domingo, julio 05, 2009
Ocarina
¡Aquí está! ¡Ya llegó mi auténtica ocarina boniato! (se llama así el modelo). Ya estuve practicando ayer y la verdad es que para tener sólo cuatro agujeros es más complicada de manejar de lo que pensaba... claro que las mujeres tienen menos y son imposibles de comprender, así que...
CHEMICAL REACTION
Jueves por la tarde. Yo salí a correr por el puente de la Avda. Mediterráneo (famosa en el mundo entero por ser más larga que un enero sin sueldo) como siempre hago desde que empecé a hacerlo. Tras mi rato de sudar como un pollo en un horno, tome el camino de vuelta a mi casa mientras pensaba en lo que me quedaba por hacer al llegar. De repente, recordé que no tenía pan para la cena, así que me puse a pensar dónde podría comprar una barra por esos alrededores sin éxito. Por suerte para mí, un grupo de tres personas entre cuarenta y cincuenta años estaban charlando animadamente sobre un tema que no venía al caso, y me decidí a preguntarles por algún supermercado o tienda. Vale que yo venía chorreando de sudor y con la ropa de deporte, pero para hacer una pregunta no me hacía falta llevar esmokin... o quizás sí:
-Hola, disculpen...-dije yo.
-No llevamos dinero.-Dijo la mujer.
-...No pensaba pedirles dinero.
Y con la rabia contenida, me guardé la pregunta para mí y me dirigí hacia mi casa, donde ya sabía dónde comprar una barra de pan. Luego la atracará un señor con traje y se hará la sorprendida.
La primera mañana de mi trabajo de verano, me levanté con tiempo para ir bien arregladito y que me sobrase algo para poder encontrar la calle donde estaba la academia, la Calle del Mirlo. Ya la había buscado minuciosamente en el Google Maps, pero es que la precisión de ese programa es del estilo a "Andalucía tiene 8 provincias, con un margen de error de una provincia de más o de menos", y decidí que mejor buscarla a mano yo mismo. Tras diez minutos andando por la zona, encontré un montón de calles con nombre de árbol, de pez, de cantante, de poeta y, por fin, de pájaro, pero no encontré la mía, así que me acerqué a preguntarles a unas ancianitas que había en la puerta de una tienda.
-Disculpen, ¿saben ustedes dónde está la Calle del Mirlo?
-Ay, hijo, pues no sé. ¿Tú lo sabes, Carmen?
-Está por aquí, pero espera, que le voy a preguntá a la Puri. ¡PURIIIIIIIIIIIIIII! ¡Que aquí hay un chico muy educao que pregunta por la Calle del Mirlo! (Verídico).
(Sale de la tienda la Puri)
-Ay, pues me suena mucho, tiene que estar por aquí, ¿no es donde las obras? Espera, que le voy a preguntar a la Conchi. ¡CONCHIIIIIII, deja eso y ven pacá!
(Sale Conchi, que debía ser su hija mayor o algo... más bien algo)
-¿No fuiste tú a casa de la Pepi cuando lo del piano (?) a llevarle la fruta? ¿Qué calle era esa?
-Po espera, que le pregunto a la Ana. (Entra, y sale al poco) La calle XXX*, ¿pa qué?
-Es que este chico ma preguntao por la Calle Mirlo y no sé dónde es.
-No, pero eso es al otro lao de la Bola Azul**. La del Mirlo tiene que estar por aquí, la Ana tiene al novio cerca, lo mismo lo sabe. ¡ANAAAAAAA! ...¡Que dónde está la Calle del Mirlo!
(Sale Ana, que era la típica adolescente viendo la tele un miércoles de vacaciones por la mañana)
-¡Si esa no es donde el Juanfra! Ahí es donde están con las obras, que llevan tol verano (verano que no había empezado todavía).
(A todo esto, llega otra anciana a la tienda)
-Hola, Carmen. ¿Ha pasao algo?
-Nooo, es que este chico ma preguntao por la Calle Mirlo y no caigo en dónde está.
-Ah, pues si esa me suena, tiene que estar por aquí. Espera, ¡NENAAAAAAAA! (de nombre indefinido). ¿Tú sabes dónde está la Calle Mirlo?
...Y así, sucesivamente, pero justo antes de que llegase el segundo regimiento de tanques anfibio a socorrerme de tan imposible duda, una de las parientes me dijo que estaba donde las obras (por enésima vez), yo pregunté que dónde estaban las obras y eso SÍ me lo supieron decir, para mi alivio, y llegué a tiempo al trabajo. Bueno, eficiencia no mucha, pero dedicación toda y más. Por otro lado, menos mal que no me quedé más tiempo, lo mismo me casan con alguna hija-sobrina-nieta de tanta familia y conocidos que me presentaron.
*No recuerdo el nombre de la calle porque en ese momento las neuronas me estaban gritando en plan Queen que iba a llegar tarde mi primer día de trabajo.
**Un hospital que tiene una Bola Azul en el techo pero que en realidad se llama Hospital Torrecárdenas (los almerienses somos así de guays utilizando sinécdoques a diestro y siniestro).
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1 comentario:
Mola el cambio de diseño. Me he reido con el ultimo post jeje, estas mujeres de almeria ....
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