué hago yo allí?
Supuesto 2:
Andando por una calle concurrida, voy mirando despreocupadamente a los transeúntes mientras sigo mi camino sin molestar a nadie. Voy en dirección al trabajo a paso firme y continuo a pesar de que tengo tiempo de sobra para llegar, pero es que me gusta ir sin prisas para poder ir a mi ritmo. De repente, un grupo de policías vienen corriendo y me derriban, me luxan los brazos para ponerme las esposas y me detienen. Ante la conmoción de la multitud, me meten en el furgón y me llevan a la sala de interrogatorios de la comisaría, donde me retienen durante cuatro horas repitiéndome las mismas preguntas incomprensibles en diferente orden mientras me comprueban el DNI para asegurarse de que no es falso. Al acabar el decimotercer interrogatorio me sacan de la celda para decirme que se han equivocado, que no soy al que buscan pero que el parecido era bastante razonable, así que ya me puedo ir y volver a mi vida diaria. Cuando me devuelven mis cosas, pienso que es mejor que llame a mi jefa para decirle por qué no he ido a trabajar hoy, pero ¿qué le digo? ¿Que no he ido porque me han detenido y me han metido en la cárcel? ...Eso suponiendo que no me hayan despedido ya, claro, porque nada me asegura que no me vaya a pasar otro día.
Supuesto 3:
Esperando en la cola del banco para hacer mi ingreso mensual, me doy cuenta de que el dependiente me mira como si ya me conociera de antes, cosa lógica porque siempre voy ahí a todos mis trámites y ya me debería tener más visto que el Tebeo, pero me escama. Le digo lo que quiero hacer y él se pone con ello, pero mientras salen los recibos me da conversación sobre el trabajo y esas cosas preguntándome que qué tal me va. Le comento que no me puedo quejar, que cuando empecé no sabía si me iba a gustar pero que después de tantos años ya sé que es mi vocación, a lo que él me responde que él no sería capaz de hacer lo que yo hago, que requiere mucho aguante y no todo el mundo está por la labor. Yo le respondo que es cuestión de práctica, que una vez te acostumbras ya todos los días son prácticamente iguales, y entonces él baja la voz y me comenta que ya, pero que él no sería capaz de salir desnudo con tres tías en una película sabiendo que la puede ver cualquiera. Yo me quedo con la cara desencajada y le digo que no sé de qué me están hablando, que yo soy profesor, pero él me guiña un ojo y me dice que ya lo sabe, que de eso iba la última película. Me da los recibos y se despide de mí, y yo salgo del banco completamente a cuadros pensando que hay un actor porno que se parece a mí... y a saber cuánta gente lo sabe.
Os parecerá una tontería, pero este tipo de cosas no molan nada nada.
martes, septiembre 21, 2010
O sea, tía
"Kirby Ultra Super Deluxe Original Sound Track", o sea, tía, te lo juro por Arturo. Es que, o sea, si esta superbanda sonora no se llega a hiperllamar de esta ultramanera tan megachic no me lo hubiera podido ni de creer, tía.
(Y esto parece un chiste, pero es que se llama así de verdad).
SEPTIEMBRE
Bueno, llevaba ya un tiempo largo sin escribir y ya iba siendo hora de poner esto al día. ¿La razón? No hay, sólo que he estado ocupado estudiando mucho muchísimo para las asignaturas que me quedan y no me apetecía escribir en el tiempo libre que me quedaba. También a ratos he estado saliendo a hacer ejercicio y tomar cafés varios, pero la norma general de este verano ha sido jugar al Harvest Moon con las setas que me crecían de estar sentado estudiando en mi casa. La parte más difícil ha sido tener que explicarles a las arañas que iba a tener que desahuciarlas tras todo el verano viviendo conmigo en sus telas.
Sin embargo, no ha estado mal el sacrificio tampoco. Cierto es que ahora veo brillos que antes no veía y que el gnomo del cajón de zapatos no hace más que decirme que le prenda fuego a la casa, pero he conseguido aprobar todas las que tenía así que mi licenciatura está cada vez más cerca. Ahora sólo me queda el que espero que sea el último año obligatorio en la universidad y entonces ya me podré despedir para siempre de toda esa etapa de mi vida... para luego tener que seguir estudiando por culpa de las oposiciones. Sí, queridos, me voy a presentar a las opos y eso ha contribuído a que este verano sólo haya conseguido un moreno verde flexo, pero eso es otra historia.
El caso es que yo quería comentar un cartel que ví el otro día que salí a correr. En una valla luminosa del ayuntamiento ponía "Si te mueves con inteligencia por tu ciudad vivirás de forma más interesante". A mí por lo menos me resultó curioso, en todos lo juegos te enseñan que para moverse hace falta agilidad o destreza pero al parecer en la realidad hace falta inteligencia. Debe de ser por eso que la mayoría de la gente va de cabeza (y sin frenos).
(Y esto parece un chiste, pero es que se llama así de verdad).
SEPTIEMBRE
Bueno, llevaba ya un tiempo largo sin escribir y ya iba siendo hora de poner esto al día. ¿La razón? No hay, sólo que he estado ocupado estudiando mucho muchísimo para las asignaturas que me quedan y no me apetecía escribir en el tiempo libre que me quedaba. También a ratos he estado saliendo a hacer ejercicio y tomar cafés varios, pero la norma general de este verano ha sido jugar al Harvest Moon con las setas que me crecían de estar sentado estudiando en mi casa. La parte más difícil ha sido tener que explicarles a las arañas que iba a tener que desahuciarlas tras todo el verano viviendo conmigo en sus telas.
