Me he embarcado, y nunca mejor dicho, en una partida de 7º Mar otra vez, y de momento tengo que decir que la primera sesión ha sido muy divertida. Evidentemente, para la partida había que rellenar un cuestionario acerca del personaje y escribir un poco del trasfondo de su vida, así que ahí os pongo la última parte.
ORDENADO POR VOCACIÓN
“Padre, voy a ser fraile”. Con estas palabras tenía pensado comenzar y terminar mi discurso, pero los efectos de dicho comentario no se hicieron esperar. Tras unos segundos que parecieron dos semanas, mi madre rompió el silencio con un sollozo lastimero que hizo que mi padre reaccionara de la peor manera posible:
- Qué… ¿¡Qué significa eso de que quieres ser fraile!?
- Padre, con todo el respeto que usted se merece, no he dicho que quiera ser fraile, he demostrado mi clara convicción acerca del tema y le estoy informando de que ya he sido aceptado como aprediz de escriba en el Colegio de la vega. Partiré mañana mismo para reunirme con mis nuevos hermanos.
- ¡No permitiré que un hijo mío se haga fraile! ¡Imagina qué vergüenza cuando se enteren los vecinos!
Mi madre me dirigió una mirada de piedad y, con una voz que se percibía como ahogada por la congoja hacia su marido, se atrevió a participar activamente en el duelo.
- Cariño, a lo mejor no lo has pensado bien. Puede que sólo estés confundido.
- Querida madre, tanto tú como yo sabíamos que esto era cuestión de tiempo que ocurriera, simplemente habíamos acordado tácitamente no sacar el tema. Es lo que quiero ser.
- ¿¡Tú sabías de esto!? – Le inquirió mi padre – ¿¡Por qué no lo dijiste inmediatamente?
- ¿Cómo iba a decírtelo sabiendo cómo reaccionarías? Es la decisión de nuestro hijo y no la tuya, acéptalo y sé feliz por él también.
- Padre, sé que teníais planes para mí como primogénito y único varon de la familia y sé que todo lo que decís y hacéis es por mi bien, pero confío en que mis hermanas serán unas buenas esposas y que os proporcionarán nietos de sobra para vuestro contento.
- ¡Tú qué vas a saber! ¡No tienes ni idea de nada y nunca serás nada! ¡Vete, persigue esos sueños de irresponsable y no vuelvas nunca!
Salí de la habitación en dirección a mis aposentos acompañado por mis hermanas, Estela y Aurora, que también demostraron su opinión acerca del conflicto recién sucedido.
- ¡¡¡Ha sido genial, tato!!! ¡Nunca pensé que se lo acabarías diciendo!
- ¡Y qué tranquilidad durante toda la conversación! Yo no sería capaz de oír tales sandeces y no responder a padre.
- Queridas hermanitas, a veces es más relevante lo que no se dice que lo que sí.
- ¡Ya estás otra vez con tus frases filosóficas!
- Estela, me encanta esa sinceridad tuya, pero mejor que no se la muestres a padre. Recuerda que en unos años tendrás que convertirte en una buena y servicial esposa de André Du Montange.
Ese era un tema que no solíamos tratar tampoco, qué pasaría con el nombre de la familia cuando mis hermanas se hicieran mayores, así que estuvimos un rato en silencio mientras yo hacía el equipaje. Si yo, como noble, no accedía a ser el heredero, mis hermanas tendrían que casarse a la fuerza con los hijos de la familia Du Montange pero no heredarían nada, es más, sus maridos serían los que heredarían toda la fortuna de padre. No obstante, todo esto se solucionaría si yo permaciese aquí y desposara a la hermana de André y François.
- …Entonces, ¿no piensas volver nunca?
- Por supuesto que sí, Aurora, pero antes tengo que convertirme en un hombre de provecho si quiero llegar a ser un digno heredero de padre.
