jueves, octubre 16, 2008

Medicinas


Aprovechando que estoy resfriado, quería escribir bajo el efecto de algo que me hiciera desvariar (y no fuera dañino ni ilegal) y así poder imitar a los poetas antiguos. Quién nos iba a decir que el autor de Romeo y Julieta serían los alucinógenos y no Shakespeare...

MEDIA JORNADA COMPLETA

Cuando uno pide cita para el médico se cree que los enfermeros están ahí preparados para recibirle, deseosos de ofrecerle todas y cada una de las horas de su jornada laboral por si no nos fuera posible llegar a tiempo a la consulta, que siempre se da puntual... y luego suena "Narcotic" del grupo "Liquido" y te despiertas de golpe en la cruda realidad, donde los vecinos mueven los muebles temprano por la mañana y las ancianas comentan cosas a voces bajo tu ventana nada más amanecer. Ha llegado un nuevo día.

Como de costumbre, la cola de la Seguridad Social (y no me refiero a los bajos del cantante) brilla por su ausencia, en vez de eso hay una maraña de gente que se miran mal los unos a los otros y que esperan su turno como si les quemase el asiento en el que se encuentran... eso si estás sentado, que las ancianas te dan dos bastonazos y te ponen firme (para sentarse ellas, claro). Tras una leve espera de dos millones de años, uno se quita las telarañas, se desfosiliza y cuando vuelve a la vida como los Spectrobes descubre que le toca su turno y comprueba las maravillas de madre naturaleza y la madre que parió a la saturación de la sala de espera, porque una espera de una hora para algo que se soluciona en dos minutos me parece digno del mejor de los laxantes (porque te cagas en todo).

Al día siguiente, con renovada fé en el sistema sanitario (y su administración), me dispuse a acudir a mi cita con la médico no sin antes hacer mi parada acostumbrada en la sala de espera, llena a reventar de ancianitas que conversaban acaloradamente... hasta que yo llegué. Probablemente eran todas agentes del CESID y al aparecer alguien ajeno a la organización decidieron mantener silencio para no revelar al mundo las verdades universales que nadie debería oír (pero leer sí). Pasados varios minutos que me parecieron horas con mi DS como única compañía, los agentes... digo, las ancianitas decidieron dejar claro que ellas mandan ahí repartiendo los turnos en orden decreciente, es decir, conforme peor me caes, más tarde entras. Como yo no estaba muy por la labor, hice de hombre machista y, llevándoles la contraria a todas a la vez (sin que me sodomizaran con los bolsos), resalté que yo debía entrar a consulta cuando llegase mi turno y no después, cosa que parecía que no iba a resultar muy provechosa hasta que el marido de una de ellas llegó y, poniendo sus huevos sobre la mesa (venía de hacer la compra), preguntó el orden de los turnos en un tono que más que pedir información la imponía directamente. Está claro que la educación y las buenas maneras siempre te abren todas las puertas.

Una vez llegó mi turno, entré a la consulta de la doctora a ver si me recetaba algo que me matase los virus, me matase las infecciones o, simplemente, me matase, a ver si dejaba ya de estar malo. Tras examinarme y poner mi nota en las actas, hizo su diagnóstico: estoy enfermo.
-Ajá, vale, eso está muy bien... o no... y, ¿no podría ser un poco más precisa?
-A ver, dime tus síntomas.
-Pues tengo síntomas de resfriado: congestión, mareos, etc...
-Pues entonces está claro: tienes un resfriado.
-Y, ¿qué me tomo para el resfriado?
-Cualquier medicina para el resfriado te valdrá.
-...¿Por ejemplo?
...Y de ahí a la farmacia con la lista de la compra tras casi ser pateado fuera por una mujer que por lo visto tenía muchísima prisa en ser atendida. A ver, señora, que urgencias es en la puerta del fondo, ahí donde el George Clooney. A la salida de la consulta descubrí que, aunque yo había llegado diez minutos antes de la hora de consulta que me dieron, llevaba dos horas metido en el centro de salud desde que entré hasta que volví a la calle. Pues esto era un resfriado pero si llega a ser embarazo psicológico me atienden con el niño imaginario terminando la ESO y todo.

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