Sin embargo, no ha estado mal el sacrificio tampoco. Cierto es que ahora veo brillos que antes no veía y que el gnomo del cajón de zapatos no hace más que decirme que le prenda fuego a la casa, pero he conseguido aprobar todas las que tenía así que mi licenciatura está cada vez más cerca. Ahora sólo me queda el que espero que sea el último año obligatorio en la universidad y entonces ya me podré despedir para siempre de toda esa etapa de mi vida... para luego tener que seguir estudiando por culpa de las oposiciones. Sí, queridos, me voy a presentar a las opos y eso ha contribuído a que este verano sólo haya conseguido un moreno verde flexo, pero eso es otra historia.
El caso es que yo quería comentar un cartel que ví el otro día que salí a correr. En una valla luminosa del ayuntamiento ponía "Si te mueves con inteligencia por tu ciudad vivirás de forma más interesante". A mí por lo menos me resultó curioso, en todos lo juegos te enseñan que para moverse hace falta agilidad o destreza pero al parecer en la realidad hace falta inteligencia. Debe de ser por eso que la mayoría de la gente va de cabeza (y sin frenos).
lunes, agosto 30, 2010
Bolitas
Este es el diseño de una pared que vi por el centro de Amería. Llama la atención mucho muchísimo con sus brillos y transparencias que reflejan miles de colores según le dé la luz y me recuerda mucho muchísimo a esos embalajes de burbujitas que traen los electrodomésticos en las cajas (y este tema me aburriría mucho muchísmo si no fuera porque llevo ya quince minutos parado con un guardia delante y una señal de stop).
Nunca entendí por qué la gente se muere por reventar los plásticos de bolitas, me parece un pasatiempo de lo más simplón. Total, lo único que hay que hacer es presionar una hasta que ¡pop! ...Bueno, tampoco ha estado tan bien, sólo es ¡pop! ...¡Pop! ...¡Pop! ...¡Pop, pop, pop, pop...! ¡Nos vamos! (Cuando haces pop ya no hay stop).
NOTAS FINALES
Sir Perick Of the Palots, hijo de Lord Fulanit y Lady Menganit, es uno de los alumnos más brillantes de la University of Trujillo. Es tan estudioso que sacó matrícula de honor en el carnet de conducir, cosa que hasta ahora sólo había conseguido Raquel Revuelta encarnada por Paco León, pero no todo es felicidad en la casa Of the Palots. Sir Perick decidió estudiar una carrera que incluyera matemáticas elementales y, tras explicarles a los fanáticos de los RPGs que no tenía nada que ver con el Final Fantasy, obtuvo una asombrosa media de 9 en las cuatro evaluaciones del curso (en realidad eran tres, pero el profesor decidió hacer un examen sorpresa). Esto enfureció a Sir Perick puesto que él pretendía tener una media de 10 en todas las asignaturas así que fue a reclamarle al Profesor Peter Cios, el encargado de su evaluación de matemáticas. Cierto es que la diplomacia y el pragmatismo de Sir Perick incluía palabras del estilo a "desollamiento" y "electrocución", pero aún así el profesor llegó a un acuerdo con él: "Si, haciendo sumas, restas, multiplicaciones o divisiones, consigues convertir esos cuatro nueves en un diez, estaré encantado de ponerte la nota máxima en tu evaluación".
Este desafío no hizo sino incentivar a Sir Perick: tenía que hacer cuentas utilizando los cuatro nueves y que diera como resultado 10, pero aún no sabía cómo hacerlo. Iba a necesitar café.
(Esto se me ocurrió una noche que no podía dormir y me puse a hacer problemas de matemáticas de un juego de la DS. Eran todos de este tipo y éste en concreto se me resistió y me fui a la cama. Luego lo resolví mientras dormía, pero se me resistió el muy joío).
Nunca entendí por qué la gente se muere por reventar los plásticos de bolitas, me parece un pasatiempo de lo más simplón. Total, lo único que hay que hacer es presionar una hasta que ¡pop! ...Bueno, tampoco ha estado tan bien, sólo es ¡pop! ...¡Pop! ...¡Pop! ...¡Pop, pop, pop, pop...! ¡Nos vamos! (Cuando haces pop ya no hay stop).
NOTAS FINALES
Sir Perick Of the Palots, hijo de Lord Fulanit y Lady Menganit, es uno de los alumnos más brillantes de la University of Trujillo. Es tan estudioso que sacó matrícula de honor en el carnet de conducir, cosa que hasta ahora sólo había conseguido Raquel Revuelta encarnada por Paco León, pero no todo es felicidad en la casa Of the Palots. Sir Perick decidió estudiar una carrera que incluyera matemáticas elementales y, tras explicarles a los fanáticos de los RPGs que no tenía nada que ver con el Final Fantasy, obtuvo una asombrosa media de 9 en las cuatro evaluaciones del curso (en realidad eran tres, pero el profesor decidió hacer un examen sorpresa). Esto enfureció a Sir Perick puesto que él pretendía tener una media de 10 en todas las asignaturas así que fue a reclamarle al Profesor Peter Cios, el encargado de su evaluación de matemáticas. Cierto es que la diplomacia y el pragmatismo de Sir Perick incluía palabras del estilo a "desollamiento" y "electrocución", pero aún así el profesor llegó a un acuerdo con él: "Si, haciendo sumas, restas, multiplicaciones o divisiones, consigues convertir esos cuatro nueves en un diez, estaré encantado de ponerte la nota máxima en tu evaluación".
Este desafío no hizo sino incentivar a Sir Perick: tenía que hacer cuentas utilizando los cuatro nueves y que diera como resultado 10, pero aún no sabía cómo hacerlo. Iba a necesitar café.
(Esto se me ocurrió una noche que no podía dormir y me puse a hacer problemas de matemáticas de un juego de la DS. Eran todos de este tipo y éste en concreto se me resistió y me fui a la cama. Luego lo resolví mientras dormía, pero se me resistió el muy joío).
Red button
Siempre que el médico me manda una medicina monodosis me parece que tengo que pulsar el botón rojo de la destrucción. ¿Acaso sé yo lo que me estoy tragando? Y lo más importante, ¿tengo elección? Porque a mí me han dado la pastilla azul, ¿pero dónde está la roja, señor Anderson?
EL QUE FALTABA
El padre de Clara se encontraba en un aprieto bastante gordo: la multitud que lo estaba buscando lo había encontrado y pretendían ajusticiarlo con la policía de su lado. Se daba por hecho que él era un secuestrador y que posiblemente había matado a su víctima a pesar de que no había pruebas de que hubiera hecho ninguna de las dos cosas, no importaba de todas formas, la gente sólo quería un culpable y no importaba que fuera el auténtico o no. Delante del porche de madera gris estaba su tractor triplaza aparcado con la puerta abierta. Nadie se había fijado en que faltaba uno de los cinturones de seguridad, estaban muy obcecados en vengarse de algo que no les habían hecho.
- ¡Ha sido él! ¡Seguro! - Gritó uno de la multitud.
La policía mantenía su posición de neutralidad viendo ocurrir la escena completamente conscientes de que el mero hecho de no hacer nada ya era hacer algo a favor de la multitud.
En ese momento, llegó Karl a toda prisa y se interpuso entre el apresado y sus captores y comenzó a hablarles:
-¡Alto! ¿¡Es que somos animales!? ¿Qué ha hecho este hombre para merecer este trato?
Entre murmullos de desaprobación se alzó una voz cobarde que no se dio a conocer.
-¡Es un secuestrador y un asesino!
Karl sabía que eso no era cierto, pero no podía demostrarlo. No obstante, se mantuvo en sus trece.
-¿Por qué decís eso? ¿Alguien lo ha visto?
-No, pero es evidente que llevaba a alguien más en su tractor esta noche - dijo un policía.
-¡Eso no es cierto! ¡No he salido de mi casa en todo el día! - replicó el acusado.
-Vamos, que te han visto conduciendo por la carretera. No mientas.
-¡Es cierto! ¡No me he movido de aquí! ¿¡No véis que estoy pintando la verja y la casa!?
"Si él no ha salido de casa en todo el día, alguien más ha tenido que coger el tractor para que pensasen que era él", pensó Karl, pero no daba con la clave para que la ansiosa multitud dejara de lado sus instintos homicidas. En sus cavilaciones, se acercó al tractor. La puerta estaba abierta y efectivamente había algo que no encajaba. No estaba aparcado con prisas sino en su sitio, pero faltaba uno de los cinturones de los asientos traseros. En el suelo encontró una hebilla de cinturón de seguridad con la marca del tractor grabada en ella, era evidente que pertenecía al cinturón que ya no estaba allí. En ese momento Karl lo vio claro.
-¡Alto! ¡Este hombre es inocente!
La turba estaba ya desesperada y no tenía intención de escuchar, pero uno de los policías disparó al aire y los silenció momentáneamente.
-Gracias, oficial. Como decía, este hombre es inocente. He encontrado una hebilla en su tractor que perteció al cinturón de seguridad que falta en los asientos de atrás.
-¡Eso no demuestra nada! - gritó la voz cobarde.
-¿No? Pensadlo bien, si fue él quien secuestró a la persona, ¿por qué iba a ponerle el cinturón de seguridad? Y es más, ¿por qué se lo iba a arrancar para quitárselo? Él sabría cómo abrirlo sin necesidad de utilizar la fuerza, así que esta hebilla rota demuestra que el que conducía el tractor no era él.
-Entonces, ¿quién ha sido? ¿Qué pistas tenemos?
-Pues no lo sé, oficial, no tengo más indicios de nada, pero sí tenemos un rastro que seguir. ¡Oídme! Id a vuestras casas y preguntad a vuestros familiares quién se ha echado en falta en el pueblo hoy. Está claro que las dos personas que falten serán tanto el secuestrador como la víctima. ¡Rápido, no tenemos tiempo que perder!
Mientras los policías dispersaban a la multitud, Karl se dio cuenta de que el secuestrador podía encontrarse entre ellos, sin embargo, el hecho de que todos buscasen a la víctima ya reducía el número de sospechosos. Además, de esta forma Clara le debería un favor, aunque ahora recordaba que no la había visto desde que llegó.
...Y ya no tengo más. Esto fue lo que soñé hace unos días en ese momento de duermevela que estás consciente pero no despierto. Ojalá me hubiera podido enterar de más, la verdad es que me parecía completamente una película de Telecinco de las cuatro de la tarde.
