Sorprendente pero cierto: Ese personaje tan curioso del programa Ratones Coloraos tiene una tienda, y está en Salamanca. Hay que ver a lo que llega la gente por montar un negocio, eh. De todas formas, me imagino que a los dueños Pedro y Tomás no les habrá hecho gracia que tal individuo les haya copiado el nombre de la tienda.
Sin embargo, míralos, tan estóicos con su tienda, completamente ajenos a las posibles bromas y/o chistes que hayan podido hacer a su costa. No sé si yo habría podido hacer lo mismo, total, un cambio de nombre de comercio no es tan problemático... creo.
FAMA (GUAT A FIILIN)
El único inconveniente que le veo a ser famoso es precisamente ese: Que eres famoso. Lo único bueno que tendría serlo es que si se te conoce por algo normal, como escribir un libro o cantar bien, no tienes por qué dar detalles de tu vida privada y puedes cerrale la boca al Tomate con un pimiento cuando te pregunte si prefieres los nabos o las almejas y tú los mandes a freir espárragos. La verdad es que por darle un buen corte a los presentadores de ese programa yo hacía lo que fuera, jajaja.
Problema gordo que yo le veo: Si eres famoso es porque la gente te conoce y, como te conoce, quiere saber más de tí con lo cual si no tiras de la manta no hay nada que hacer. Un personaje que yo admiro mucho por cómo ha hecho las cosas es Antonio Banderas, hace su vida famosa pero las cosas íntimas se las guarda para él y su familia, que me parece lo más normal del mundo. Eso es saber llevar la fama con la cabeza bien alta (aunque lo de dirigir pelis le salga a veces sí y otras no).
Aún así, yo estoy hablando desde mi ignorancia, porque yo ni soy ni he sido ni seré famoso, así que no puedo saber cómo se vive todo el día acosado por las cámaras. Es de esas cosas a las que o te acostumbras o mueres de agonía lenta y dolorosa, como cuando te llega la factura del teléfono móvil, que es algo inexorable. El tiempo dirá, eso sí.
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