sábado, septiembre 29, 2012

Ruta difícil

Esta calle estaba en la alpujarra granadina, en un retiro precioso en mitad de... ninguna parte. Eso sí que es un fastidio, sobre todo cuando no te quedan pociones de salud o magia curativa para recuperarte luego.

Bien, más vale tarde que nunca*, pero ya he podido volver a la vida laboral, la vida rutinaria, la vida estresante... ¿Por qué he vuelto? Ah, sí, porque tenía que contar...

MANÍAS ABSURDAS DE LA GENTE EN LOS VIAJES

Hay que ver, con la de veces que tenido que coger transportes de larga distancia y nunca se me había ocurrido fijarme (con atención) en la gente de mi alrededor. Vale que los comentarios sobre niños que cantan saetas de las SS** cuando uno intenta dormir o la gente que habla por el móvil para todo los públicos*** siempre han tenido su huequito aquí, pero ahora voy a entrar en detalles recabados durante mi periplo aragonés de... unas 10 horas más o menos de ida y otras tantas de vuelta. Ahí van:

-Manía Nº1: Agitar la botella de agua antes de abrirla y beber de ella (será para que los posos de hidrógeno se disuelvan, digo yo).
-Manía Nº2: Buscar cobertura en el tren (y no lo digo por la futilidad de intentar que el teléfono funcione correctamente durante el trayecto, que también, sino porque las blusillas, camisetas de tirantes y derivados protegen más bien poco del aire acondicionado a 15º que pone la RENFE & Co.).
-Manía Nº3: Llevar maletones másgrandes que ellos mismos (el planteamiento es muy sencillo: ¿para qué vas a elegir la ropa que te vas a poner pudiéndo llevártela toda? ¡Ya se encargarán los demás de poner tu equipaje en el peor sitio posible cuando no quepa!).
-Manía Nº4: Ver la película del tren sin conectar los auriculares que te dan los revisores pero leyendo los subtítulos (esto está claramente dirigido a la gente que disfruta de culturizarse en esos momentos: viene a ser como leer un libro e ir al cine, pero todo a la vez).
-Manía Nº5: Llevarse un libro superenorme y de moda, pasearlo por todos sitios y no tocarlo en todo el viaje (este acto, lleno de altruísmo por parte del viajero, se deberá a que el libro también quería ver mundo, me imagino).
-Manía Nº6: Intentar escribir durante la marcha sea en el vehículo que sea (no me imagino qué clase de imbécil se dejaría los dedos, los ojos y la paciencia haciendo algo así... cada vez que coge el tren).

Ni que decir tiene que la inspiración viene en los momentos más insospechados, por eso conviene tener siempre una libreta en el baño no sea que tengamos que anotar algo en papel desechable.

*Y, por definición, más vale pronto que tarde.
**Semana Santa, y no es que varíen mucho la nota, no.
***Incluidos los sordos, ya lo sabéis.

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