EL QUE FALTABA
El padre de Clara se encontraba en un aprieto bastante gordo: la multitud que lo estaba buscando lo había encontrado y pretendían ajusticiarlo con la policía de su lado. Se daba por hecho que él era un secuestrador y que posiblemente había matado a su víctima a pesar de que no había pruebas de que hubiera hecho ninguna de las dos cosas, no importaba de todas formas, la gente sólo quería un culpable y no importaba que fuera el auténtico o no. Delante del porche de madera gris estaba su tractor triplaza aparcado con la puerta abierta. Nadie se había fijado en que faltaba uno de los cinturones de seguridad, estaban muy obcecados en vengarse de algo que no les habían hecho.
- ¡Ha sido él! ¡Seguro! - Gritó uno de la multitud.
La policía mantenía su posición de neutralidad viendo ocurrir la escena completamente conscientes de que el mero hecho de no hacer nada ya era hacer algo a favor de la multitud.
En ese momento, llegó Karl a toda prisa y se interpuso entre el apresado y sus captores y comenzó a hablarles:
-¡Alto! ¿¡Es que somos animales!? ¿Qué ha hecho este hombre para merecer este trato?
Entre murmullos de desaprobación se alzó una voz cobarde que no se dio a conocer.
-¡Es un secuestrador y un asesino!
Karl sabía que eso no era cierto, pero no podía demostrarlo. No obstante, se mantuvo en sus trece.
-¿Por qué decís eso? ¿Alguien lo ha visto?
-No, pero es evidente que llevaba a alguien más en su tractor esta noche - dijo un policía.
-¡Eso no es cierto! ¡No he salido de mi casa en todo el día! - replicó el acusado.
-Vamos, que te han visto conduciendo por la carretera. No mientas.
-¡Es cierto! ¡No me he movido de aquí! ¿¡No véis que estoy pintando la verja y la casa!?
"Si él no ha salido de casa en todo el día, alguien más ha tenido que coger el tractor para que pensasen que era él", pensó Karl, pero no daba con la clave para que la ansiosa multitud dejara de lado sus instintos homicidas. En sus cavilaciones, se acercó al tractor. La puerta estaba abierta y efectivamente había algo que no encajaba. No estaba aparcado con prisas sino en su sitio, pero faltaba uno de los cinturones de los asientos traseros. En el suelo encontró una hebilla de cinturón de seguridad con la marca del tractor grabada en ella, era evidente que pertenecía al cinturón que ya no estaba allí. En ese momento Karl lo vio claro.
-¡Alto! ¡Este hombre es inocente!
La turba estaba ya desesperada y no tenía intención de escuchar, pero uno de los policías disparó al aire y los silenció momentáneamente.
-Gracias, oficial. Como decía, este hombre es inocente. He encontrado una hebilla en su tractor que perteció al cinturón de seguridad que falta en los asientos de atrás.
-¡Eso no demuestra nada! - gritó la voz cobarde.
-¿No? Pensadlo bien, si fue él quien secuestró a la persona, ¿por qué iba a ponerle el cinturón de seguridad? Y es más, ¿por qué se lo iba a arrancar para quitárselo? Él sabría cómo abrirlo sin necesidad de utilizar la fuerza, así que esta hebilla rota demuestra que el que conducía el tractor no era él.
-Entonces, ¿quién ha sido? ¿Qué pistas tenemos?
-Pues no lo sé, oficial, no tengo más indicios de nada, pero sí tenemos un rastro que seguir. ¡Oídme! Id a vuestras casas y preguntad a vuestros familiares quién se ha echado en falta en el pueblo hoy. Está claro que las dos personas que falten serán tanto el secuestrador como la víctima. ¡Rápido, no tenemos tiempo que perder!
Mientras los policías dispersaban a la multitud, Karl se dio cuenta de que el secuestrador podía encontrarse entre ellos, sin embargo, el hecho de que todos buscasen a la víctima ya reducía el número de sospechosos. Además, de esta forma Clara le debería un favor, aunque ahora recordaba que no la había visto desde que llegó.
...Y ya no tengo más. Esto fue lo que soñé hace unos días en ese momento de duermevela que estás consciente pero no despierto. Ojalá me hubiera podido enterar de más, la verdad es que me parecía completamente una película de Telecinco de las cuatro de la tarde.
Trabalenguas
"¡Salvad a los chocobos de Popocho, por favor!", que es lo que quería decir este pobre mogurito, pero el miedo no le permitía pensar con claridad (ni hablar). Es algo que nos pasa a más de uno, no lo del miedo, sino lo de decir una cosa que nadie comprenda o decir algo que la gente entienda de manera completamente diferente, por eso os presento...
FRASES ÉPICAS DE BUENA COSECHA
-"...Porque, claro, no es lo mismo una planta que urgencias" - La Cactusilla, enfermera profesional.
Claro que no, chiquitica, porque una planta es un ser vegetal que no se mueve y urgencias es cuando tienes que utilizar el servicio rápidamente. Si es que no hay nada como tener la oportunidad de explicarle los detalles semánticos de las palabras a una de ciencias... a lo cual ella me respondió que era cierto porque en urgencias vas siempre sin parar con las prisas y en las plantas (del hospital) los pacientes están en sus cuartos sin salir, completamente inmóviles como vegetales, les pones el pienso* y el agua cuando les toca, te aseguras de que tengan buena luz, les hablas un poco para que estén bien de ánimo y los agrupas como a ti te venga bien aunque no tengan nada que ver el uno con el otro.
*Verídico, lo dijo. No sé qué planta come pienso, pero lo dijo.
-"Esa yegua no quiere ca'ena, quiere látigo verdugo" - Un Tipical Turrensis.