- ¿Es que no te gusta esa tal Camelie Du Montange con la que quiere casarte padre? ¿Por eso te largas? Para evitar la boda y eso, ¿no? ¡Seguro que tiene que ser un cardo!
- No no no, todo lo contrario, Estela, no me marcho porque no quiera conocerla sino porque quiero satisfacer mis ansias de conocimiento antes de convertirme en su esposo. Si os digo la verdad, ni siquiera la he visto en persona todavía, ¿cómo podría rechazar a alguien cuyo semblante aún desconozco? No sería justo.
- ¡Entonces volverás! ¿¡Nos lo prometes!?
-Por supuesto que sí, hermanitas, cuando me sienta un digno heredero y un marido capaz volveré y celebraremos mi boda y mi regreso.
- ¡Recuérdalo, nos lo has prometido!
Desde entonces han pasado cinco años y no pasa un día en el que no me acuerde de mi querida familia. Padre no responde nunca a mis cartas, pero mi afectuosa madre me pone al día de su actitud y mis adorables hermanitas siempre me mandan su apoyo. Siempre me dicen que hay que luchar por sentirse bien con uno mismo y el Padre del monasterio me ha instruido maravillosamente, tanto, que incluso me hizo el honor de alabar mi trabajo en más de una ocasión. Siento que mi labor aquí está dando sus frutos y creo que es mi deber promulgar el saber y el conocimiento allá donde sea necesario. No se puede conocer el mundo cuando el horizonte está al alcance de la mano, ¡hay tantas cosas por aprender! Por eso el Padre me ha preparado un viaje por mar para que satisfaga mi sed de conocimientos, aunque es una pena que tenga que partir antes de la visita de los miembros de la iglesia puesto que me habría encantado conocerlos e intercambiar impresiones, pero el Padre insistió tanto que no podía decirle que no. Es un hombre muy bueno y espero que pueda volver pronto para contarle todas mis experiencias, ¡y oficiar mi boda!, pero antes tengo que aprovechar bien todos los conocimientos que adquirí durante su aprendizaje para poder ayudar a la gente que me encuentre en mi periplo; tengo también que hacerme un hombre de provecho para convertirme en un digno esposo cuando vuelva, liberando así a mis hermanitas de un matrimonio forzado; y, lo más importante, tengo que recuperar la confianza de padre demostrándole que lo que más me importa es mi familia, pero que no puede decidir cómo serán sus hijos, decidan lo que decidan hacer en su vida… Oh, ¿ya estamos en marcha? El tiempo vuela cuando uno escribe, aunque lo cierto es que tampoco hay mucho que yo pueda hacer en este navío, si no contamos las labores de enfermería e interpretación para las que me contrataron, claro. De hecho, parece que acaban de sacar a un náufrago extranjero del agua, así que supongo que debería ir a atenderlo lo antes posible. Siempre es interesante conocer gente nueva y quién sabe lo que uno puede aprender de los sitios más insospechados.
viernes, marzo 29, 2013
viernes, marzo 15, 2013
Plantas impertinentes
Ah, eso explica los comentarios ácidos y las respuestas hirientes que oímos al pasar* durante la visita al jardín botánico. ¡No se puede fiar uno ni de los espárragos! ¿Pues no va y me dice "que ella no es borde, sólo es sincera"?
SENTIDO E INSENSIBILIDAD
En mi primer año de carrera muchas cosas cambiaron: salía con mis amigos los fines de semana a contarnos nuestra vida, me pasaba el día entero (a veces) en la universidad para asistir a todas las clases, mis padres me regalaron un teléfono móvil** para asegurarse de que estaba localizado en cualquier momento, pero el mayor cambio que experimenté era el cambio de los tonteos a cosas más serias que la gente de mi edad empezaba a tener dada la nueva situación a la que nos enfrentábamos... y los que se fueron a estudiar fuera ni te cuento.
