Últimamente le tengo miedo a todo: a hacer, a no hacer, a dejarlo a medio hacer... lo bueno es que esta canción siempre está de fondo y me relaja. Es la única que sé tocar en la ocarina.
ORGULLO Y PREJUICIO
¡Qué feliz es la gente que canta mientras trabaja! Para muestra un botón... o un garrotazo en la cabeza, que es lo que debería darle a los obreros que están reformando los jardines de mi barrio desde las 7 de la mañana, más o menos. Las obras y reformas de mi barrio son perennes, ya lo sabéis, pero es porque no las terminan, no porque hagan muchas.
Claro, todo ello deriva en que mi vecina (sí, la del loro) se levanta antes y el puñetero bicho no para de hacer ruido (y el loro también), con lo cual se despiertan mis padres que también deciden levantar al resto de la casa a las 8 de manera indirecta, es decir, haciendo mucho ruido para que nos despertemos los que no tenemos culpa de nada. Por qué a mí...
¿Y si lo hiciera al revés? Antes de acostarme a las 1 de la mañana pongo un rato la música, ordeno mi cuarto, me ducho con la puerta del baño abierta (mientras canto "Believe" de Cher)... No creo que obtuviera mucha comprensión, la verdad, además, pagar malas acciones con la misma moneda no es mi filosofía (lo mío es filología). Ante la duda: café (o chocolate con churros).
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