Este... esta... ESTO se supone que era un piropo referido a una chica que pasó por delante, pero realmente me ha llevado lo mío traducir lo que quería decir en realidad. El caso es que "Ca'ena" significa cadena dicho en esos dialectos que persiguen la comprensión del lenguaje pero ella corre más, lo que me lleva a traducir la frase como que "esa tía no quiere nada serio, sino una aventura loca"... o algo así. Por eso se suele decir que la sabiduría está en los pueblos, más que nada porque después de la labor lingüística y humanística que he tenido que hacer para entender el sentido de lo que dice la gente uno acaba por comprender que no importa lo que se diga, sino cómo se diga.
-"Los viajes en el tiempo en el futuro serán posibles... pero no en el pasado" - Encarni Hawking, la del chupete.
Evidentemente, Encarni, porque por muy fuerte que intenten inventar los viajes en el tiempo, sólo podrán existir en el futuro, más que nada porque el pasado ya habrá pasado y no podrán hacer que existan antes de que existan... creo. Es como la historia en la que un chaval invita a otro a subir a su canoa diciendo que puede viajar hacia adelante en el tiempo, cosa que el otro chaval duda, pero el primero le convence cuando le dice que TODOS los objetos son capaces de viajar hacia adelante en el tiempo (lo que pasa es que van al mismo paso que él y no se nota, claro). El caso es que Stephen Hawking dijo que no se podría viajar al pasado y eso se tomó como si hubiera descubierto la teoría de la relatividad, pero su tocayo el rey (Stephen King) ya dijo exactamente lo mismo en "Langoliers" y "naiden" se lo tomó en serio. Está claro que no importa quién lo diga sino lo que la gente quiera oír.
-"La principal causa de la violencia es que algunas personas quieran quitarle la comida a otras" - Alfredo, marqués de Zafra.
Alfre, por mucho que intentes defenderte diciendo que esa cita es de una película que sepas que te ha quedado muy a lo Carmen Lomana hablando de los mercadillos, que a su vez fue digno de María Antonieta cuando le dijo al pueblo lo de que si no hay pan que coman pastel*, lo cual hizo que la gente quisiera cortarle la cabeza en público (pero ya se encargó su marido de eso)... Bueno, a lo mejor lo de quitarle la comida a la gente sí que lleva a la violencia pero yo sigo en mis trece de que la principal causa de la violencia es que haya gente que quiera pegarle a otra.
*Sí, es un dato histórico. ¡Niños, no aprendáis!
martes, agosto 24, 2010
Azúcar In-mobiliaria
¿Sois de los que siempre buscáis el lado dulce de las cosas? ¿Disfrutáis al máximo del azúcar de la vida? ¿Alguna vez os habéis querido comer una mesa y estaba demasiado sosa? Eso ya no es problema porque existen los edulcorantes de mesa de la marca Croto. Ahora ya no hay excusa para no comerse todos los muebles de la casa, pero recuerda: tu edulcorante de mesa es Croto, ¡dulce por huevos!
SUPUESTOS DE UNA NOCHE DE VERANO
Como todos los veranos, estoy repitiendo mi rutina de salir a correr para ver si consigo ponerme en forma de una frijolera vez, sin embargo, uno nunca tiene en cuenta que no importa lo que haya ocurrido sino lo que quiera creer la gente.
Esa tarde había hecho a buen ritmo el recorrido que siempre hago, no es que no estuviera cansado, pero me había supuesto menos esfuerzo del que normalmente me cuesta y era el momento de hacer el camino de vuelta a casa, esta vez andando. La mayoría de la gente suele pensar que gracias a ser un tirillas tengo la suerte de no sudar nada con el calor ni con el ejercicio y que prácticamente no pierdo líquidos cuando entreno, pues bien, incorrecto todo: paso calor como todo el mundo, sudo que parece que me han echado un cubo de agua encima y por culpa de ambas dos razones bebo una bestialidad de agua a lo largo del día, lo cual nos lleva a que mi aspecto durante el camino de vuelta era el de una gamba delgaducha recién descongelada con pantalón y camiseta de deporte. Esa visión no debería despertar ningún interés en la parte de las pistas deportivas dado el contexto, pero el azar hizo que mi aspecto tuviera un aliciente extra que no había considerado.
Como venía de hacer ejercicio, mi respiración era bastante profunda, lo cual hizo que mi transpiración fuera también mayor y por consiguiente diera un aspecto de persona débil y sin fuerzas. Dos chavales que no llegarían a los 18 años por poco pasaron por mi lado riéndose de mí descaradamente y me llamaron pringado a voces a la espalda. Me dí la vuelta y les dije que si se daban cuenta de que me estaban faltando al respeto, que soy mayor que ellos y que deberían hablarme bien y no reírse de mí, pero ellos se envalentonaron y respondieron que si es que les estaba vacilando. Yo les dije que esas no son maneras de hablarle a nadie y que seguro que no se atreverían a decirle esas cosas a alguien que pudiera partirles la cara de una torta (en realidad dije "hostia", pero no sé por qué al contarlo me ha dado cosa y me he autocensurado). Los chavales se me acercaron y me empezaron a empujar con el pecho diciéndome que a ver si la hostia me la llevaba yo. Una cosa que siempre ignoran los tontos así es que cuando se busca pelea hay que estar preparado para encontrarla.
