Porque yo lo valgo

¡Que se entere todo el mundo! ¡Ahora resulta que para ser un machote hay que follar mucho! Pues menos mal que nos lo han aclarado, que si no nunca se me hubiera ocurrido pensarlo, vaya. Todo esto se lo tenemos que agradecer al simpático italiano que ha recorrido la ciudad decorando las paredes con sus "graciosísimas" pintadas en rotulador indeleble y en tiza blanca. Si es que luego dicen que los españoles somos unos bestias...

LIBERTAD Y EXPRESIÓN

Triste pero cierto, hoy en día cualquiera puede decir lo que se le antoje de quien quiera y nadie puede decir esta boca es mía porque está en su derecho de opinar. Es por ello, oye, que Fangoria canta cosas como "Criticar por Criticar" y que personajes como Coto Matamoros cobra por lavar los trapos sucios de casa en público. Me pregunto qué pasaría si yo comentase estas cosas en la tele, lo mismo me daban una sección en el Tomate o algo, total, si el caso es montar polémica.

De todas formas, lo que más me fastidia es que tengan que venir extranjeros a este país a ponerlo todo patas arriba y encima la culpa sea nuestra "porque no somos hospitalarios". El otro día salió en un reportaje estadístico que el único pueblo que cuando sale a otro país destruye todo a su paso (literalmente) es el pueblo inglés. Sí, el Reino Unido tiene unos hinchas que ya los quisiera el Atlético de Bilbao porque no les importa nada ni los residentes autóctonos del país al que van ni las infraestructuras que utilizan (ni, por supuesto, en el estado en que las dejan). Si a todo esto le añadimos las turbas y palizas que organizan solo porque los otros no apoyan a su equipo tenemos que los ingleses son algo a tener muy lejos, concretamente en su isla.

Cualquiera que haya ido a Londres puede averiguarlo: La gente está orgullosa de vivir en Londres (aunque sean extrajeros) y harán lo posible por defender esa patria adoptiva. Sorprendentemente, aunque yo estudie filología inglesa, me repugnan esos fanatismos. Como en España no estoy como en ningún sitio, con sus cosas buenas y malas. Porque vamos a ver, ¿adónde van los ingleses en verano? Pues a la costa española a ponerse gambas y comer idem. Si es que yo no he sabido apreciar lo que tenemos aquí hasta que me he ido fuera, leches.