Foto tomada durante unas novatadas que nos hicieron en la resi a principio de curso. Cuando miro atrás me doy cuenta de que no tengo culo, pero también me da un poco de pena pensar que ya ha acabado mi año en Salamanca. Siempre me dejo gente maravillosa atrás y luego es superdifícil volver a donde estabas, sobretodo por la distancia. Todo esto, leído con "Everybody's Changing" de Keane de fondo me hace ponerme supermelancólico.
LA CANCIÓN DE LAS TORMENTAS
En los días de melancolía me da por hacer introspecciones, cosa que no me gusta mucho porque me da la impresión de convertirme en egocéntrico cuando lo cuento, y de qué sirve descubrir una verdad universal personal si a nadie le interesa... Creo que por eso se estila tantísimo internet, es la mejor manera de presentarte a alguien sin que sientas que te estás abriendo a la gente. Y aún así hay mucho imbécil suelto, vaya.
A pesar de todo, una vez que lo has usado, no puedes vivir sin internet. En la universidad misma me mandaban la tarea de una asignatura por mail, sin posibilidad de recibirla en mano, sólo para que los alumnos aprendieran a utilizar el ordeñador. Evidentemente, todo ello derivó en que había gente que no recibía los ejercicios, los entregaba tarde, no sabía dónde enviarlos o cómo descargarlos o, como era mi caso, por qué tenía que pasar por tal calvario cuando es muchísimos más fácil dar un folio para fotocopiar.
Por mi parte no tengo queja. Yo utilizo internet para lo que me viene en gana, sea mirar mis mensajes, sea descargarme partituras para ocarina. Sí, me dió el barrunto de una ocarina ni más ni menos que para aprender a tocar las canciones del Zelda (veremos en cuanto tiempo). ¿Por qué sólo me da a mí por estas cosas? ¿Soy una persona rara o simplemente inquieta? ¿Veis por lo que no puedo ponerme a hacer introspecciones?
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