Hoy he tenido clase con los alumnos de intercambio de África. Pensé que iba a ser difícil dado que hacía mucho que no daba clase de español a extranjeros, pero ha resultado ser… mucho más difícil de lo que yo pensaba por eso de que no me entendían cuando hablaba. No obstante, una alumna de la clase de adultos autóctonos de aquí me dio un consejo al respecto la semana pasada mientras levantaba el dedo índice con el puño cerrado: “este gesto es universal”.
DEBATE INESPERADO
Ayer se me ocurrió realizar una actividad diferente en clase por la tarde: hice una lista de proverbios antiguos dichos por personajes famosos y la leí en clase para que los alumnos expresasen en inglés su punto de vista. Bastaba con decir que estaban de acuerdo o no para completar la actividad, principalmente porque en temas personales cada uno puede tener su propio concepto de un mundo ideal, pero entonces llegamos a la cita de Jane Austen y ahí pude sentir que se mascaba la tragedia.
“Una mitad del mundo no es capaz de comprender los placeres de la otra mitad”. Dicho esto, se percibía en clase la calma que precedía a la tempestad, un silencio educado pero denso en el que las miradas se debatieron durante dos segundos por ser los primeros en dar su opinión. Cuando el diluvio de pensamientos en voz alta se me vino encima me di cuenta de que acaba de crear involuntariamente al monstruo de Frankenstein y que éste se estaba levantando para sembrar el terror por su cuenta, aunque de una manera muy educada, todo sea dicho.
La contienda se pudo resumir en “los hombres sois todos muy simples” y “las mujeres sois todas muy complicadas”, o sea, lo de siempre, pero menos mal que yo ya venía preparado con la estaca de la mediación* para soliviantar las posibles rencillas que pudieran surgir. Siendo sincero, los hombres y las mujeres no somos tan diferentes, es que hablamos en frecuencias distintas y no siempre es fácil entenderse así, por lo que una vez se establece un punto intermedio de opinión lo único que hay que hacer es llevar a ambas partes del debate al mismo para terminar la polémica… aunque también se puede decir, como profesor que soy, que ambas partes tienen razón pero ninguna la tiene al mismo tiempo, y que se quiebren la cabeza pensando qué significa eso mientras pasamos al siguiente ejercicio.
Tampoco era descartable la idea de aprender un poco de karate por si las moscas. Si tenemos en cuenta los alumnos de hoy en día a lo mejor lo ponen como asignatura obligatoria en la carrera.
*Aunque, ahora que lo pienso, las estacas son para los vampiros, pero supongo que un estacazo a tiempo ahorra un tormento.
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