Retrocedí dos o tres pasos en parte con el impulso suyo y en parte con el mío propio e hice ademán de darme la vuelta y seguir con mi camino mientras los dos se reían de mí, no obstante, todo eso era una farsa y utilicé el trecho que nos separaba para tomar carrerilla como si fuera a salir corriendo en su dirección a velocidad de sprint. Durante ese acelerón que ninguno de los dos se esperaba elevé el brazo derecho flexionado para que el codo quedase a la altura de su cara y ejecuté un movimiento horizontal arqueado aprovechando el giro de la cadera por el cambio de dirección que impactó en el más agresivo de los dos chavales derribándolo completamente. A su compañero se le congeló la cara de risa instantáneamente al ver cómo su compañero, que había sido derrotado de un golpe por alguien supuestamente más débil, estaba en el suelo inconsciente con el labio superior roto y me lanzó una mirada de terror paralizado. Sabía que quería salir corriendo pero estaba tan asustado que su cerebro se saturó y no era capaz, ni siquiera le salía el habla, sólo balbuceos.
"Llama a una ambulancia", le dije yo. El chico parecía que iba a romper a llorar en cualquier momento mientras se debatía en amagos de irse de allí o mirar a ver cómo estaba su amigo. Yo vi que el otro chico respiraba y que no tenía hemorragias en la nariz así que no había peligro aparente y se me pasó el subidón de adrenalina en cuanto un cuarto personaje entró en escena. Una señora de cincuenta y tantos se escandalizó al ver la escena y me recriminó que lo había visto todo y que iba a llamar a la policía. Yo le dije que si de verdad lo había visto todo entonces estaba ayudando a los agresores, porque nadie en su sano juicio empieza una pelea estando uno solo contra dos, pero la señora me llamó delincuente y malnacido y empezó a gritar "policía" como si hubiera visto un monstruo. Teniendo en cuenta que mi orgullo y mi honor estaban en juego, no podía (ni me daba la gana) dejar las cosas como estaban a pesar de que lo más fácil para mí hubiera sido irme a casa corriendo y pasar del tema.
Me acerqué a la señora y, cuando la callé de una voz, le dije que esos chicos habían venido a mí buscando una víctima débil a la que pegar; que ese tipo de gente, que tanto abunda hoy en día, son los chavales que estaba defendiendo; y que si en vez de pelea hubieran estado buscando dinero a lo mejor la que estaría en el suelo deseando una ambulancia era ella, y entonces ya no le hubieran parecido tan desvalidos sino todo lo contrario, pero claro, como fue un tío mayor el que respondió a sus amenazas y salió victorioso resulta que era prácticamente un asesino. La señora se quedó callada mirándome negándose a darme la razón, cosa que evidentemente le quemaba por dentro dado que sabía que se había equivocado y que lo que yo había dicho era cierto, pero como buena metomentodo oportunista no me iba a conceder ese regalo. Por eso siempre digo que es mejor pensar antes de hablar, porque el que habla es esclavo de sus palabras.
Cuando me calmé me fijé en que el chaval del suelo se había sentado y estaba llorando y el otro había salido corriendo. Me acerqué para comprobar si estaba bien pero me apartó la mano sin muchas ganas (por miedo, supongo). Le dije que lo sentía y me despedí de la señora y de él mientras emprendía el camino de vuelta a casa. Me temblaban las manos de miedo e impotencia. Lo que en un principio pensé que sería una buena reprimenda me había convertido en un monstruo, no a lo ojos del chaval o de la señora, sino a mis propios ojos. Había hecho daño a otra persona, no sólo daño físico sino daño moral, y no tenía muy claro si esa herida se le curaría. Me sentía horrible e indigno de ser considerado un ser humano civilizado. Por eso decía Mark Twain que "Aquel que lucha con monstruos debería tener cuidado para que no se convierta en un monstruo él mismo".
Epílogo:
La verdad es que todo esto es un pedazo de historia para contar a los nietos, pero por desgracia nada de esto ocurrió de verdad. Son sólo las cosas que se me ocurren mientras hago mi recorrido por una calle vacía intentando que pase pronto el tiempo que empleo en hacer ejercicio. Es que este verano ha sido tan aburrido que no me ha pasado nada interesante así que me lo invento y por lo menos os tengo entretenidos leyendo. Espero no haber asustado a nadie, jejeje.
SUPUESTOS DE UNA NOCHE DE VERANO
Como todos los veranos, estoy repitiendo mi rutina de salir a correr para ver si consigo ponerme en forma de una frijolera vez, sin embargo, uno nunca tiene en cuenta que no importa lo que haya ocurrido sino lo que quiera creer la gente.
Esa tarde había hecho a buen ritmo el recorrido que siempre hago, no es que no estuviera cansado, pero me había supuesto menos esfuerzo del que normalmente me cuesta y era el momento de hacer el camino de vuelta a casa, esta vez andando. La mayoría de la gente suele pensar que gracias a ser un tirillas tengo la suerte de no sudar nada con el calor ni con el ejercicio y que prácticamente no pierdo líquidos cuando entreno, pues bien, incorrecto todo: paso calor como todo el mundo, sudo que parece que me han echado un cubo de agua encima y por culpa de ambas dos razones bebo una bestialidad de agua a lo largo del día, lo cual nos lleva a que mi aspecto durante el camino de vuelta era el de una gamba delgaducha recién descongelada con pantalón y camiseta de deporte. Esa visión no debería despertar ningún interés en la parte de las pistas deportivas dado el contexto, pero el azar hizo que mi aspecto tuviera un aliciente extra que no había considerado.
