martes, marzo 16, 2010
Suikoden Tierkreis
¡Pero cómo te atreves a hablarle a tu padre así! ¡Que sepas que tu padre es una persona muy respetable, que te quiere con locura, que te ha criado con todo su amor y sobre todo que prefiere que le llamen "Queen Mary"! Eso sí, ya que le preguntas, por lo menos no omitas el verbo, que no te vas a deshidratar por gastar saliva (ya dije que la chica tenía un nombre muy desafortunado nada más empezar el juego).
ESPERANDO ESPERO...
...A que me atienda algún comercial de la centralita. ¿No es sorprendente el tiempo que perdemos a lo largo de mes sólamente esperando? Realmente no nos damos cuenta porque gracias a Alanis nuestra mente se salta esos momentos en los que nos parece superimportante esa mancha que se forma cuando el agua del grifo deja cal tras fregar los platos (y no porque haya que limpiarla sino porque se parece a la vecina del quinto), pero si empleásemos ese tiempo que hipotecamos en no hacer nada en cualquier cosa seguro que más de uno aprendía a tocar la guitarra, a freír huevos correctamente o a tricotar un mensaje en tela... sin embargo, lo único que aprendemos esperando es, como mucho, a tener paciencia. De muestra un botón:
Tras catorce tonos telefónicos suena un descuelgue de teléfono que parece una ejecución.
-Lo lamentamos, todos nuestros operadores están ocupados (los dos). Manténgase a la espera y le atenderemos en breves instantes.
Sin embargo, no ha dicho después de qué van los breves instantes, pero seguimos esperando como niños obedientes que somos hasta que la misma voz grabada nos pregunta:
-¿Su consulta es sobre 1) el estado de su línea ADSL, 2) el estado de su alta, 3) nuestras nuevas ofertas de teléfono + internet, 4) ninguno de los anteriores, 5) todas son verdaderas? En caso contrario diga "continuar".
-"Continuar" (lo bueno de ser filólogo es que puedes hasta pronunciar las comillas).
-Espere un momento. Gracias por esperar, su llamada será atendida en breves instantes. Manténgase a la espera. Espere un momento (lo malo de que te responda una máquina es que no controla bien la alternancia de los mensajes). Le vamos a poner en contacto con uno de nuestros agentes para que solucione su consulta (mientras no tenga motes como "Cortadedos" o "Anguila" me parece perfecto ese encuentro).
Llegados a este punto se suele oír una música que suena como las psicofonías del Silent Hill hasta que...
-Buenos días, mi nombre es X Y Z. En qué puedo ayudarle.
-Pues verá yo...
-Muy bien, le paso con otro departamento. Espere un momento.
Quince minutos de musiquita del infierno más tarde...
-Buenos días, mi nombre es Número 2. En qué puedo ayudarle.
-Mire, es que...
-Vale, le paso con el otro departamento. Espere un momento.
Tras otros quince minutos de tortura auditiva después (y con la oreja sudando), te atiende el tercero de los clónicos de la empresa y ya estás tan quemado de esperar que aceptarías hasta el harakiri mientras puedas sentir que tu llamada ha servido para algo más que como sistema de pérdida de grasa orejera. Si a eso le sumamos diariamente una hora de espera autobusera en total, varias decenas de minutos entre clase y clase más el tiempo que pasa porque el profe llega tarde, las colas de cualquier tienda a la que vayas que misteriosamente en ese momento está superllena de la muerte y el resto de los días no y los desplazamientos andanding porque en coche tardarías incluso más... creo que llevo toda la vida perdiendo la oportunidad de recibir clases de piano. Quedarme atrapado en el tiempo un par de años estaría bien, la verdad.
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