Mis cafés están tristes porque este fin de semana no les he dedicado nada de tiempo (entre estudiar, perrear en casa y el World of Warcraft). Tampoco encontré a nadie con quien tomármelo, aunque supongo que no busqué lo suficiente... me ratifico en lo de perrear en casa.
ESTO ES TODO, AMIGOS
Se acaban las vacas y yo tengo que volver (temporalmente) a Salamanca, que malditas las ganas que tengo yo de ir. Es que no es sólo hacer 13 horas de tren hasta la residencia llena de personal imbécil de la vida y orgullosos de su propia ignorancia, es pasar nervios, malas noches, malcomer a deshoras, estudiar sin dormir y demás delicias de la vida estudiantil a lo largo de 15 días de estancia. Lo mejor de todo es que empiezo el día 1.
Por si esto fuera poco, mis exámenes son eliminatorios, es decir, que si suspendo el primero no puedo hacer los siguientes. ¿A que mola mazo? Esa fue una idea de la Sargento de Hierro Vorpalina +5 que nos daba inglés sin tener ni frijolera idea de gramática ni ortografía ni pronunciación ni... bueno, ni de nada. Ojalá los demás profesores no le hubieran hecho caso, ¿¡cómo llegó a ser jefa de departamento y además coordinadora Erasmus!? ¡Si no tiene ni idea de nada y además no se moja por nadie! A quién se habrá tirado... varias veces...
En fin, de tripas corazón, que si no voy o no me esfuerzo el año que viene lo pasaré peor. Además, ya tengo comprado el billete y sería un desperdicio, porque me ha dicho mi chiqui que el 12 tiene un examen en Salamanca, con lo cual irá antes y nos podremos ver. Ya era hora, por cierto, que nuestras respectivas empresas telefónicas se están forrando con nosotros. De paso, me tengo que despedir de todos mi colegas de allí y decirle a la zXXXa hiXXXXXXXXdre malXXXXda que... bueno, es que si le digo todo eso ya no me queda nada más que decirle, vaya.