lunes, junio 08, 2009
Mensajes nuevos
¿En qué quedamos? A ver si va a resultar que todo lo que me han enseñado en matemáticas de la EGB era mentira y dos es lo mismo que cinco. Jo, con lo que pasé yo en el instituto con el Señor Don Pedro Vence y sus venazos de injusticia...
GENTE
Hoy yendo a currar he descubierto que tenía un hora enmedio libre y perdida, así que he decidido ir a una cafetería al azar a tomarme un té de leche tranquilamente. Entonces me ha dado por pensar en el tipo de gente va por la calle (¿qué tendría el té?):
-Una chica que parece que aún no se ha acostado desde la Nochevieja, ataviada en unos pantalones bombachos, una camiseta holgada con escote no intencionado y unas gafas de sol dignas de la Jurado que le tapan el 60% de la cara. Me ha mirado con mala leche (supongo, las gafas...) porque soy un hombre y ella una mujer independiente que no necesita a los hombres, excepto cuando los necesita.
-Un chico que andaba (injustificadamente, todo sea dicho) como si tuviera entre las piernas una bombona de butano. Iba ataviado con una camiseta sin mangas que marcaba lo que se supone que ha estado machacando en el gimnasio, unos pantalones cortos que bien podían ser bermudas y unas sandalias del todo a 30 céntimos. Por supuesto fumando como si se lo hubiera recetado el médico y mirando despectivamente a la gente que le hace un escáner social para su blog.
-Una estudiante jovencita con sus apuntes cogidos con ambas manos sobre el pecho que ha bajado la vista en cuanto se ha dado cuenta de que la estaba mirando a los ojos y ha pasado a la velocidad de la luz por mi lado para no llegar al tono rojo fluorescente antes de salirse de mi campo de visión. Falditas y camisa de uniforme de colegio privado y un carácter que ya quisiera yo en más de una de conozco (pero se le pasará, como todo).
-Una anciana vestida con un traje oscuro de la posguerra (por lo menos) que andaba contando las baldosas de una en una y que no me dejaba pasar por mucho que quisiera. El caso es que tras cinco minutos andando a su mismo paso detrás suya (y con la calle llena de gente a las 5 y media pasadas de la tarde) ha empezado a mirar hacia atrás cada vez más descaradamente hasta que me ha lanzado una mirada que significaba "sé que eres un ladrón, te chinchas". El complejo persecutorio es muy malo, señora, menos mal que para ponerla a parir tengo mi blog.
-Un papá que va hablando con la niña que lleva de la mano hasta que se le corta la conversación por preguntarse mentalmente qué estaré mirando tan atentamente. Cuando han pasado de largo la niña le pregunta que qué le parece X y el padre recupera el hilo de la conversación como si nada hubiera pasado (algunos hombres no podemos pensar en dos cosas a la vez, según parece).
-Una madre trajeada de oficina empujando un carrito de bebé que iba hablando por el móvil para todos los públicos (incluso los que estuvieran sordos) con su amiga Carmen sobre una tercera, cuyo nombre no consigo acordarme, y lo que hizo cuando era soltera. Pues si ahora que estás asentada y con familia hablas así de discretamente, miedo me da lo que me podrías decir si te llegas a dar cuenta de mi escáner visual.
-Un bebé monísimo en un carricoche que me mira con ojos como platos mientras piensa "¡Santa Leche Materna, una mamá hombre con pelos en la cara y enormes ojos negros y brillantes!". Me encantan los bebés porque todos les sorprende, además, no creo que ningún bebé se queje porque un adulto les dedique un poco más de atención.
-Y, por último, esa persona en la que has fijado la mirada desde el fondo de la calle y que te la ha devuelto recíprocamente, que ninguno de los dos se atreve a decir nada por no estropearlo pero que os encantaría pararos a hablar como si os conociérais de toda la vida y que cuando ha pasado por tu lado no te atreves a mirar por si acaso está volviendo la cabeza por si tú también lo haces... y la oportunidad pasa de largo porque ambos hemos girado la cabeza alternativamente.
...Ay, soy imbécil.
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