Como venía de hacer ejercicio, mi respiración era bastante profunda, lo cual hizo que mi transpiración fuera también mayor y por consiguiente diera un aspecto de persona débil y sin fuerzas. Dos chavales que no llegarían a los 18 años por poco pasaron por mi lado riéndose de mí descaradamente y me llamaron pringado a voces a la espalda. Me dí la vuelta y les dije que si se daban cuenta de que me estaban faltando al respeto, que soy mayor que ellos y que deberían hablarme bien y no reírse de mí, pero ellos se envalentonaron y respondieron que si es que les estaba vacilando. Yo les dije que esas no son maneras de hablarle a nadie y que seguro que no se atreverían a decirle esas cosas a alguien que pudiera partirles la cara de una torta (en realidad dije "hostia", pero no sé por qué al contarlo me ha dado cosa y me he autocensurado). Los chavales se me acercaron y me empezaron a empujar con el pecho diciéndome que a ver si la hostia me la llevaba yo. Una cosa que siempre ignoran los tontos así es que cuando se busca pelea hay que estar preparado para encontrarla.
Retrocedí dos o tres pasos en parte con el impulso suyo y en parte con el mío propio e hice ademán de darme la vuelta y seguir con mi camino mientras los dos se reían de mí, no obstante, todo eso era una farsa y utilicé el trecho que nos separaba para tomar carrerilla como si fuera a salir corriendo en su dirección a velocidad de sprint. Durante ese acelerón que ninguno de los dos se esperaba elevé el brazo derecho flexionado para que el codo quedase a la altura de su cara y ejecuté un movimiento horizontal arqueado aprovechando el giro de la cadera por el cambio de dirección que impactó en el más agresivo de los dos chavales derribándolo completamente. A su compañero se le congeló la cara de risa instantáneamente al ver cómo su compañero, que había sido derrotado de un golpe por alguien supuestamente más débil, estaba en el suelo inconsciente con el labio superior roto y me lanzó una mirada de terror paralizado. Sabía que quería salir corriendo pero estaba tan asustado que su cerebro se saturó y no era capaz, ni siquiera le salía el habla, sólo balbuceos.
"Llama a una ambulancia", le dije yo. El chico parecía que iba a romper a llorar en cualquier momento mientras se debatía en amagos de irse de allí o mirar a ver cómo estaba su amigo. Yo vi que el otro chico respiraba y que no tenía hemorragias en la nariz así que no había peligro aparente y se me pasó el subidón de adrenalina en cuanto un cuarto personaje entró en escena. Una señora de cincuenta y tantos se escandalizó al ver la escena y me recriminó que lo había visto todo y que iba a llamar a la policía. Yo le dije que si de verdad lo había visto todo entonces estaba ayudando a los agresores, porque nadie en su sano juicio empieza una pelea estando uno solo contra dos, pero la señora me llamó delincuente y malnacido y empezó a gritar "policía" como si hubiera visto un monstruo. Teniendo en cuenta que mi orgullo y mi honor estaban en juego, no podía (ni me daba la gana) dejar las cosas como estaban a pesar de que lo más fácil para mí hubiera sido irme a casa corriendo y pasar del tema.
Me acerqué a la señora y, cuando la callé de una voz, le dije que esos chicos habían venido a mí buscando una víctima débil a la que pegar; que ese tipo de gente, que tanto abunda hoy en día, son los chavales que estaba defendiendo; y que si en vez de pelea hubieran estado buscando dinero a lo mejor la que estaría en el suelo deseando una ambulancia era ella, y entonces ya no le hubieran parecido tan desvalidos sino todo lo contrario, pero claro, como fue un tío mayor el que respondió a sus amenazas y salió victorioso resulta que era prácticamente un asesino. La señora se quedó callada mirándome negándose a darme la razón, cosa que evidentemente le quemaba por dentro dado que sabía que se había equivocado y que lo que yo había dicho era cierto, pero como buena metomentodo oportunista no me iba a conceder ese regalo. Por eso siempre digo que es mejor pensar antes de hablar, porque el que habla es esclavo de sus palabras.
Cuando me calmé me fijé en que el chaval del suelo se había sentado y estaba llorando y el otro había salido corriendo. Me acerqué para comprobar si estaba bien pero me apartó la mano sin muchas ganas (por miedo, supongo). Le dije que lo sentía y me despedí de la señora y de él mientras emprendía el camino de vuelta a casa. Me temblaban las manos de miedo e impotencia. Lo que en un principio pensé que sería una buena reprimenda me había convertido en un monstruo, no a lo ojos del chaval o de la señora, sino a mis propios ojos. Había hecho daño a otra persona, no sólo daño físico sino daño moral, y no tenía muy claro si esa herida se le curaría. Me sentía horrible e indigno de ser considerado un ser humano civilizado. Por eso decía Mark Twain que "Aquel que lucha con monstruos debería tener cuidado para que no se convierta en un monstruo él mismo".
Epílogo:
La verdad es que todo esto es un pedazo de historia para contar a los nietos, pero por desgracia nada de esto ocurrió de verdad. Son sólo las cosas que se me ocurren mientras hago mi recorrido por una calle vacía intentando que pase pronto el tiempo que empleo en hacer ejercicio. Es que este verano ha sido tan aburrido que no me ha pasado nada interesante así que me lo invento y por lo menos os tengo entretenidos leyendo. Espero no haber asustado a nadie, jejeje.
domingo, agosto 08, 2010
Garbage
¿Os habéis fijado en que las puertas del coche se abren hacia el lado contrario al de los coches modernos? Yo no me he dado cuenta hasta la tercera vez que he visto el video buscando un fotograma en el que salgan los tres protas.
