jueves, junio 17, 2010

Super Burger Time

Imagina que vas a la cocina a hacerte una hamburguesa y de repente te empiezan a atacar todos los ingredientes que no has utilizado. Es como si al hacer un examen de la universidad vinieran el resto de profesores a hacerte la vida imposible hablando con el examinador justo delante tuya... Y no lo digo porque me haya pasado, no.

PERO PERO

-María Canela de las Mersedes Hortensia Loretto, pásame la sal.
-No, Jose Luís Alfredo Nelson Pedro Enrique Antonio Julio, no te voy a pasar la sal. No hasta que te arrepientas por lo que hisiste a mi familia.
-¿Te refieres a haber pintado la alcansía de la pequeña Molly Estela?
-¡Por supuesto que me refiero a eso! Todo mundo sabe que los puercos no son atesados sino rosados.
-Eso es porque no has visto la serie Ranma y sus personajes secundarios. Claro que viniendo de ti no puedo esperar otra cosa, no hases sino avergonsar a tu familia constantemente.
-El que me vistiera con un traje de gelatina verdemar y acabase cantando todos los éxitos de Dolly Parton subida en la mesa donde estaban senando apá y amá no les supuso una vergüensa. No obstante, no pudiste desir lo mismo de cuando fuiste a ver Halloween Resurrection en domingo, nadie en su sano juisio pagaría por ver esa film.

...Y fue entonces cuando me dí cuenta de que había acabado mi último examen y estaba en mi casa sin nada más que hacer. Era tal la intensidad de la sensación de no tener nada más que hacer que me puse incluso nervioso. Luego pensé que podría llamar a alguno de mis colegas para ir a dar una vuelta, pero el problema es que todos ellos estaban ocupados en diferentes asuntos como irse a su pueblo o estar de vacaciones en Polonia (amén de otros quehaceres que no quise averiguar) así que mi siguiente opción fue jugar al WoW, pero como no tenía a nadie con quien compartir mi recién gastada tarjeta de pago pues esa idea perdió interés por momentos.

Dado que era el día de la noche de San Juan debería haber salido por ahí, pero teniendo en cuenta que me iba al día siguiente a Madrid a las 7 de la mañana mejor que no saliera. Resultado: me eché una siesta, cosa que empezaba a pensar que era parte de la mitología griega, e hice tiempo hasta que se cargó la película de Futurama en internet mientras me preparaba la cena. Como no quería acostarme tarde, esperé a que Supermegavideodelamuerte me dijera que ya había visto 72 minutos de video cuando llevaba 45 minutos nada más y luego me fui a la cama tempranito a las 1:30 de la noche.

Tras unas escasas horas de sueño, me levanté con el primero de los dos despertadores que puse la noche anterior. Tenía pensado ir a desayunar a la estación para así poder dormir siete minutos antes de que el revisor me despertase del todo por penúltima vez. No obstante, la cafetería estaba en reformas y no me fue posible así que miré las musarañas durante diez minutos hasta que me dí cuenta de que el tren ya había llegado y estaba abierto al público. Tras tres horas de cabecear como cualquier muñeco de coche, me desperté en mitad de la geografía española con tan solo la mitad del trayecto para enterarme de que la cafetaría del tren sólo tenía bebidas y nada de comer. Menos mal que en mi destino me están tratando a cuerpo de rey.

Durante mi primera noche en Madrid, el pronóstico del tiempo era cielos despejados y calor abrasador, pero como yo siempre tengo que alterar el entorno allá donde vaya, el mismo jueves de llegar se nubló y empezó a caer la tormenta del fin del mundo. Lo bueno es que pude ver la tormenta casi en primera fila puesto que mi cuarto tenía ventana (era un séptimo piso) y los relámpagos apenas me desperaron durante la noche iluminando completamente la habitación. Una buena manera de empezar (y prácticamente acabar) mis vacaciones de verano.

sábado, junio 05, 2010

Pepino crucifixión

"¡No, mamá! ¡Él no tiene la culpa de ser un pepino, es la sociedad la que lo ha hecho así!".

Pues eso, que estaba yo tranquilamente haciéndome un sandwich de Nocilla y leí eso en uno de los catálogos de supermercado que había en la cocina. A lo mejor no era un castigo sino el tipo de pepino, pero entonces no quiero verlo en acción.

ASEREJÉ

Hace relativamente poco tuve que asistir a la comunión de mi primo Alfonso. Fue uno de esos acontecimientos tan emotivos en los que se reúne la familia entera para recordarte que eres el mayor de los nietos y aún no te has casado, momento en el cual tus padres empiezan a presentarte gente que no habías visto en tu vida pero que al parecer los acosadores de famosos tienen mucho que aprender de ellos si contamos la cantidad de detalles que saben de tu vida sin decirte ni siquiera su nombre. Como es en esos momentos en los que aparecen miradas de complicidad entre todos los participantes de la conversación menos tú mismo cuando se nombra a la hija/prima/sobrina/nieta de alguien, tú decides, por tu propio bien, que es el momento de ir al servicio a ver de qué color son los azulejos un par de minutos. Ahí es cuando entra mi post de hoy.

Primero de todo, encontrar el servicio. El que vaya a decir que "al fondo a la derecha" que sepa que esta vez no ha acertado, al menos no exactamente: el servicio estaba saliendo de la sala de celebraciones a la izquierda, bajando las escaleras, cogiendo el ascensor hasta la planta de abajo, saliendo a la derecha, yendo por la primera bifurcación a la izquierda, girando a la izquierda otra vez y cogiendo la primera puerta del pasillo que había al fondo. Vamos, que si me llega a pillar en una urgencia me veo sirviendo sidra sin barril.

Cuando entré en el servicio me esperaba, dado que era una celebración de varias comuniones, que hubiera alguien en el servicio para que la luz estuviera encendida. ¿Que por qué? Porque yo suelo encontrar el interruptor de la luz después de bailar en la oscuridad "El Lago de los Cisnes" durante unos diez minutos palpando las paredes a cualquier altura posible y esta vez no podía cobrar entrada. Para mi mala suerte, la luz estaba apagada y no había nadie dentro del servicio, a lo cual me vino una pregunta: ¿cómo de grande puede ser la sala de un servicio para que haya eco? Pues más o menos lo suficientemente grande como para que llegase al segundo acto de la función antes de averiguar que la luz se encendía con un volumétrico.

Encendida la luz, pude divisar a lo lejos los urinarios y unos lavabos, así que avancé en esa dirección... al menos avancé lo que pude hasta que la luz se apagó otra vez y tuve que agitar los brazos por encima de mi cabeza para que se volviera a encender. Sin embargo, cuando llegué y me dispuse a hacer lo que tenía que hacer, la luz se apagó otra vez y yo, al tener los brazos ocupados me dediqué a sacudir la cabeza adelante y hacia atrás hasta que pude ver otra vez. Cuando terminé, fui a lavarme las manos con la mala suerte de que era uno de esos grifos que hay que tenerlos pulsados para que salga el agua, así que tuve que alternar las manos constantemente para poder lavarme ambas dos... mientras meneaba la cabeza hacia los lados para que se encendiera la luz, claro, pero al parecer no llegaba al rango del volumétrico así que tuve que levantar la pierna hacia atrás también hasta que la luz se hizo por enésima vez gracias a mis dotes de coordinación.

Por último, decidí que no me iba a ir con las manos empapadas así que me acerqué al secador a ver si éste funcionaba. Bueno, funcionar funcionaba, pero había que mover las manos con las palmas abiertas horizontalmente para que la célula fotoeléctrica te detectase y siguiera funcionando. Por si fuera poco, había que acercar bastante las manos a la célula para que se activase pero mientras tenías la mano ahí debajo no llegaba al secador y además el secador era tan potente que si tenías las manos mucho tiempo debajo acababas quemándote así que lo mejor era ir turnándolas... y todo eso teniendo cuidado de que no se apagase la luz, claro.