Efectivamente, algunos de mis amigos de aquella época tuvieron la suerte de empezar la carrera fuera de Almería, así que la consecuencia directa de ir saltando de flor en flor constamente era que en algún momento se encariñasen de alguien, concretamente una de ellas que, irónicamente, siempre iba de liberal y sin ataduras. Pues bien, cuando nos contó la feliz noticia nos alegramos por ella y por lo contenta que se la veía, pero ya lo diría años más adelante Nelly Furtado en una canción y "todo lo bueno se acaba", así que a los pocos meses empezaron a venir las discusiones tontas, los enfados innecesarios y, cómo no, el calentamiento global de cabezas de amigos durante lo que se suponía que eran cafés para charlar de cosas irrelevantes***, y aquí es donde realmente empieza la anécdota que quería contar desde el principio.
Estando en un pub del centro en plena feria de Almería (del mediodía), en esos momentos en los que la gente se va yendo poco a poco y al final se quedan sólo unos cuantos seleccionados, resulta que nos encontramos tomando copas la susodicha, con su grupo de amigas surtidas, y yo como muestra de la diversidad de géneros, momento en el que la hora, el cansancio del día y las copas propiamente dichas se confabulan para que ella saque el sufrido tema [4] de "qué hago con mi novio". Tras explicarnos, por enésima vez, que él no la comprende, que no hace lo que a ella le gustaría que hiciera, que todavía no le ha dicho (él a ella) lo que espera de esa relación y que no soporta que sea tan despegado, se me ocurre[5] comentar que si quiere que esa situación cambie lo ideal sería que le explicase eso mismo que nos acaba de decir a nosotros, que los tíos no somos telépatas y que estaría bien algo de comunicación por ambas partes para que cada uno corrija sus errores. No obstante, eso que a mí me parecía tan razonable era algo completamente inaceptable para una de sus amigas, que me hizo un gesto despreciativo a la voz de "A éste ni caso, que no tiene ni idea. Tú sigue como vas y que sea él el que se espabile". Yo añadí que me seguía pareciendo buena idea lo de que hablasen del tema, principalmente porque a mí me habría encantado que me ayudasen a hacer las cosas bien con las novias que tuve, pero la esparraguera no estaba dispuesta a dejar que mi amiga me diera la razón, así que se reafirmó en su postura declarando que "los tíos aprenden a palos, y si no puerta". Viendo lo razonable que estaba siendo, hice un último intento de poner algo de sentido común en la conversación señalando algo que yo consideraba bastante obvio: "Oye, que de aquí soy el único que sabe cómo piensa un tío, más que nada porque las demás sois mujeres". Cuando su respuesta fue "¿de qué vas? Los tíos no piensan" dejé el tema por perdido y me desentendí hasta el día de hoy. Ni que decir tiene que ya no son novios ni amigas, pero eso a mí ya no me incumbe.
Moraleja:
Si el guionista de la película te dice que el argumento es simple y lineal, no te obceques en convertirlo en una película de suspense con trama enrevesada, porque no funcionará.
*La barca.
**Concretamente el de mi madre, lo cual implicaba dos cosas: una, que era un ladrillazo con antena perfora-testículos; y dos, que era fucsia y me obligaba a contar esta historia más de una vez.
***Pensándolo bien, el tema no podía ser más irrelevante para nosotros, la verdad, pero en aquel momento ni lo pensé.
[4] Previa mención, por supuesto, a "sois unos tíos de XXXX madre", "cuánto os quiero" y "nos quedamos los mejores".
[5] Error por dos razones: por intentar pensar con alcohol de por medio y por opinar cuando ella lo pedía.
SENTIDO E INSENSIBILIDAD
En mi primer año de carrera muchas cosas cambiaron: salía con mis amigos los fines de semana a contarnos nuestra vida, me pasaba el día entero (a veces) en la universidad para asistir a todas las clases, mis padres me regalaron un teléfono móvil** para asegurarse de que estaba localizado en cualquier momento, pero el mayor cambio que experimenté era el cambio de los tonteos a cosas más serias que la gente de mi edad empezaba a tener dada la nueva situación a la que nos enfrentábamos... y los que se fueron a estudiar fuera ni te cuento.
