Es curioso lo que se le puede ocurrir a Rosa cuando está aburrida. Me recuerda al Pankestein que hicieron mis compañeros de residencia en Salamanca cuando estábamos haciendo sobremesa.
¡Seguimos con la retrospectiva!
DÍA DE PLAYA
"¡Cuidado con las almejas!", les decía un niño a sus amigos mientras yo me planteaba los posibles peligros que podría suponer ese molusco para el bañista medio. Decido hacer un reconocimiento rutinario a lo largo de la frontera marina y me veo en la obligación de repatriar a un explorador con pinzas para evitar que caiga sobre él todo el peso de la ignorancia ajena. Declaro una incursión al otro medio que se ve demorada en cuanto se me enfriaron los ánimos, pero que continuó lenta e inexorablemente hasta cumplir su objetivo. El más viejo de todos los presentes de allí me cambia humedad por sal mientras observo cómo una periodista de un año deja su huella por quinta vez en una parcela textil cercana, para contento y molestia a partes iguales por parte sus dueños. El susurro y sus caricias me avisan del que el tiempo concedido llega a su fin con un sutil cambio de temperaturas y yo intento averiguar qué pide un joven arquitecto cuando dice que necesita "agua mojada".
Llantos, gritos, risas, bostezos, acuerdos, desacuerdos, olvidos, recuerdos, planes, promesas y verdades: Así fue mi primer día de playa.
Esto lo escribí a finales de junio o principios de julio, justo el primer fin de semana que me bañé en la playa de San José este año. No es un mal recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario