¡Míralo, ahí está! ¡Es un hombre cubierto de pieles agarrado a una barandilla de la calle! ¡Con lo sucia que tiene que estar esa barandilla!
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¡El nuevo limpiador de baño, Cataplán! Válido incluso en la roña más dura y añeja, incluso aquella que venía con la casa y que su sindicato era tan bueno que no hubo manera de echarla. Entrevistemos a un ama de casa completamente aleatoria metiéndonos en su vivienda de manera absolutamente furtiva con una cámara más grande que la puerta por la que hemos pasado y un foco de luz que deja ciego hasta al ojo de Sauron, por ejemplo: Marisa Bidilla.
"Uy, sí, estoy completamente de acuerdo, la mejor telenovela que he visto era Topacio... Ah, ¿el limpiador de bajos? Pues esta semana no ha venido, pero ya debería estar al caer... ¿Cómo? ¿Baños? ...Ah, sí, estooo... Pues sí, Cataplán es de lo mejor que me he echado a la cara, porque lo utilicé para limpiar el baño por primera vez desde que me casé, que fue hace treinta y cinco años ya, y tras comprobar que los azulejos del baño no eran marrones sino verdes esmeralda decidí echárselo en cara a mi vecina a ver si le daba envidia pero le debió de dar vergüenza porque se le cayó la cara en cuando lo hice".
Así que ya sabe, señora: Cuando llega el sábado y no tienes plan, limpiador de bajos Cataplán. ¡Es la hembra del pollo!
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