AGUANTA (TE)
Estaba enfada cuando te vi, creo que todavía lo estoy. Podemos intentar hablar del tema si quieres, pero sólo si me prometes que me echarás una mano. No te preocupes, cariño, no hay por qué pelear. No te preocupes, cielo, todo saldrá bien.
Este es el ruido que me mantiene despierta: la cabeza me va a reventar y me duele todo el cuerpo. Aguanta, que el ruido vaya a más. Aguanta, que el latido sea más fuerte.
Lamento haberte hecho daño, pero no me preguntes por qué, por favor. Sólo quiero verte feliz, sólo quiero verte genial.
Este es el sonido que me mantenía despierta: la cabeza me iba a reventar y me dolía todo el cuerpo. Aguanta, que los ruidos vayan a más. Aguanta, que los latidos sean más fuertes.
No te preocupes, cariño, no estés tenso. No te preocupes, cielo, nos quedaremos despiertos toda la noche. Tenemos ese sonido que me mantiene despierta: la cabeza me va a reventar y me dolerá todo el cuerpo. Aguanta, que el ruido sea lo más. Aguanta, que tus latidos siempre sean fuertes de más.
Vamos, aguanta, puedes hacerlo. Vamos, demuéstramelo, para ti no es nada. Vamos, hazlo, de una vez por todas. Vamos, aguanta, y fin del tema.
No te preocupes, cariño, no te pongas nervioso. No te preocupes, cielo, todo saldrá bien. Aguanta.
Garbage - Push It
(Traducción libre pero fiel al original, no me comáis)
Me compre (sí, habéis leído bien) este disco, "Garbarge 2.0", cuando estaba en el instituto por el módico precio de 2.500 pts de la época y todavía lo tengo en perfecto estado... Bueno, técnicamente sí, pero mi madre lo confundió con uno de mis discos de "Savage Garden" (no sé la razón, es como confundir un chumbo con una bobina de hilo) y se lo llevó a su casa de la playa.
El caso, que me desvío, es que, aunque me encanta la canción, siempre me ha dado la impresión de está dedicada a aquella vez que uno de sus ligues le pegó la gripe y luego ella, en venganza, se la pegó a él otra vez. Lo malo es que los remordimientos no la dejaban tranquila y se quedó a cuidarlo hasta que se le pasó. Si es que no se puede ser tan malo, que para eso está el anís del mono.
La otra interpretación pasa por noches de corta satisfacción sexual en las que ella quiere más y el otro está pidiendo ya tiempo muerto (o se muere), pero eso es otra historia de otras personas. Además, cualquier chica que pueda meterse un puño entero en la boca sin desencajarse la mandíbula es digna de tener en consideración (al menos como digna adversaria, y si no mirad el video de "Paranoid").
AGUANTA (TE)
Estaba enfada cuando te vi, creo que todavía lo estoy. Podemos intentar hablar del tema si quieres, pero sólo si me prometes que me echarás una mano. No te preocupes, cariño, no hay por qué pelear. No te preocupes, cielo, todo saldrá bien.
Este es el ruido que me mantiene despierta: la cabeza me va a reventar y me duele todo el cuerpo. Aguanta, que el ruido vaya a más. Aguanta, que el latido sea más fuerte.
Lamento haberte hecho daño, pero no me preguntes por qué, por favor. Sólo quiero verte feliz, sólo quiero verte genial.
Este es el sonido que me mantenía despierta: la cabeza me iba a reventar y me dolía todo el cuerpo. Aguanta, que los ruidos vayan a más. Aguanta, que los latidos sean más fuertes.
No te preocupes, cariño, no estés tenso. No te preocupes, cielo, nos quedaremos despiertos toda la noche. Tenemos ese sonido que me mantiene despierta: la cabeza me va a reventar y me dolerá todo el cuerpo. Aguanta, que el ruido sea lo más. Aguanta, que tus latidos siempre sean fuertes de más.
Vamos, aguanta, puedes hacerlo. Vamos, demuéstramelo, para ti no es nada. Vamos, hazlo, de una vez por todas. Vamos, aguanta, y fin del tema.
No te preocupes, cariño, no te pongas nervioso. No te preocupes, cielo, todo saldrá bien. Aguanta.
Garbage - Push It
(Traducción libre pero fiel al original, no me comáis)
Me compre (sí, habéis leído bien) este disco, "Garbarge 2.0", cuando estaba en el instituto por el módico precio de 2.500 pts de la época y todavía lo tengo en perfecto estado... Bueno, técnicamente sí, pero mi madre lo confundió con uno de mis discos de "Savage Garden" (no sé la razón, es como confundir un chumbo con una bobina de hilo) y se lo llevó a su casa de la playa.
El caso, que me desvío, es que, aunque me encanta la canción, siempre me ha dado la impresión de está dedicada a aquella vez que uno de sus ligues le pegó la gripe y luego ella, en venganza, se la pegó a él otra vez. Lo malo es que los remordimientos no la dejaban tranquila y se quedó a cuidarlo hasta que se le pasó. Si es que no se puede ser tan malo, que para eso está el anís del mono.
La otra interpretación pasa por noches de corta satisfacción sexual en las que ella quiere más y el otro está pidiendo ya tiempo muerto (o se muere), pero eso es otra historia de otras personas. Además, cualquier chica que pueda meterse un puño entero en la boca sin desencajarse la mandíbula es digna de tener en consideración (al menos como digna adversaria, y si no mirad el video de "Paranoid").
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