Epílogo:
La escena final era ver a un tío de traje moviento la cabeza hacia los lados, que levantaba las piernas de vez en cuando hacia atrás y que movía las palmas de la manos horizontalmente alternativamente una encima de la otra... y no sé por qué me dio por cantar el título de este post, fíjate.

miércoles, junio 02, 2010

Eric, el coche salvaje

Éste es el segundo (creo) de una serie de libros para niños que tratan sobre un coche de pura raza que está vivo, que tiene el ¿chasis? cubierto de pelo y que además puede volar. El tío del sombrero siempre va con él porque son amigos, aunque a Eric no le hace falta conductor porque él mismo se maneja. Este libro en concreto tiene más de veinte años, se lo regalaron a mi hermano cuando era pequeño pero yo lo he guardado en mi cuarto por si alguna vez tengo sobrinos.

MENSAJES POR PALABRAS

Ayer me llegó el siguiente mensaje por la mañana:

"Sabes qué? Que eres una persona muy afortunada porque tienes mucha gente a tu alrededor que te quiere, entre ell@s yo. Besos"

La verdad es que tiene razón, a ver cuánta gente me aguantaría las tonterías a diario sin motivo ni razón alguna. El problema es que a veces se me olvida y me frustro, pero gracias a que una de esas personas ha tenido a bien recordármelo para que no piense que estoy solo frente al mundo. Todos los tontos tienen suerte.

Esto son unos mensajes encadenados que recibí este sábado:

X- Hola guapo, cómo estás?
Yo- Bien, en casa estudiando pero voy a salir a hacer unos recados antes de que sea más tarde. ¿Quieres venir?
X- Me voy a currar ya, jeje, pero si quieres hacerme una visita esta tarde...tengo ganas de fiesta, jeje
Yo- Bueno, depende de como vea yo la tarde ya te avisaré. Que te vaya bien en el trabajo.
X - Gracias

¿Por qué desde un tiempo a esta parte hay infinidad de gente que no me quiere más que para lo único? Lo bueno, como hemos visto en el mensaje anterior, es que son minoría (...¿lo bueno?), pero me parece sorprendente que anulen así al resto de la persona, porque si no aceptas no quieren nada más contigo. Como dije yo en una ocasión en Salamanca: "De fiesta todo el mundo es guay, pero a ver cuántos de ésos te acompañan al día siguiente a hacer fotocopias".

Luego están los mensajes que para algunos tendrían sentido, pero yo no le encuentro ninguno:

"Mientras no admitas que hay quien piensa diferente a ti y no le dejes q se exprese como sienta agotaras su anhelo por quererte, ahora me has demostrado q no quieres de eso te has encargado con creces, cuidate hasta siempre"

Yo ya sé que tengo un carácter durillo, pero de ahí a no permitir que los demás hablen pues como que no. El problema viene de cuando ciertas personas ven en los demás reflejados sus defectos pero en vez de intentar arreglarlos se dedican a resaltarlos en los otros. Como dijo Mayka en una ocasión (de café): "Algunos pokémon pasan por diferentes etapas para evolucionar y mejorar y así hacerse lo más perfectos que puedan. Otros pokémon no evolucionan y por lo tanto no pueden mejorar, da igual lo que hagan" (lo bueno es que me dijo que yo era del primer tipo, fiu).

Y por último están los mensajes cuya comprensión está más allá de mi entendimiento:

"Wols guapisim, q tl t va to? cm tas? K hc tiemp q no se d ti. Yo aki and tomand alg cn ls amigs n plan relax y preparandom xa ls examenes. X ciert pued seguir tirandot ls tjs a ver si tengo alguna posibilidad o ya hay alguien x ahi ;) Eng 1 besazh"

Ralmnt l txt dl mnsag sta bstant clro, pero lo que no entiendo ni entenderé jamás es por qué me llegó este mensaje a las 2:54 de la noche. Será que como no dejo que la gente piense diferente de lo que yo pienso (según el mensaje #3), éstos se toman su venganza haciéndome proposiciones de madrugada cuando el alcohol ya hace efectos (en plural).

En resumen, la verdad es que sí que tengo suerte porque todos los mensajes tratan de gente que me considera como persona y que se interesa en conocerme (bueno, unos más que otros, vale), pero hay que saber separar los Magikarps de los Gyarados. Por cierto, si algún mensaje tiene algo raro no es que lo haya escrito mal, es que están todos copiados tal cual me llegaron al teléfono, sobre todo el último, que he tenido que leerlo dos veces para ver cómo se escribe.