Efectivamente, algunos de mis amigos de aquella época tuvieron la suerte de empezar la carrera fuera de Almería, así que la consecuencia directa de ir saltando de flor en flor constamente era que en algún momento se encariñasen de alguien, concretamente una de ellas que, irónicamente, siempre iba de liberal y sin ataduras. Pues bien, cuando nos contó la feliz noticia nos alegramos por ella y por lo contenta que se la veía, pero ya lo diría años más adelante Nelly Furtado en una canción y "todo lo bueno se acaba", así que a los pocos meses empezaron a venir las discusiones tontas, los enfados innecesarios y, cómo no, el calentamiento global de cabezas de amigos durante lo que se suponía que eran cafés para charlar de cosas irrelevantes***, y aquí es donde realmente empieza la anécdota que quería contar desde el principio.
Estando en un pub del centro en plena feria de Almería (del mediodía), en esos momentos en los que la gente se va yendo poco a poco y al final se quedan sólo unos cuantos seleccionados, resulta que nos encontramos tomando copas la susodicha, con su grupo de amigas surtidas, y yo como muestra de la diversidad de géneros, momento en el que la hora, el cansancio del día y las copas propiamente dichas se confabulan para que ella saque el sufrido tema [4] de "qué hago con mi novio". Tras explicarnos, por enésima vez, que él no la comprende, que no hace lo que a ella le gustaría que hiciera, que todavía no le ha dicho (él a ella) lo que espera de esa relación y que no soporta que sea tan despegado, se me ocurre[5] comentar que si quiere que esa situación cambie lo ideal sería que le explicase eso mismo que nos acaba de decir a nosotros, que los tíos no somos telépatas y que estaría bien algo de comunicación por ambas partes para que cada uno corrija sus errores. No obstante, eso que a mí me parecía tan razonable era algo completamente inaceptable para una de sus amigas, que me hizo un gesto despreciativo a la voz de "A éste ni caso, que no tiene ni idea. Tú sigue como vas y que sea él el que se espabile". Yo añadí que me seguía pareciendo buena idea lo de que hablasen del tema, principalmente porque a mí me habría encantado que me ayudasen a hacer las cosas bien con las novias que tuve, pero la esparraguera no estaba dispuesta a dejar que mi amiga me diera la razón, así que se reafirmó en su postura declarando que "los tíos aprenden a palos, y si no puerta". Viendo lo razonable que estaba siendo, hice un último intento de poner algo de sentido común en la conversación señalando algo que yo consideraba bastante obvio: "Oye, que de aquí soy el único que sabe cómo piensa un tío, más que nada porque las demás sois mujeres". Cuando su respuesta fue "¿de qué vas? Los tíos no piensan" dejé el tema por perdido y me desentendí hasta el día de hoy. Ni que decir tiene que ya no son novios ni amigas, pero eso a mí ya no me incumbe.
Moraleja:
Si el guionista de la película te dice que el argumento es simple y lineal, no te obceques en convertirlo en una película de suspense con trama enrevesada, porque no funcionará.
*La barca.
**Concretamente el de mi madre, lo cual implicaba dos cosas: una, que era un ladrillazo con antena perfora-testículos; y dos, que era fucsia y me obligaba a contar esta historia más de una vez.
***Pensándolo bien, el tema no podía ser más irrelevante para nosotros, la verdad, pero en aquel momento ni lo pensé.
[4] Previa mención, por supuesto, a "sois unos tíos de XXXX madre", "cuánto os quiero" y "nos quedamos los mejores".
[5] Error por dos razones: por intentar pensar con alcohol de por medio y por opinar cuando ella lo pedía.
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